Nacional

Armengol no dejará el liderazgo del PSOE de las Islas Baleares pese a ostentar la presidencia del Congreso

Pedro Sánchez conversa con Francina Armengol en el Congreso de los Diputados.
Chema Moya / EFE

El hecho de convertirse en la tercera autoridad del Estado -es decir, presidenta del Congreso de los Diputados- no altera los planes de Francina Armengol. La que fuera presidenta de las Islas Baleares entre 2015 y 2023 dio el salto a la política nacional con el fin de defender los intereses de su autonomía, en la que sigue siendo la máxima voz del PSOE. Lo continuará siendo, tal y como confirman fuentes de su entorno, ya que no tiene intención de dejar la Secretaría General de la federación socialista balear. Solo una decisión en sentido contrario del presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez, podría provocar que dejara paso a otro liderazgo.

Fuentes cercanas a la presidenta explican que su intención es continuar liderando el PSOE balear. Insistió en ello en una entrevista concedida esta semana a El Periódico de España. Al ser preguntada sobre sus declaraciones sobre volver a intentar ser presidenta de las islas en 2027, cuando se celebrarán las próximas elecciones autonómicas, aseguró que seguiría trabajando "intensamente en esas posiciones". Declaró, asimismo, que lo que le toca ahora al partido es "hacer oposición" a Marga Prohens, presidenta del PP gracias a la abstención de Vox, "con los representantes ya elegidos". Es decir, "el portavoz parlamentario, los portavoces en Consells y en el Ayuntamiento de Palma".

También destacó la presidenta algo en lo que hacen hincapié algunos de sus colaboradores. El Partido Socialista en Baleares "está fuerte y unido". Añaden las mismas fuentes que la de Armengol es la figura más potente que tiene la federación. Ocho años como presidenta lo avalan. De hecho, fue la primera mujer en ostentar el máximo puesto en las islas y la que más tiempo ha estado en el cargo de forma ininterrumpida desde Gabriel Cañellas, de Alianza Popular, que estuvo desde 1982 hasta 1995.

Además, en las pasadas elecciones autonómicas, Armengol fue una de las presidentas socialistas que no perdió votos. Sí es cierto que se dejó un diputado por el camino, pero aumentó en apoyo popular. Fue el desplome de Podemos y la gran recuperación del PP lo que la dejó sin opciones de reeditar por un tercer mandato. Esto provocó que fuera una de las seleccionadas por Sánchez para desembarcar en la política nacional como premio de consolación. Pasó de igual forma con, por ejemplo, Óscar Puente, exalcalde de Valladolid. Cierto es que ambos han sido destacados fieles al jefe del Ejecutivo en funciones desde hace años.

Con todo, no es habitual que el presidente del Congreso compatibilice esa función con un cargo de tal calibre en el partido, pese a que Meritxell Batet, antecesora de Armengol y que fue cabeza de lista por Barcelona en las generales del 23 de julio, era la número dos del PSC. Ana Pastor, del PP, no tenía cargo en el partido. Tampoco Patxi López, que presidió la legislatura corta de 2016. José Bono, en cambio, sí realizó dos funciones -secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha y presidente de la presidencia de la Cámara Baja-, pero dejó el liderazgo del partido tres meses después de ser nombrado.

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