Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Ramón García y su cualidad a la hora de pronunciar 'La 1 de Televisión Española'

Ramón García en el plató de El Grand Prix 2023
Ramón García en el plató de El Grand Prix 2023
RTVE
Ramón García en el plató de El Grand Prix 2023

El Grand Prix ha cerrado esta noche su temporada de regreso a TVE con la victoria de Alfacar. Un retorno de tal éxito que se asegura volver el próximo verano. Por primera vez en su trayectoria en Televisión Española, el concurso se ha realizado fuera de la cadena pública. Pero no se ha notado demasiado. Y una de las claves está en la habilidad de Ramón García a la hora de recordar a los espectadores que están viendo "La 1 de Televisión Española". El maestro de presentadores lo repite durante cada programa con la solemnidad que merece esta institución audiovisual. No es una coletilla, no es un tic menor. Es una acción fundamental en televisión. Y que, en cambio, está en desuso. 

Ramontxu cita el nombre de 'Televisión Española' con una autoridad que sitúa al espectador en el canal de su vida. La energía de su entonación remite a prestigio, no a un 'canalillo' cualquiera. Así hace más grande la percepción del canal. García viene de una escuela que no sólo incidía en el orgullo de estar "viendo La Primera de TVE", sino que también recalcaba en qué plató se emitían los programas: "en directo, desde el Estudio 1 de Prado del Rey". No es baladí. De esta manera, las industriales instalaciones de la cadena se impregnaban de la aureola de sitio especial, de edificio emblemático donde sucedían momentos únicos de sensibilidad y fantasía.

En cambio, en los últimos años, da la sensación que pronunciar con énfasis el nombre de Televisión Española suena a antiguo. Y se ha ido dejando de verbalizar con la ilusión con la que crecimos. Lo que ha provocado que la marca de TVE haya perdido cierta entidad. Porque las liturgias de celebrar la cadena pública son fundamentales para crear familia de programas y presentadores. Que no parezca que TVE se ha transformado en un mero centro emisor de producciones externas que se podrían programar indistintamente en un canal u otro.

De ahí la relevancia de la experiencia de Ramón García incluso para cuidar aquello que parece que es secundario pero que es fundamental. La complicidad de la audiencia se cimenta en la confianza que otorga la credibilidad. Y si estás en TVE, su crédito también se resalta en la capacidad de pronunciar el nombre de La 1 sin complejos. Nombrar Televisión Española con orgullo anima a que la audiencia se sienta que no está por inercia frente a la pantalla, está conectando con una cadena que resuena a sello vivo de calidad, que resuena a la historia de todos.

Borja Terán
Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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