Granada

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No falleció en un accidente de tráfico, sino asesinada: la hipótesis que da un nuevo giro al caso de la muerte de Encarni en Motril

Vehículo de la Guardia Civil.
GUARDIA CIVIL

El pasado 6 de mayo, la localidad granadina de Motril quedó consternada tras conocer la muerte de Encarni Muñoz y José Manuel Jiménez, una pareja apreciada por todos los vecinos. Una primera hipótesis consideraba que ella, de 39 años, había muerto por un golpe letal que sufrió en un accidente de tráfico del que él, de 41, salió ileso.

Horas más tarde, bajo la idea de no soportar la pérdida de su mujer, el que era agente de la Guardia Civil decidió quitarse la vida con su arma reglamentaria, dejando huérfanas a dos niñas de 12 y 15 años.

Ahora, la autopsia que se practica por protocolo a toda víctima de un accidente, ha determinado que la mujer no falleció por el golpe, sino por asfixia mecánica

La primera versión de los hechos

El accidente se produjo sobre las 20.00 horas del día 6 de mayo cuando el hombre, con el fin de evitar un obstáculo en la carretera, dio un volantazo que sacó al coche de la vía, haciéndole caer por un desnivel de tres metros.

Él, al salir ileso del golpe, intentó reanimar a la Encarni mientras llegaban los servicios de emergencia, quienes ya la encontraron sin vida. Posteriormente, el agente se desplazó hasta Motril donde vivía con su mujer y sus dos hijas.

Horas después, el hombre avisó a la familia de la fallecida de que iba a acercarse al domicilio familiar para coger ropa de las niñas pero, en su lugar, se dirigió a Playa Granada, lugar donde se quitó la vida cerca de las 8.00 horas del día siguiente, 7 de mayo.

Una nueva hipótesis

Ahora, tras conocerse el resultado de la autopsia de Encarni, que oficialmente murió por asfixia mecánica, es decir, por estrangulamiento, un juzgado ha abierto una investigación para esclarecer los hechos.

La hipótesis que ahora se baraja contempla la opción de que la mujer viajara ya sin vida, habiendo sido asesinada antes del siniestro del vehículo.

El Grupo de Homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil de Granada y la Policía Judicial han trabajado con esta hipótesis, después de que, en un primer momento, el cadáver presentara en el lugar del siniestro, en la A-44, a la altura de la salida de la localidad de Cozvíjar, una temperatura que no era compatible con una muerte en el acto, además de no haber signos de que hubiera sido de tal gravedad el accidente como para ser una causa evidente de la misma, según indica Europa Press.

En la posible simulación del accidente, de la que ha informado el diario digital El Debate, el hombre habría podido utilizar una barra de hierro para golpear el coche después del siniestro.

La violencia machista es una de las que más fuerza han tomado en el transcurso de las diligencias, que en principio no entrañarán responsabilidad penal, al estar, en ese caso, el posible autor muerto. 

Un matrimonio muy conocido

El día que se conocieron los hechos, Luisa García Chamorro, alcaldesa de la localidad, señaló una gran consternación entre los vecinos. "Ella tenía un negocio de alarmas y él era guardia civil de Tráfico que estaba destinado en Málaga", explicó a los medios.

Además, narró que a sus hijas, ambas menores de edad, tuvieron que darles la noticia "con la ayuda de un psicólogo especializado". Por su parte, la familia tomó la decisión de posponer el entierro un día, celebrándolo así el 8 de mayo, para poder hacerlo en un acto conjunto con el de su marido.

Encarni Muñoz Carmona

Encarni Muñoz Carmona era una mujer de 39 años que residía en la localidad Playa Granada, Motril, junto a su marido y sus dos hijas. Era la mayor de cuatro hermanos y, dado que su madre trabaja cara al público en una tienda de moda, era una familia muy conocida en la ciudad, según detalló en mayo el medio Ideal.

Sus vecinos, consternados con la noticia, la describieron como una mujer "trabajadora, fuerte y con mucho carácter" que luchaba por cumplir "sus sueños y objetivos". Siempre habría estado vinculada al sector de las alarmas de seguridad y, hasta el día de los hechos, era empleada de Securitas Direct, cuyos miembros se trasladaron hasta Motril para acompañar a la familia en el entierro.

Asimismo, sus familiares también describieron a Encarni como una mujer "totalmente entregada a sus niñas, su marido y sus padres". "Le encantaba viajar y disfrutaba con ellos. Tenía muchas ganas de vivir", detallaron. 

José Manuel Jiménez Palomo

José Manuel Jiménez Palomo, de 41 años, era un agente de la Guardia Civil de Tráfico que realizó sus prácticas en la localidad de Salobreña. Tras años de carrera, se había convertido en cabo primero del cuerpo y estaba desinado en Málaga. 

Sin embargo, José, más conocido como Manolo, había dedicado su actividad laboral a la construcción, por lo que, según sus compañeros, preguntados momentos después de los hechos "era un manitas, capaz de arreglar y hacer todo lo que se le ponía por delante".

Respecto a la relación que le vinculaba con su mujer, añaden que "se querían muchísimo. Se buscaban, eran tal para cual. Donde iba él, iba ella y viceversa". 

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