La AEMET prevé un otoño "muy cálido" y lluvioso tras un verano que afianzó la senda hacia olas de calor de "tórridas" a "infernales"

Evolución de la temperatura en España desde 1900.
Evolución de la temperatura en España desde 1900.
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MITECO

Después del tercer verano con temperaturas más altas desde 1961 llega un otoño "muy cálido" que se espera lluvioso y que, en ese caso, podría poner punto y final a la sequía de larga duración que padece España. Esta es la previsión que hace la Agencia Española de Meteorología (AEMET) sobre los próximos tres meses, que seguirán a unos meses estivales que afianzaron la tendencia del calentamiento no solo de la atmósfera, también del mar, y que marcaron hasta cuatro olas de calor y noches no sólo "tórridas", también "infernales" en las que la temperatura no bajó de los 30 grados.

La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el portavoz de la AEMET, Rubén del Campo, han hecho este jueves balance climático del verano pasado, que fue el tercero más caluroso pero no alcanzó las cotas de 2022, y también se han referido a lo que puede esperarse para los próximos tres meses.

Según ha explicado Del Campo, los modelos muestran un otoño "muy cálido" -más que "cálido" y menos que "extremadamente cálido", categorías con las que trabaja la AEMET- y también "lluvioso", ha añadido sobre un extremo que en estos momentos es más difícil de predecir. 

La lluvia, ha dicho, es "un parámetro mas escurridizo, pero los modelos de predicción dicen que hay una probabilidad mayor de que sea un otoño lluvioso, con lluvias por encima de lo normal y sobre todo en el noroeste de la Península". En este sentido, confía en que las precipitaciones puedan contribuir a acabar con la sequía. "Si no son torrenciales y muy intensas, serían buenas para atajar la sequía de larga duración", ha afirmado.

Lluvias pero no DANA esta semana

En el más corto plazo, el portavoz de la AEMET ha descartado que los pronósticos de lluvias -intensas en algunos puntos, sobre todo en el Mediterráneo- que se esperan para los próximos días reproduzcan la DANA de finales de agosto.

"Tenemos la formación de una borrasca en el Atlántico que este vienes va a dejar lluvias abundantes en buena parte de la Península y ojo al Mediterráneo, porque hay peligro importante de lluvias fuertes o muy fuertes", ha advertido Del Campo, que también ha advertido de lluvias en el oeste durante el fin de semana pero no espera "lluvias tan torrenciales como la DANA de hace dos semanas".

Calentamiento, la "pura realidad"

Todos estos pronósticos y predicciones sobre lo que ocurrirá en otoño o en los próximos días se basan en modelos y son distintos a la "observación" de lo sucedido" el pasado verano, cuando el cambio climático siguió dejándose notar con días y noches muy calurosos, en tierra y en el mar. Es "la pura realidad", ha dicho Ribera, que ha defendido el trabajo de los "fantásticos profesionales de la AEMET" y la contundencia de "los datos observados", como los que ha registrado la NASA sobre la evolución de la temperatura en España desde 1900, que el Ministerio de Transición Ecológica ha resumido en un vídeo.

"Son 30 segundos inapelables", ha dicho Ribera sobre el vídeo que, "traducido en experiencia de vida", refleja que "nuestros abuelos a lo mejor vivían una ola de calor en su vida, alguna noche tórrida a lo largo de su vida, y conforme fueron pasando los años cada vez es más frecuente, días con temperaturas extremas e inviernos más suaves de lo normal".

Lo que también dicen los datos es que el verano pasado fue el tercero de mayor temperatura desde que hay datos, desde el año 1961. El más caluroso desde entonces fue el del año pasado, 2022, y le sigue otro verano, el de 2003, que quizá parece lejano ya pero que queda dentro del siglo XXI, en el que en solo 23 años se concentran los diez veranos más cálidos desde 1961, cuatro de ellos desde 2005.

De tórridas a infernales

En junio, julio y agosto pasados se confirmó la tendencia de que vamos hacia temperaturas cada vez más elevadas, olas de calor cada vez más frecuentes y más intensas, con noches que ya han pasado de la categoría de "tórridas" a una nominación que "infernales", que Del Campo ha reconocido que todavía es provisional antes de que la AEMET le dé un término más adecuado.

"Se están acumulando años de veranos tórridos", ha avisado Del Campo. El de este año acumuló cuatro horas de calor, con 24 días "en situación de grave calor", lo que equivale a "más de la cuarta parte de verano en situación extrema de altas temperaturas". El año pasado fue todavía peor, con 41 días de calor extremo, mientras que en el siglo XX las olas de calor solían durar unos siete días.

Además de durar más, las olas de calor son más frecuentes y se suceden récords de temperatura que en 2023 marcaron la diferencia porque ya no se trataba de décimas o un grado, sino de más. Por ejemplo, aquel 10 de agosto que el aeropuerto de Valencia registró 46,8º, 3,5 más que el récord anterior tendencia es a un aumento en numero de días bajo ola de calor o la proliferación de noches de calor que ya no pueden considerarse ni tropicales ni ni siquiera tórridas, como los 31,2 grados que se alcanzaron una noche en Málaga o aquella que en Tenerife el termómetro no bajo de 37. "Ya las llamamos infernales", ha dicho Del Campo, para referirse a los casos en los que no se baja de 30 grados.

"Se van acumulando las horas de calor", advierte la AEMET, no solo en superficie, porque también el agua del mar batió récords en el verano de 2023, con temperaturas más altas incluso que en el caluroso verano de 2022.

Clara Pinar
Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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