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El Congreso da el primer paso para aprobar la reforma exprés del reglamento que blinda el uso de lenguas cooficiales en la cámara

El uso del catalán, el gallego y el euskera en el Congreso de los Diputados ya es una realidad y está a punto de convertirse en un derecho recogido expresamente en el reglamento. Este martes, la Cámara Baja aprobó la toma en consideración de la reforma reglamentaria exprés que blindará la utilización de idiomas cooficiales junto al castellano en toda la actividad parlamentaria, y lo hizo con los votos a favor de la mayoría con la que Pedro Sánchez aspira a ser reelegido presidente del Gobierno en las próximas semanas: la que forman PSOE, Sumar, ERC, Junts, PNV, EH Bildu, BNG y Coalición Canaria.

En contra de esta reforma se posicionaron PP y Vox, y los segundos, de hecho, abandonaron en dos ocasiones el Pleno de forma airada en lo que fue una de las grandes anécdotas de una sesión que se preveía más agitada de lo que finalmente fue. Con el sistema de traducción funcionando a la perfección —aunque pocas señorías hicieron uso de él, salvo cuando intervinieron en euskera PNV y EH Bildu—, la sesión solo tuvo que parar brevemente cuando los diputados de Vox trataron de interrumpir en su discurso al parlamentario del PSOE José Ramón Gómez Besteiro. 

Al impedírselo la presidenta del Congreso, Francina Armengol, los 33 parlamentarios de Vox decidieron marcharse dejando los auriculares en el escaño vacío del presidente Pedro Sánchez, de viaje en Nueva York para asistir a varias reuniones de la ONU. Y no fue el único desplante de la formación, que volvió a marcharse del hemiciclo —entre ruidosos aspavientos de varios de sus diputados— después de haber regresado cuando el portavoz del PP, Borja Sémper, pronunció unas pocas frases en euskera que, posteriormente, tradujo casi textualmente al castellano.

Más allá de estos dos episodios, no obstante, la sesión transcurrió con normalidad, y el tono ni siquiera se acercó al de los plenos más broncos de la legislatura pasada, cuando las peticiones de silencio eran frecuentes ante los murmullos y las interrupciones al orador. Ahora, como los grupos proponentes de la reforma han decidido utilizar todas las vías legales para acelerar todo lo posible su aprobación, el procedimiento que resta es muy rápido: este miércoles se podrán presentar enmiendas a la reforma del reglamento y el jueves se volverá a convocar el Pleno del Congreso para votar tanto esas propuestas de cambios como el texto en su conjunto.

Aunque la reforma del reglamento tiene como objetivo, precisamente, blindar la utilización de las lenguas cooficiales en el Congreso, en el debate de este martes ya se habló profusamente en catalán, euskera y gallego. El primero en hacerlo fue el diputado socialista José Ramón Gómez Besteiro, que combinó en su discurso el gallego y el castellano para defender que no solo es "posible", sino también "constitucional" que se permita intervenir en los cuatro idiomas en la Cámara Baja.

"La diversidad no va en detrimento de la unidad", argumentó Besteiro, que aseguró que "el reconocimiento del uso normal de las lenguas en el Congreso es la superación de una anomalía histórica". "¿No merece la pena el esfuerzo de adaptarnos al plurilingüismo solo por no usar un pinganillo?", se preguntó. Y en la misma línea fue su homóloga de Sumar, Marta Lois, quien —en un discurso en el que alternó castellano y gallego— citó un fragmento de un discurso de Castelao, uno de los padres del nacionalismo gallego, para asegurar que ese idioma es "del trabajador, del artesano" y "del obrero" y aseguró que el histórico dirigente "estaría hoy muy orgulloso de esta Cámara".

Por su parte, ERC, Junts y PNV hicieron intervenciones casi íntegramente en sus idiomas, mientras EH Bildu compaginó euskera y castellano. El portavoz de los republicanos catalanes, Gabriel Rufián, se enorgulleció de tener el catalán como segunda lengua —es castellanoparlante— gracias a sus "abuelos y abuelas andaluces", y aseguró que con la aprobación de la reforma del reglamento del Congreso "no se están violentando los derechos de nadie, sino que se están reconociendo los derechos de todos".  Por su parte, Míriam Nogueras, de Junts, fue más beligerante y aseguró que el PSOE ha cedido ante el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso por "necesidad", si bien ha celebrado la reforma ante la "obsesión por liquidar la identidad catalana".

El PP critica la medida... hablando en euskera

El PP, como estaba previsto, votó en contra de una reforma que, en palabras de su diputado Borja Sémper, es la constatación del "absurdo" que supone, a juicio de los populares, "despreciar la lengua común" para el trabajo diario del Congreso a causa de un "pago político" a los nacionalistas. No obstante, la intervención de Sémper guardaba una sorpresa, ya que el diputado —que es guipuzcoano— pronunció varias frases en euskera que inmediatamente después tradujo al castellano, pese a haber asegurado el lunes que el PP no utilizaría lenguas diferentes a la común para no hacer "el canelo" y porque lo que quieren es que se les "entienda".

"En casa, mis hijos hablan en euskera, y sus referentes culturales o los libros que leen" son "en diferentes idiomas, de forma natural", argumentó Sémper, que sostuvo que no existe un "problema" de invisibilización de las lenguas cooficiales, como defendieron los partidos nacionalistas. "No vamos a aceptar lecciones de nadie sobre las lenguas españolas, como tampoco aceptamos su patrimonialización interesada", espetó el diputado del PP, que defendió que "ninguna nación europea ha desarrollado una labora de promoción de sus lenguas como la realizada por España en su periodo constitucional" y cargó contra los "falsos agravios" que, dijo, denuncian los partidos nacionalistas.

Vox se soliviantó tanto con esta intervención de Sémper —de quien posteriormente el líder de la formación, Santiago Abascal, aseguró que se había llamado "canelo a sí mismo"— que salió ruidosamente del hemiciclo, aunque posteriormente volvió a entrar para que su portavoz, Pepa Rodríguez de Millán, asegurara que la izquierda y los nacionalistas periféricos quieren "acabar con todo aquello que nos une, incluida la lengua de todos los españoles". "Convertir la sede de la soberanía nacional en una Torre de Babel artificiosa es el objetivo de los que buscan desmembrar España para hacer una nación más débil", espetó Millán, que acusó a PSOE y Sumar de "perseguir" el castellano.

Redactor '20minutos'

Redactor de Nacional. Me hice mayor en Infolibre y llegué a 20minutos a finales de 2019. Sigo a Sumar y a Podemos y me paso la vida en el Congreso, donde también me encargo de la crónica parlamentaria. Cosecha de 1993.