Pedro Sánchez solo ve un candidato "en condiciones" de poder reunir una mayoría parlamentaria para ser investido como presidente del Gobierno: Pedro Sánchez. El jefe del Ejecutivo en funciones así se lo ha trasladado al rey Felipe VI en la reunión que ambos han mantenido este martes en el Palacio de la Zarzuela horas antes de que el monarca vea también a Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, y decida a quién le encarga la formación de un gobierno. Sánchez ha asegurado que respetará la decisión que termine tomando el jefe de la Casa Real aunque la hipotética investidura de Feijóo vaya a resultar, ha vaticinado, "fallida". 

Está previsto que la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, comunique esta tarde la decisión del rey Felipe. Sánchez ha puesto voz a las dos posibilidades que hay -existe una tercera: que pida más tiempo y haya una nueva ronda, pero es la más improbable-. De nuevo, como en las elecciones del pasado 23 de julio, es él o Feijóo. El candidato del PP, que fue el más votado y que logró 137 escaños, tiene "un techo". Son esos 172 diputados que sumarían los 'populares' junto a Vox, a UPN y a Coalición Canaria, pero son cuatro menos que los 176 necesarios para la mayoría absoluta. "Sería una investidura fallida, lo sabe hasta él [Feijóo], pero él sabrá si quiere darse de bruces con una realidad emanada del voto por tercera vez", ha asegurado el presidente en funciones, que ha apuntado veladamente también a Feijóo al señalar que la sesión de investidura "no es un trámite de exposición".

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Así las cosas, Sánchez ha pedido ser él el que reciba el encargo del monarca para intentar lograr la mayoría parlamentaria necesaria para ser investido de nuevo y por tercera vez -tras la moción de censura y la investidura de hace más de tres años y medio-.  "Desde el PSOE nos vemos capaces de armar una mayoría parlamentaria", ha lanzado el jefe del Ejecutivo, que ha asegurado que "solamente hay una mayoría posible, una mayoría progresista que emanó de los resultados del 23 de julio". 

Ha insistido una y otra vez el presidente en funciones en que "no hay otra alternativa" que no pase por la reedición del Gobierno de coalición actual, cambiando esta vez a Unidas Podemos por Sumar. Es un discurso similar al hilvanado ayer por la vicepresidenta Yolanda Díaz, que urgió a los socialistas a ponerse a trabajar ya para cerrar de nuevo una coalición. En este sentido, el jefe del Ejecutivo ha asegurado que "quienes plantearon una propuesta derogatoria", es decir PP y Vox, "quedaron derrotados" porque no tienen "ni los votos ni los escaños". Así, ha asegurado que los socialistas pueden hablar "con todos menos con unos" en referencia a los de Santiago Abascal y Feijóo "solo puede hablar con esos".

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Con todo, Sánchez ha querido hacer hincapié en que el PSOE "respetará" la decisión del rey Felipe VI sea cual sea. En el PP están convencidos de que el encargo recaerá en Feijóo. Así las cosas, quedaría por fijar una fecha -que puede ser la próxima semana-. En caso de resultar negativa, empezaría a contar una marcha atrás de dos meses. Si en ese plazo de tiempo el mismo candidato u otro (véase Sánchez) no consigue ser investido, se convocarían unas segundas elecciones.

Eso sí, el presidente parece convencido de poder articular la mayoría, como ya hiciera la pasada semana, cuando logró que Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG votaran a Armengol como presidenta del Congreso. "Por la aritmética parlamentaria, claramente puede articularse una mayoría en torno al PSOE. Es lo que le he manifestado al rey", ha proseguido el presidente. No obstante, el acuerdo con las formaciones independentistas catalanas se circunscribió a ese hecho concreto. Para el resto, siguen pidiendo el referéndum o la amnistía, una petición que Sánchez ha rehusado tirar tierra abajo. Primero ha intentado evitar hablar sobre "cuál va a ser el proceso de negociación que abra como potencial candidato" y lo ha tachado de prematuro, pero también ha asegurado que es "bastante evidente" que la sociedad catalana "apuesta definitivamente por el reencuentro". Un reencuentro que llegará con "el diálogo como método y con la Constitución Española como el marco".