El terremoto de magnitud 7 que ha tenido lugar en Marruecos este viernes por la noche ha dejado al menos 1000 fallecidos y cientos de heridos en varias zonas del país. El epicentro se sitúa unos 60 kilómetros al suroeste de Marrakech, una de las ciudades más importantes y que reúne a millones de turistas cada año.

Alrededor de 18.000 españoles viven y trabajan en Marruecos, que se suman a los miles de españoles que eligen al país vecino para irse de vacaciones y conocer su cultura y tradiciones, como es el caso de Irene Seixas, Carla Oval, Raquel Muñoz o Nuria, españolas que han vivido en primera persona el seísmo desde Marrakech.

Esta pasada noche, poco después de las 23:00 horas, el suelo empezó a temblar. "Estábamos en la terraza del hotel y salimos todos corriendo a la calle", recuerda Nuria, una madrileña de 50 años que explica a EFE que el sismo duró unos 13 segundos y que no ha habido réplicas posteriores, aunque por precaución pasaron gran parte de la noche en la calle.

Han estado a la intemperie hasta las 4 de la madrugada, cuando les han dejado volver a las habitaciones. "El hotel está en un barrio popular, a 1,7 kilómetros del zoco, y los vecinos son gente muy humilde que, a pesar de lo poco que tienen, han compartido con nosotros sus mantas para que pudiéramos dormir algo", comenta agradecida.

Carla y Raquel estaban paseando cuando empezó el terremoto: "Primero notamos un mareo y empezó a temblar el suelo. Se veía perfectamente cómo temblaba la tierra y las farolas, el tráfico se paró, la gente salía de los coches, corrían de los hoteles, se oían estruendos...", han explicado estas dos canarias al canal 24 Horas de TVE. 

"Fue muy agobiante. Se veía a mucha gente en la calle llorando y corriendo", añaden al contar que ellas se agarraron a las personas que tenían al lado y también salieron corriendo. "Cuando llegamos al hotel estaban todos los huéspedes fuera y no nos dejaban entrar por futuras réplicas que pudieran haber. Estuvimos hasta las tres y pico de la mañana en la calle".

Por su parte, Irene ha admitido que ella y sus acompañantes todavía están "un poco nerviosos". "Estábamos en plena Medina. Tuvimos la suerte de que nuestro riad estaba recién reformado y no se vino a bajo, pero sí se rajó. Aun así pudimos salir rápidamente, aunque los edificios de alrededor se vinieran abajo", ha detallado.

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Irene ha explicado que, aunque tuvieron la suerte de que el alojamiento no se derrumbara justo encima de ella y sus acompañantes, sí que lo pasaron mal. "Primero nos pusimos colchones encima, pero no paraba de entrar polvo al riad y decidimos salir a la calle con el resto de la población", ha continuado.

"Ahora mismo estamos destempladísimos", ha asegurado Irene al contar que han tenido que pasar toda la noche intentando dormir en la calle, al igual que mucha otra gente, porque no tenían otra opción. "Dormimos en una plaza que hay junto a la mezquita principal, pero ha sido una noche terrible, ha habido todo el rato sirenas, policías, rescates..."

"El ambiente es horrible horrible, nosotros hemos podido salir y tenemos una casa en otra parte del mundo, pero hay familias, niños, que se han quedado sin nada", ha comentado visiblemente afectada. Asimismo, Carla y Raquel coinciden en que en la calle "había mucho miedo": "La gente sacaba sus mantas y almohadas para dormir en la calle".

Además, estas últimas indican que también había "mucha preocupación por el hándicap del idioma". "Preguntábamos y no entendíamos nada. Hablamos con gente de aquí y españoles de otros hoteles a ver si nos podían contar que les decían a ellos y así íbamos recabando información".

Sin vuelos de vuelta a España

Desde anoche muchos turistas han empezado a buscar vuelos de regreso a sus países y alojamientos en otras zonas para poder hospedarse. "Los vuelos estaban agotadísimos, tuvimos que comprar vuelos de 1.000 euros para irnos antes, y con los hoteles lo mismo, nos hemos venido a la zona nueva de Marrackech, que son hoteles más de lujo a las afueras y estamos en un vestíbulo esperando a ver si podemos conseguir una habitación", ha señalado Irene.

Sin embargo, no todos tienen la suerte de encontrar vuelos disponibles.  Nuria aguarda con su marido y sus dos hijas en un hotel de Marrakech pendientes de encontrar plazas libres en algún avión de vuelta a España. "Estamos bien, a salvo y agradecidos porque en medio de esta tragedia a nosotros no nos ha pasado nada", explica.

Por otro lado, Irene confiesa sentirse insatisfecha con la embajada española en Marruecos, puesto que, asegura, no les han dado recomendaciones ni prestado ningún tipo de ayuda: "Nos han dicho que a no ser que haya muertos no nos podían atender. Nos quedamos en la calle durmiendo, con mucho frío y sin una manta".

"Llamamos a la embajada y nos dijeron que no había ningún protocolo. Las personas españolas aquí estamos un poco decepcionadas con la embajada, ya que dijeron que si había algún muerto acudían, pero que si no que nos buscásemos un poco la vida", ha detallado.

Nuria se puso en contacto  con el consulado español por la mañana, desde donde informaron de que no les iban a repatriar en ningún vuelo, puesto que las plazas disponibles las van a destinar a los españoles que se encuentran en zonas más afectadas.

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"Estamos mirando a ver si hay huecos en algún vuelo, pero nada, seguramente tendremos que esperar al martes, que es cuando teníamos prevista la vuelta a España", señala. En el hotel hay agua y electricidad, con lo que esta madrileña está tranquila. "Estamos bien, no nos ha ocurrido nada, así que tendremos paciencia y volveremos a España cuando se pueda".

Nuria y su familia llegaron a Marrakech la noche del jueves junto con un grupo de 15 españoles y todos permanece en el hotel, aunque pueden salir a la calle. "Nos han pedido que no nos acerquemos a la zona del zoco y la medina, que debe estar destrozada", y por no entorpecer los trabajos de rescate.