El perro, el animal más camaleónico sobre el que siguen pesando falsos mitos del lobo

La mirada de un perro y de un lobo.
La mirada de un perro y de un lobo.
PEXELS
La mirada de un perro y de un lobo.

Siempre hemos escuchado que los antepasados directos de los perros son los lobos... pero eso no significa que sea así. Hay varios estudios y libros que establecen que el perro no desciende del lobo, sino que ambos tienen un antepasado común (Tomarctus). En cualquier caso, está claro que se han convertido en dos especies muy distintas y que lo que aprendemos de unos no necesariamente sirve con los otros.

Cada vez estudiamos más a todas las especies animales y una de las mejores herramientas recientes es el estudio de su adn. Leía un artículo publicado sobre el gen IGF1, un gen presente en perros relacionado con la disminución de tamaño. Por otro lado, los perros poseen más tripletes de bases, lo que resulta en un adn muy “plástico”, es decir, permite crear desde perros diminutos de un kilo de peso como el Chihuahua hasta perros gigantes de 80 kilos como el Gran Danés; distintos tipos de cabeza (chata, alargada); y diferentes tipos de manto, desde el crestado chino sin pelo hasta el rizado manto del caniche gigante.  También los colores de los perros son muy variables, existen perros con mantos moteados, atigrados, lisos, con uno, dos o más colores, en composiciones de colores exóticas: marmoleado (o merlé), atigrado, leonado...

Pero el extinto Aenocyon dirus, o conocido como Lobo Gigante, apenas difería en aspecto de los lobos actuales. No existían, ni existen, lobos moteados, atigrados, o de patrones de colores semejantes a muchas de nuestras razas de perro. Esto nos da mucha información sobre su adn. Si el perro viene del lobo, y comparten mucho adn (que lo hacen) llama la atención que la variedad en tamaño, forma y color que obtenemos en los perros no esté presente en los lobos.

El lobo gigante era más grande, eso sí, pero los restos óseos mantienen una estructura craneal y corporal muy semejante a la de los lobos actuales. La calavera del perro sin embargo, es muy diferente a la de los lobos e incluso muy diferente entre razas de perro. Si observamos la calavera del pastor alemán, el chihuahua, el carlino o el bull terrier, casi parecen animales diferentes. El cráneo de los lobos en cambio, no ha sufrido modificaciones durante cientos de años, lo que indica que su adn no es tan maleable como el del perro.

Cráneos de perros.
Cráneos de perros.
Aaha.org

En cuanto a los dientes, los perros poseen una muela carnicera atrofiada, este molar es muy importante para los animales carnívoros, ya que lo utilizan para desgarrar carne y romper hueso. De hecho, en animales carnívoros estrictos como los lobos, la pérdida de estos dientes significa la muerte por inanición. Hablo de animales carnívoros y no de perros, porque su adn nos indica que tiene 7,4 más copias del gen amilasa y transponedores de maltosa y sacarosa. De manera que son capaces de asimilar el almidón y carbohidratos cortos, lo que los convierte en omnívoros. Otra importante diferencia con su primo lobo y que coincide con la atrofia de la muela carnicera. Muy probablemente el perro no sea un gran cazador como hemos creído durante años.

En el libro Perros: Una nueva interpretación sobre su origen, comportamiento y evolución del gran estudioso de los perros Raymond Coppinger, se profundiza sobre que el origen del perro sea un protoperro que se acercó a los poblados humanos del mesolítico atraído por el olor de los restos de basura. Y que este animal evolucionara en su nicho como animal omnívoro especialista en encontrar alimentos en lugares con olor pútrido. De hecho si tienes perro, estoy segura que en algún momento habrá rebuscado en la basura, comido alguna deposición de animal o humano.

Hoy he encontrado un libro que habla sobre este tema en profundidad, lo he ojeado por encima atraída por su título: Wolves and Dogs: between Myth and Science (Lobos y Perros, entre el mito y la ciencia), y leyendo el resumen he visto una foto que coincide con el origen propuesto por los grandes estudiosos de los perros y de una servidora, a la que le hace ilusión dejar este artículo (con mucho estudio detrás) sobre el origen de los perros.

Imagen del libro 'Wolves and Dogs: between Myth and Science'.
Imagen del libro 'Wolves and Dogs: between Myth and Science'.
Fascinating Life Sciences

La moraleja de esto es que, desgraciadamente estamos educando a los perros con reglas de lobos, y no solo eso. Sino con reglas erróneas sobre los lobos.

Durante años se ha creído que lo “normal” es que un perro atacase gatos u otros animales porque al “venir del lobo” le sale el instinto cazador y es imposible que perros y gatos se lleven bien. O incluso mitos sobre que si un perro prueba la sangre, se le despierta el lobo que lleva dentro y se convierte en un animal salvaje y agresivo sin remedio. También creencias cómicas como que si el perro pasa delante de ti al cruzar una puerta te domina, porque en lobos el que manda va delante...  En fin, mucho cuento y poca ciencia.

Sonia Losada
Especialista en comportamiento canino y podcaster

Soy ingeniera técnica agrícola y auditora interna de calidad alimentaria especializada en FSC22000. Durante tres años estuve de voluntaria en la protectora Lliga pels animals i plantes, de Barcelona. Desde 2010 me estoy formando y trabajando como educadora canina y adiestradora. Colaboro con protectoras, perreras y centros veterinarios. Me he formado con grandes profesionales como Turid Rugaas y Ian Dunbar. Organizo seminarios de especialización en comportamiento canino en Barcelona, con ponentes nacionales e internacionales. Soy formadora en activo del curso profesional de Educación canina y adiestramiento en L'escola D'Oficis de Catalunya. Mentora de nuevos profesionales. Creadora del podcast "Hablemos de perros". Colaboro escribiendo sobre ciencia aplicada al comportamiento canino en 20minutos desde 2022.

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