El informe externo que encargó el Ayuntamiento de Barcelona para investigar el porqué del desplome de la palmera datilera que el 3 de agosto mató a una joven de 20 años en el barrio del Raval concluye que "no se puede establecer la causa de manera exacta". Lo ha anunciado este viernes el gerente del Instituto Municipal de Parques y Jardines, Francesc Jiménez, que ha afirmado que ante la imposibilidad de "detectar" si a otras de la misma especie "les puede ocurrir lo mismo", han decidido talar más de medio millar, 540. De estas, ya se han cortado 308.
Las 540 palmeras, ha explicado, tienen características similares a la del Raval o su altura es superior a los 10 metros y están situadas en zonas de riesgo. La decisión de talarlas se ha tomado tras revisar 1.224 de las 2.500 palmeras datileras que hay en la ciudad, que son las únicas que dan "problemas de fractura", ha apuntado el jefe de área de gestión de arbolado, Joan Guitart.
El Instituto Municipal de Parques y Jardines, ha informado Guitart, tiene previsto acabar con las 308 que queda por eliminar "en las próximas tres o cuatro semanas". Las palmeras taladas se sustituirán por otras de distinta especie o por otro tipo de árboles cuando finalice el actual decreto de sequía.
El Ayuntamiento, además, ha decidido acelerar el proceso de sustitución de palmeras datileras que empezó en 2014, para lo que ha modificado el Plan de gestión de riesgo del arbolado, con el objetivo de mejorar la seguridad, a pesar de que "es el más restrictivo del Estado", ha señalado Jiménez.
Con el cambio de normativa, se prevé "la tala sistemática de todas las palmeras datileras de más de 10 metros de altura plantadas en ubicaciones con probabilidad de causar daños personales y también de todas aquellas en las que se observen factores de riesgo identificados". Los ejemplares catalogados y, por lo tanto, protegidos, sin embargo, se mantendrán, porque "ya tienen sistemas de seguridad complementarios".
También se establece el riego sistemático de todas las palmeras datileras de la ciudad en época de calor, algo que ya se está llevando a cabo en las últimas semanas.
El informe
El informe que encargó el Ayuntamiento a una empresa de arboricultura especializada en patologías de árboles para determinar la causa de la caída de la palmera del Raval, y que concluye que esta no se puede establecer, apunta que el desplome "no era previsible y ningún factor permitió actuar de forma preventiva". Señala también que "presentaba un aspecto normal, sin defectos internos".
Según el estudio, la palmera "no estaba expuesta a grandes cargas de viento que implicaran un riesgo alto". Además, no se detectaron anomalías ni con su análisis visual ni con un test de oscilación. Tampoco las últimas imágenes de inclinación disponibles, que son de marzo y extraídas de Google Street View, ha contado Jiménez, muestran "niveles preocupantes".
El informe apunta, sin embargo, que podría ser relevante el hecho de que, en cumplimiento del decreto de sequía, se cerrara una fuente ornamental situada cerca de la palmera, pues esta "podría tener filtraciones que ayudaran a hidratarla", ha explicado el gerente del Instituto Municipal de Parques y Jardines.
Además, el estudio no descarta que sufriera "un estrés hídrico importante por desadaptación en periodo de sequía elevada".
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