Luis Algorri Periodista
OPINIÓN

Esa camiseta

Carlos Alcaraz en el US Open 2023
Carlos Alcaraz en el US Open 2023
EFE
Carlos Alcaraz en el US Open 2023

Pedro Sánchez tiene ahora mismo 405.000 seguidores en Instagram. Alberto Núñez Feijóo, 147.000. El rey, casi 40.000. Carlos Alcaraz, un niño de Murcia que tiene veinte años y que juega al tenis, tiene 4,2 millones.

¿Es Instagram un índice infalible de popularidad pública? No. Pero las cifras son lo bastante escandalosas como para no ignorarlas. España no veía semejante vendaval de pasión colectiva desde Rafa Nadal. O desde la Roja. Carlos, lo mismo que Rafa, produce siempre buenas noticias que nos hacen sentir orgullo como país, pero también afecto personal, cercanía, cariño y, las pocas veces que pierde, compasión. Son sensaciones positivas que compartimos todos. Los políticos (dejo aparte al rey, desde luego) generan inmediatamente división y controversia.

Ah, pero Carlitos (así le gusta que le llamen) también es objeto de polémicas. Si ustedes miran la prensa estadounidense, al menos en las páginas deportivas, verán un debate divertidísimo y muy nutrido sobre la camiseta que el chaval ha elegido para jugar el Open de EEUU, uno de los cuatro más importantes del mundo; ya lo ganó el año pasado y muy bien podría repetir triunfo este año, eso lo sabremos de aquí al domingo.

Es una camiseta sin mangas, lo cual no es una novedad (muchos tenistas más la usan) pero hace que el murmullo del público crezca notablemente cuando le ven salir a la pista con ella y, sobre todo, si se la quita: vaya cuerpazo que ha criado el nene. Pero la discusión no es por las mangas, sino por el dibujo que lleva en la parte frontal. Es un diseño de Nike, uno de sus patrocinadores.

Nadie sabe qué rayos es eso. Las teorías vuelan por todas partes. Les enumero algunas. Es una "deconstrucción" de la Estatua de la Libertad. Podría ser, cómo averiguarlo. Es un cuadro de Vasili Kandinski (otros aseguran que es del español Manuel H. Mompó) pasado por la batidora. Es la radiografía coloreada de una ensalada de zanahoria. Es una foto de Murcia después de ponerla en manos de un niño de cuatro años provisto de unas tijeras. Es el torrente sanguíneo de una rana arborícola visto por el microscopio. Es lo que hay en la bolsa de basura de una fábrica de confeti. Es un ejercicio de clase del Aula de Rehabilitación de Alcohólicos del departamento de diseño de Nike, que es quien ha creado ese… esa… Bueno, lo que sea eso que hay ahí. Que seguramente será delito en algunos países.

Carlitos es tan indiferente a esas polémicas como lo es a las trampas marrulleras de Novak Djokovic. A él le encanta la camiseta. Y con ella está jugando mejor que nunca antes en toda su vida. Ah, olvidaba decirles que en Twitter hay quien ha sospechado poderes hipnóticos en ese diseño: los rivales miran la camiseta (sobre todo si se mueve), se atontan y fallan. Eso sí es verosímil. Porque lo cierto es que fallan.

Y ahora que hemos perdido el tiempo ocupándonos de un debate que arrastra a decenas de miles de personas (muertas de la risa) en todo el planeta, volvamos a la ¡apasionante! vida real y ocupémonos de cosas que nos interesan muchísimo a todos, como lo de la investidura, los cuatro votos que le faltan a Feijóo y las cuentas del mercader Puigdemont. Ah, y lo de Rubiales, que no se nos olvide lo de Rubiales.

Qué vida más emocionante llevamos, ¿eh?

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