OPINIÓN

Chinos y hormigas

Pablo Motos posa junto a las hormigas Trancas y Barrancas en el plató de 'El hormiguero'.
Pablo Motos posa junto a las hormigas Trancas y Barrancas en el plató de 'El hormiguero'.
Carlos López Álvarez
Pablo Motos posa junto a las hormigas Trancas y Barrancas en el plató de 'El hormiguero'.

El panorama televisivo aparece, como el tiempo, revuelto esta temporada. La lucha por la audiencia, el conseguir unos puntos o décimas más que el adversario, siempre ha estado presente como objetivo en las cadenas, pero en el inicio de este nuevo curso la pelea se ha recrudecido. Es mucho lo que está en juego.

En los últimos tiempos se había afianzado el liderazgo indiscutible de Antena 3 y su rival, Telecinco, vivía las horas más bajas, lo que llevó a sus responsables, entre otras razones, a dar un volantazo y suprimir los programas que en el pasado habían vertebrado con éxito el eje de la cadena. Cayeron Sálvame y sus afines y se impuso la necesidad de reinventarse.

Jorge Javier Vázquez, su presentador estrella, debutó el lunes con un nuevo programa en el que Mediaset tenía depositadas muchas esperanzas. Cuentos chinos salió a competir directamente con la joya de la corona de Antena 3, El Hormiguero que, con Pablo Motos al frente, reina en esa preciada franja horaria que sigue al telediario de la noche. El debut de los chinos frente a las hormigas se saldó con un modesto 9,4% de share frente a un rotundo 19,1% de Motos: 2,4 millones de espectadores frente a 1,2, el doble.

No fue un buen principio y las audiencias de los días siguientes fueron por el mismo camino. Es pronto para dictaminar, habrá que esperar, pero paciencia y tiempo no son una fórmula que guste a los jefes que quieren y necesitan buenos resultados sin esperas.

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