Níger planta cara a la CEDEAO con apoyo popular y una 'coalición golpista' del Sahel: "La batalla solo acaba de comenzar"

Los líderes del Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria, entre ellos el coronel Ibro Bachirou Amadou y el coronel Amadou Djibo.
Los líderes del Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria, entre ellos el coronel Ibro Bachirou Amadou y el coronel Amadou Djibo.
EFE/EPA/ISSIFOU DJIBO
Los líderes del Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria, entre ellos el coronel Ibro Bachirou Amadou y el coronel Amadou Djibo.

Un mes después del golpe de Estado en Níger, África sigue conteniendo la respiración ante lo que puede ser el inicio de una guerra sin precedentes en el continente. Tras la amenaza de intervenir por parte de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO), con Nigeria a la cabeza, la cúpula golpista de Níger ha asegurado que responderá ante lo que consideran una agresión. La desesperada situación económica, la inseguridad provocada por el yihadismo y el sentimiento anticolonial contra Francia han convertido el Sahel en un avispero golpista donde las juntas militares se han unido en contra de cualquier injerencia. Incluida la de sus propios vecinos.

El golpe de Estado en Níger arrancó el pasado 29 de julio, cuando miembros de la Guardia Presidencial encabezados por Abdourahamane Tchiani bloquearon los accesos al Palacio Presidencial en la capital, Niamey. Los golpistas hicieron un llamamiento a los integrantes de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional a sumarse a su levantamiento contra Bazoum, actualmente retenido; al que acusaban de ser un líder "incoherente e ineficaz" que no era capaz de defender el país.

Además de la destitución del presidente, suspendieron también todas las instituciones y decretaron el cierre de fronteras terrestres y aéreas. Los militares tomaban así el mando bajo el autoproclamado Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria (CNSP), que defiende que un gobierno militar es la única forma de luchar contra el terrorismo.

¿Apoyo a la junta militar?

Los golpes de Estado se han convertido en la norma en el Sahel y Níger es el sexto país de la zona donde una junta militar se ha hecho con el poder. La crisis de inseguridad ha convertido la región en el foco del terrorismo mundial y donde más atentados se producen. Esto, unido al sentimiento anticolonial francés, ha sido capitalizado por los Ejércitos para ganarse el apoyo popular. 

Miles de nigerinos se han congregado a lo largo de este mes para apoyar a la junta golpistas. Este miércoles cientos de mujeres y jóvenes se manifestaron frente a la base aérea 101 del Ejército francés para exigir la salida de los soldados. Y el pasado 19 de agosto los militares congregaron a miles de personas por segunda vez en el estadio de la capital para mostrar musculo y reiterar la expulsión de la Embajada de Francia y hacer frente a cualquier intervención. 

"La situación social ha evolucionado en este mes. Al principio sí que hubo bastante oposición. No generalizada, pero sí hubo manifestaciones en contra del golpe", afirma a 20minutos Eduardo Saldaña, analista y cofundador de El Orden Mundial. "El problema es que conforme ha ido evolucionando la sanciones de la CEDEAO, que han ido aplicándose con cortes de luz desde Nigeria, lo que hemos visto es un cambio en el apoyo a la Junta", reconoce. Saldaña afirma que los ciudadanos lo perciben como una crisis interna que está escalando a nivel regional y es precisamente esa injerencia extranjera la que "provoca rechazo en la población" y "un apoyo al discurso de la Junta militar".

"¡Francia, fuera!" y "¡CEDEAO, abajo!" fueron algunos de los lemas coreados por los manifestantes. Durante las protestas en el estadio, transmitida en directo en la televisión estatal, intervino el portavoz de la junta, el coronel Amadou Abdramane, que pidió al pueblo que se mantuviera "movilizado" y afirmó que "la batalla solo acaba de comenzar".

La CEDAO, la UA y la intervención de Argelia

Las muestras de apoyo se han producido después de la reunión del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana (UA) en la que suspendieron a Níger de su participación en el organismo "hasta el restablecimiento efectivo del orden constitucional". Además, la UA pidió a la CEDEAO que realizara "una evaluación de las implicaciones económicas, sociales y de seguridad" que tendría un despliegue de sus fuerzas de reserva en Níger.

Tras los levantamientos militares en el resto del Sahel, Níger se había convertido en el Estado pilar para toda la estrategia de lucha contra el yihadismo. "Es el último reducto estratégico que le quedaba a Francia y a Estados Unidos. Cuando cayó Mali podías mantener las operaciones porque se movieron a Níger, pero en el momento en el que cae Níger se cae el Estado tapón entre Libia, Nigeria y Mali", afirma Saldaña.

Los jefes de Estado Mayor de los países de la CEDEAO han confirmado que ya tienen decidido "el día D" para una intervención militar, pero que todavía mantienen la esperanza de una salida dialogada a la crisis. Un país que ha entrado en la mediación para evitar una guerra es Argelia. Tras varios contactos con la CEDEAO y la junta de Níger, el ministro de Exteriores argelino, Ahmed Attaf, ha presentado este lunes una iniciativa de mediación política que incluye seis puntos y un cronograma de seis meses para el retorno al orden constitucional.

Por el momento no parece haber fructificado y tanto la junta golpistas de Mali como la de Burkina Faso ya han asegurado que defenderán militarmente a Níger si se termina produciendo una invasión de Nigeria. Tchiani ya ha autorizado que ambos ejércitos intervengan en su territorio "en caso de agresión". El enfrentamiento parece ineludible y la pregunta ahora es si la CEDEAO cumplirá con su promesa y estallará una guerra en la que habrá más de diez países implicados.

Francia se resiste y Rusia mira de reojo

Francia, antigua potencia colonial con importantes intereses económicos y fuerte presencia militar en el país, se ha convertido en uno de los grandes enemigos de los países de la región. El fuerte sentimiento anticolonial está presente en decenas de países africanos y los militares lo explotan en pro de sus intereses.

No obstante, reducir estos conflictos a una lucha por los recursos naturales de ex potencias coloniales sería una simplificación. "Los recursos son una derivada, pero lo que tienes es una lucha de poder interno que ha terminado escalando y teniendo unas implicaciones regionales", recuerda el analista de EOM, que agrega que la situación geoestratégica de Níger tiene más relevancia en el conflicto que la extracción de Uranio.

Por un lado se encuentra la presión de una Nigeria (a través de la CEDEAO) que pide activamente intervenir y, a su vez, el empuje de Francia, que ve una clara pérdida de poder. A todo ello se una la amenaza que perciben los países occidentales de que Rusia aproveche para ganar influencia. Las banderas rusas ondean al compás de los levantamientos militares de los últimos años y la presencia de los mercenarios de Wagner es cada vez mayor. 

Para Saldaña, el manejo del Grupo Wagner de las minas y los recursos es una forma de "controlar el flujo de una actividad económica muy importante en esas regiones", lo que te permite "ganar influencia política" para Rusia. El analista señala que Wagner "no necesariamente impulsa estos golpes", pero su mera presencia o apoyo a juntas militares sí "anima a otros a hacer efectivos los levantamientos". La muerte la semana pasada del líder de los mercenarios, Yevgueni Prigozhin, tras estallarse su avión en extrañas circunstancias ha dejado cierto vacío de poder en el grupo paramilitar. Pese ello, Rusia ya ha de advertido que, ahora más que nunca, Wagner seguirá en la zona; aunque todavía no se conozca como se reorganizarán.

Mientras todo este juego de intereses alimentan las posibilidades de un conflicto armado, cerca de 20.000 nigerinos se han visto obligados a dejar sus hogares, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Un mes después del golpe y de que la CEDEAO anunciara un una intervención militar, el Sahel, África y el mundo aguardan ante lo que podría suponer una guerra que marcará a un continente cada vez más inestable. 

Redactor '20minutos'

Redactor de Internacional, Exteriores y Defensa. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Múndo Árabe e Islámico por la Universidad de Barcelona. En 20minutos desde diciembre de 2020. Escribo sobre conflictos armados, derechos humanos y geopolítica.

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