El Banco de España advierte de una inflación más alta de lo esperado en 2023 y 2024 y rebaja el PIB previsto para el año próximo

Europa Press
El Banco de España ha mantenido su previsión de crecimiento de la economía española para 2023.
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La lucha por aplacar las subidas de precios que desde hace casi dos años ahogan a familias y empresas será más larga de lo previsto. El importante aumento en los precios de la energía durante el verano —en especial del petróleo, con un barril de Brent un 28% más caro que antes de las vacaciones— ha llevado al Banco de España a revisar al alza sus previsiones de inflación para 2023 y 2024. Además, el supervisor bancario advierte de que la desaceleración que vive la economía europea, los elevados tipos de interés y el repunte de los precios de la energía lastrarán el crecimiento económico de España el año próximo.

Las previsiones macroeconómicas que el supervisor bancario ha publicado este martes señalan que 2023 cerrará con una subida en los precios de consumo del 3,6% en promedio —cuatro décimas más de lo que se esperaba hasta ahora—. Un nuevo augurio que responde al aumento observado en los precios de la energía estos últimos meses.

Estas nuevas presiones inflacionistas sobre la energía —con especial protagonismo de los carburantes— se extenderán también al año que viene, cuando está previsto que decaigan las medidas de apoyo energético adoptadas por el Gobierno desde 2021. Estos dos factores, sumados al efecto base —la inflación de los carburantes se redujo drásticamente a finales de 2022, por lo que, al comparar los próximos meses, las tasas serán más altas— hacen pensar que se producirá un repunte en la inflación general hasta mediados de 2024. Hasta el punto de que la inflación prevista para 2024 se revisa hasta el 4,3% —siete décimas más que en el anterior análisis—. 

Previsión del PIB.

Habrá que esperar hasta 2025 para que la inflación caiga por debajo del 2% que se pone el Banco Central Europeo (BCE) como objetivo. En ese año, el Banco de España espera que el aumento en los precios del consumo sea del 1,7%.

En lo que respecta al crecimiento esperado, el Banco de España mantiene su previsión y apuesta porque el PIB crecerá un 2,3%, en la misma línea que indican la mayoría de analistas y el propio Gobierno en funciones. Una cifra que, no obstante, no tiene en cuenta la revisión de los datos de PIB de 2021 y 2022 que acometió el INE el lunes y que el Banco de España no ha incorporado a su análisis.

Sin embargo, los signos de ralentización que llegan desde diferentes partes del mundo y el repunte de los precios de la energía han llevado a revisar a la baja las previsiones para 2024. El supervisor cree que el PIB crecerá un 1,8% en el año próximo —cuatro décimas menos que lo que se preveía antes del verano—.

El Banco de España vaticina que la economía se ralentizará ya en la segunda mitad de este año. El supervisor prevé que el PIB avance un 0,3% en el tercer trimestre, una cifra menor a la registrada en el primero (0,5%) y el segundo (0,4%). Para el cuarto trimestre, se espera que la actividad sea débil como consecuencia de la caída en las exportaciones y el efecto de las subidas de tipos de interés, que seguirán haciendo mella en hogares y empresas.

El frenazo en la segunda mitad del año es una de las principales causas por las que se revisa a la baja el PIB de 2024. Aunque parezca poco intuitivo, esto se debe a que el crecimiento económico que se produce durante esos meses tiene más efecto en el PIB del año siguiente que en el actual por lo que se conoce como 'efecto arrastre' estadístico.

La economía volvería a tomar impulso ya en el primer trimestre de 2024, gracias a cierta recuperación de las exportaciones y a la reducción de la inflación, que se acentuará sobre todo a partir de la segunda mitad del año y permitirá recuperar parte del poder adquisitivo perdido a los trabajadores. También contribuirá el despliegue de los fondos europeos de recuperación. 

Sin embargo, la economía tendrá que hacer frente a varios frentes que debilitarán el crecimiento y sobre los que hay incertidumbre. En primer lugar, están los tipos de interés, que seguirán siendo muy elevados en comparación con los estándares históricos también en 2024. Luego está la retirada de las medidas de apoyo energético, que elevará los precios de la energía con el impacto consiguiente que tendrá sobre hogares y empresas. Y, además, hay que tener en cuenta que el turismo, que ha sido un importante motor de crecimiento este año, se moderará después de haberse recuperado ya por completo este año.

Como siempre ocurre con las previsiones, los escenarios que se plantean están sometidos a riesgos, en este caso con especial protagonismo del impacto de las subidas de tipos. El Banco de España reconoce que hay dificultades para calibrar el impacto que tendrá sobre la economía las fuertes subidas de tipos de interés. Si las subidas de tipos golpean con más fuerza de lo esperado, la economía podría mostrar más debilidad y la inflación se reduciría más rápido. El Banco de España admite que, en este contexto, "resulta particularmente difícil determinar cuál es la dosis apropiada de restricción monetaria".

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