Condenados a tres años y medio de prisión los ultras que agredieron a un independentista en 2019 en Barcelona

  • Los atacantes se dirigían al centro de la ciudad con simbología franquista y objetos contundentes.
La manifestación de ultras en la plaza de Artós, en Barcelona en 2019.
La manifestación de ultras en la plaza de Artós, en Barcelona, en 2019.
ÁNGEL GARCÍA
La manifestación de ultras en la plaza de Artós, en Barcelona en 2019.

El juzgado penal número 17 de Barcelona ha condenado a tres años y medio de prisión a cuatro ultraderechistas que en octubre del 2019 agredieron despiadadamente a un joven independentista de 23 años. Los jóvenes ponían rumbo al centro de Barcelona desde la plaza Artós, en el barrio de Sarrià, con objetos contundentes y simbología franquista. Esa misma tarde se había concentrado en la plaza una contramanifestación de independentistas y antifascistas.

Hacia las 20:40 horas, los ultraderechistas fueron en aglomeración hacia el centro de la ciudad en busca de confrontación con los independentistas. Hacia las 22:08 horas, un grupo de unas diez personas, entre ellas, los cuatro acusados, se cruzaron con un manifestante independentista en la confluencia de las calles Balmes y Rosselló. Los agresores se dirigieron al joven con palos, tubos metálicos, piedras y banderas con palos de madera.

Los ultras consiguieron tumbarlo al suelo con un golpe de tubo metálico. Ya en tierra, lo continuaron golpeando con los objetos de los que disponían y con puntapiés y puñetazos por varias zonas del cuerpo, como la cabeza, el tronco y la espalda, hasta el punto que uno de los acusados le tiró una piedra en la boca.

El agredido sufrió varias lesiones 

Finalmente, la agresión logró pararse cuando otras personas acudieron a socorrer a la víctima. El joven agredido sufrió policontusiones en varias partes del cuerpo, perforación del tímpano, hematomas y heridas varias. Estuvo 30 días de baja y tardó 50 días en recuperarse del todo. Posteriormente, el agredido sufrió estrés postraumático, amnesia, hipervigilancia, conductas de evitación y pensamientos persistentes.

El juzgado los condena a tres años y medio de prisión por lesiones con agravantes de abuso de superioridad y motivación ideológica. Así pues, también cuentan con una orden de alejamiento que les prohíbe acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante cinco años y una deuda de 10.800 euros por las lesiones sufridas. Por el contrario, los absuelve del delito de desórdenes públicos.

Durante el juicio, únicamente uno de los acusados reconoció haber dado tres puntapiés en el culo de la víctima y le pidió perdón. El resto, lo negó todo. Los investigadores de los Mossos comprobaron que los actos fueron confesados por los agresores en conversaciones guardadas en sus teléfonos móviles. 

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