La OCDE eleva al 2,3% su previsión de crecimiento para España en 2023 y mejora la de inflación aunque lejos del objetivo del BCE

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
La vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, Nadia Calviño (archivo).
CHEMA MOYA / EFE
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.

La OCDE ha actualizado este martes sus previsiones económicas para 2023 y 2024. Su pronóstico mejora el horizonte más cercano de España, al vaticinar un crecimiento del 2,3% para este año y mantener el 1,9% previsto para el próximo. El organismo internacional también acrecienta sus expectativas sobre el comportamiento de los precios en España, aunque advierte sobre la persistencia de la inflación durante los dos próximos años, que continuará previsiblemente alejada del objetivo marcado por el Banco Central Europeo (BCE).

El PIB español se expandirá en 2023 un 2,3% según las previsiones de la OCDE, que ha revisado dos décimas al alza su pronóstico de junio. En cambio, el crecimiento del 1,9% esperado para 2024 permanece inmóvil. El pronóstico del organismo internacional se alinea con el de la Comisión Europea, que vaticina una expansión del 2,2% para 2023 y del 1,9% para 2024. Ambas predicciones mejoran ligeramente el 2,1% con el que el Gobierno elaboró los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para este año, aunque mantienen el escenario de desaceleración previsto con respecto a 2022, más aún después de que el INE revisara este lunes el dato de PIB del año pasado y lo elevara hasta el 5,8%.

El comportamiento de la economía española vaticinado por la OCDE para España es mejor al esperado para el conjunto de la eurozona, para la que se prevé un avance del 0,6% en 2023 y del 1,1% en 2024. Entre las cuatro grandes economías europeas, Italia y Francia se sitúan por encima de ese pronóstico —con previsiones de expansión del 1% y 0,8% para este año respectivamente—, mientras que en Alemania se espera una contracción del PIB del 0,2%. Al otro lado del océano Atlántico, en Estados Unidos se augura un avance del 2,2% para 2023 y del 1,3% para 2024.

La OCDE también ha revisado tres décimas al alza su pronóstico de crecimiento de la economía mundial para este año hasta el 3%, aunque ha recortado dos décimas su previsión para 2024 al 2,7%. "Después de un comienzo de 2023 más sólido de lo esperado, ayudado por los menores precios de la energía y la reapertura de China, se espera que el crecimiento mundial se modere. El impacto de una política monetaria más estricta es cada vez más visible, la confianza de las empresas y los consumidores ha disminuido y la recuperación en China se ha desvanecido", explica el organismo.

Una inflación persistente

La organización con sede en París no solo vaticina una desaceleración económica generalizada para lo que queda de año, sino que también advierte sobre el comportamiento de los precios, que seguirán encareciéndose a un ritmo superior al 2% ansiado por el BCE durante, al menos, los próximos dos años. La OCDE pronostica para España una inflación media del 3,5% al cierre de este año y del 3,4% para el próximo, cuatro y cinco décimas por debajo respectivamente de la anterior previsión. El pronóstico para la eurozona es menos optimista, al proyectar unas tasas de variación del IPC del 5,5% para 2023 y el 3% para 2024.

"La inflación general está disminuyendo, pero la inflación subyacente sigue siendo persistente en muchas economías, sostenida por presiones de costos y altos márgenes en algunos sectores", avisa el organismo internacional. La inflación subyacente refleja en qué medida el alza de precios se ha extendido por toda la economía, ya que descuenta el coste de la energía y de los alimentos no elaborados por su alta volatilidad. La OCDE apunta a que la tasa de variación del IPC subyacente se situará en 2023 en una media del 4,4%, todavía por encima del índice general, y no será hasta 2024 cuando se modere hasta el 3%. 

Ante este escenario, la OCDE sostiene que "la política monetaria debe seguir siendo restrictiva hasta que haya señales claras de que las presiones inflacionarias subyacentes han disminuido de manera duradera". Es decir, anima al BCE a mantener los tipos de interés altos hasta doblegar la inflación. La autoridad monetaria acometió su décima subida de tipos el jueves pasado, aunque apuntó a que podría ser la última. "El Consejo de Gobierno considera que los tipos de interés oficiales del BCE han alcanzado niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán sustancialmente a que la inflación vuelva a situarse oportunamente en el objetivo", expresó la institución presidida por Christine Lagarde en su comunicado.

El efecto del alza de tipos sobre las familias y empresas endeudadas es, para la OCDE, uno de los principales riesgos para la economía mundial. "La incertidumbre sobre la fuerza y la velocidad de la transmisión de la política monetaria y la persistencia de la inflación son preocupaciones clave. Los efectos adversos de los tipos de interés más altos podrían resultar más fuertes de lo esperado, y una mayor persistencia de la inflación requeriría un ajuste adicional de las políticas que podría exponer las vulnerabilidades financieras", advierte el organismo, que también reclama políticas "creíbles" para garantizar la sostenibilidad de la deuda pública.

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