Entrevista

Xavi Puig: "El humor es un ejercicio de comunicación donde no hay nada en juego, si se hace daño a alguien se puede dialogar"

Xavi Puig, autor de 'La mejor persona'.
Xavi Puig, autor de 'La mejor persona'.
LUPE DE LA VALLINA
Xavi Puig, autor de 'La mejor persona'.

Una dirección de email, un correo de una supuesta mujer rusa pidiendo dinero y una persona necesitada de atención. La carpeta de spam habría sido el destino habitual de este asunto, pero no lo es en La mejor persona, donde esta cadena que sigue el patrón de una estafa típica de Internet termina convirtiéndose en un gran ejercicio terapéutico que engancha al lector.

Xavi Puig, director de El Mundo Today, diario satírico que cofundó en 2009 junto a Kike García, aborda en este libro su primera novela, una inmersión en la mente de Antonio Camuñas, un hombre con difícultades para socializar que encuentra en los correos de una supuesta Natalya una conversación que le ayuda a entenderse y articular un relato que hace que el lector se sumerga en su vida, llena de peculiaridadesy oscuridad, pero también de humor y ternura.

¿Por qué decidió este formato de emails para contar la historia?Me interesaba mucho trabajar la primera persona y creo que una novela epistolar es una muy buena forma de acceder a psique por vía directa. Hoy en día, lo más parecido a la correspondencia son los emails. Además, me interesaba mucho que el interlocutor no fuera fiable, que dudara de su mera existencia, de modo que el protagonista en realidad le está hablando a la nada. Esa idea es muy de comedia, y ese punto de partida es suficiente para que pudiera volcar en la novela una serie de intereses personales, no necesariamente ligados al humor. Por lo tanto, la novela parte de una situación humorística, pero acaba entrando en terrenos bastante oscuros.

'La mejor persona', novela de Xavi Puig.
'La mejor persona', novela de Xavi Puig.
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Es un protagonista atípico, un poco antihéroe. ¿Cómo se puede sentir el lector con respecto a Antonio Camuñas?Corres un riesgo al elegir un personaje así. En ocasiones te provoca hilaridad, porque no tiene sentido del humor, pero a veces su torpeza es muy divertida e inquietante. Y su tristeza es difícil de sobrellevar. Entonces, corría el riesgo de que el lector se cansara de vivir en la mente de esa persona y que no empatizara. Pero la novela está trabajada de manera que combina el humor con la tristeza y obtiene ternura, que es lo que te va reconciliando con quien hay detrás. También, puedes reconocer sus miedos, él tiene unas ansiedades y angustias que el lector también ha sentido en algún momento. Con lo cual, se produce un proceso de identificación con el protagonista totalmente inesperado, porque en la novela ves a un tipo que no se parece nada a ti, que no querrías como vecino ni como compañero de trabajo, pero terminas queriendo darle un abrazo, y ese viaje de reconciliación es el que a mí me interesaba. Es una de las claves de la novela: vernos reflejados en individuos que nos provocan rechazo en un primer momento.

¿Puede algún lector identificarse con el protagonista? Y si lo hace, ¿se tiene que preocupar?No, no tiene que preocuparse. De hecho, lo que tiene que hacer es ser un poco más valiente cuando se cruce en la vida con un Antonio Camuñas, que hay muchos, y no tener tanto miedo a lo que aparentemente es distinto. Obviamente, no hace falta que se haga amigo de todos los Camuñas con los que se cruza, pero, como sociedad, tenemos que madurar en ese sentido y ser más acogedores con la diferencia, con la gente que tiene más dificultades que nosotros para adaptarse. Ese punto de reconciliación es imprescindible, porque nuestro bienestar también depende del bienestar de los que nos rodean. La lección que estaría bien sacar de ese viaje por una mente tan torturada es que es importante no rehuir lo extraño, tratar de comprenderlo.

En la novela, explora mucho el valor de la escritura.La persona que manda al psicólogo a Antonio es su jefa, pero es cierto que los emails que manda a la chica rusa constituyen un ejercicio terapéutico. Cuando él le dice a la psicóloga que está escribiendo, no le dice que se está carteando con una mujer rusa, y la psicóloga dice 'perfecto, es un muy buen ejercicio'. Entonces, él va creciendo, se autoanaliza, las cosas que le cuenta a la psicóloga en terapia las reposa, las digiere... Y la novela es una manera de ver el poder de la escritura como autoanálisis. Él pasa revista a las cosas que le han pasado cada semana, que es algo que el común de los mortales hacemos pocas veces. Es un ejercicio que requiere una profunda inteligencia, porque Antonio no es tonto. Tiene muchas carencias, pero es un tío muy articulado.

Xavi Puig, autor de 'La mejor persona'.
Xavi Puig, autor de 'La mejor persona'.
LUPE DE LA VALLINA

Es su primera novela, ¿a qué retos se ha enfrentado al debutar en la narrativa?Me costó muy poco entrar en la novela, porque me enamoré del personaje. Viene de un relato que escribí anteriormente en Ratachillona, que se llamaba Amiga famosa. Estaba escribiendo otra cosa, pero de repente se me cruzó por el camino esa voz que me interesó y me sumergí de lleno. Lo que más me costó no fue la escritura en sí misma, sino reponerme después de haber vivido en esa cabeza. A Antonio le tuve que dar mis emociones propias, tuve que encontrar en mí una tristeza para ser capaz de reflejarla a través de sus palabras. Y ese ejercicio de revolver en las propias emociones para prestarlas me pasó factura. Acabé la novela y no pude volver a ella, era como terreno minado para mí. Hasta que hice esfuerzos para recomponerme y ya está, ya puedo hablar de la novela, la pude releer para las correcciones...

¿Cómo se siente con las críticas que ha recibido La mejor persona de escritoras reconocidas?Recibí muchísimo amor y muchísimo reconocimiento desde el principio y me sentía muy abrumado. Sé que es algo normal, pero el proceso de que la editorial le pida a escritores que se lean el manuscrito me parece un atrevimiento, porque es un trabajo que requiere tiempo. Y se lo pidieron a muchos a los que no conocía personalmente. Me costaba hasta dormir. Sabía que tenía que aceptarlo, pero ahí es donde más noté que era novato, porque no me sentía cómodo. Luego empecé a recibir ese tipo de comentarios tan exhaustivos y positivos y no sabía cómo encajarlo. A Elvira Lindo ya la conocía y es una persona tremendamente apasionada, cariñosa, que se vuelca, y no podía creer que estuviera hablando con ella de mi primera novela, era un sueño. A Marta Sanz, por ejemplo, no la conocía personalmente y en la Feria del Libro la vi firmando, pero antes de ir a darle las gracias necesité recomponerme. Fui a presentarme y me noté tembloroso. Y bueno, las reacciones de mi entorno fueron también geniales, me sentía avasallado. Espero también que vayan saliendo las críticas negativas o los peros, ya que también forma parte del ejercicio. Pero, sin excepción, estoy encantado.

Son dos mundos muy diferentes, ¿pero cuánto de su experiencia en El Mundo Today diría que hay en esta novela?Está esa mirada del humor melancólico, el entorno de trabajo del protagonista es el retrato que soleemos hacer en El Mundo Today cuando dibujamos los paisajes laborales de precariedad. De hecho, el nombre de la empresa en la que trabaja es el nombre que utilizamos en el medio para esa empresa genérica en la que se suceden todo tipo de situaciones de sátira. Sí que hay cosas de El Mundo Today pero muy subyugado al propósito de la novela.

¿Es más fácil abordar ciertos temas desde la ficción narrativa que desde un medio de comunicación satírico?Hay muchos temas que hasta ahora no había podido tratar como quería porque el humor no era la mejor herramienta, entonces me he sentido muy liberado de haber podido circunscribir el humor en los momentos en los que necesitaba que el lector respirara. Pero luego podía adentrarme de lleno en el fango si hacía falta, sin ningún tipo de miedo a no hacer reír, porque esa exigencia ya no estaba sobre el papel. Y claro, para un humorista, que está configurado para buscar la complicidad del lector a través de la risa, liberarse de esa exigencia es muy gozoso. La gente me dice 'qué novela más oscura te ha salido, qué triste'. Y piensas 'vale, pues ese soy yo cuando no quiero hacer reír'.

Con la experiencia de casi 15 años en El Mundo Today, ¿diría que hay veces que la realidad supera a la ficción?Bueno, se alimentan mutuamente. Nosotros en realidad vamos a rebufo de lo que pasa, y es cierto que los medios de comunicación están a la casa del clickbait y eso les lleva a titular a veces de formas muy estrambóticas y llamativas. Y esa retórica colisiona a veces con nuestro mundo, por lo que dices 'oye, tío, no me pises el sembrado'.

En todo este tiempo, ¿cuántas personas conocidas han escrito ofendidas por lo que han leído de ellas sin saber que es un medio satírico?
El pasado mes de noviembre sacamos un libro que se llama Mejor no bromear con esto, hicimos ese ejercicio de recopilar las veces que nos han amenazado y los comentarios de Internet de ofendidos con noticias concretas. Debo decir que no es el día a día, trabajamos con plena libertad, pero son casi 15 años. Inevitablemente, cuando juntas todas las incidencias, abultan bastante. Hoy en día ya la gente se cree menos las noticias porque somos conocidos. En Latinoamérica menos y de vez en cuando ocurre.

Le ponen mucho humor a sus noticias, ¿pero le ponen límites al humor?No. No es el qué, es el cómo. Hay temas complicados para el humor donde, si quieres ejercerlo, puedes, pero tienes que ser realmente bueno para salir indemne o para obtener oro de ese material. Y también hay que estar dispuesto al fracaso. Muchas veces el fracaso es no ser comprendido, que la gente se enfade. No pasa nada, el humor es un ejercicio comunicativo de ensayo y error en el que tampoco está en juego nada crucial, si se hace daño a alguien, tampoco pasa nada por dialogar. A nosotros nos han demandado y nos han amenazado varias instituciones con burofaxes, y eso es muy grave, pero a nivel de los lectores en general, cuando tú comunicas algo, tienes que estar dispuesto a aceptar las reacciones, aunque no estés de acuerdo. El límite es la dificultad de la tarea, cuanto más negro es el tema, más dificultad tienes que afrontar.

Sus noticias se hacen virales en redes, ¿pero cómo afecta eso a sus visitas? ¿Cree que esto ha cambiado la forma de hacer periodismo?
Esa circunstancia nació con las propias redes sociales. A nosotros, Facebook nos permitió crecer en seguida, pero luego se adueñó de nuestra audiencia. Lo hemos vivido como un timo: te doy mucha audiencia, luego te la secuestro y, además, todo el mundo se va a acostumbrar a consumir contenido en nuestro universo y nadie va a ir a tu página web. Nosotros seguimos trabajando para los que nos leen, no para los que nos retuitean. Y más desde que sacamos el servicio de suscripción. Lo demás es publicidad, cuanto más ruido genere, más suscriptores tendremos, estamos haciendo un poco lo que hizo Facebook, instrumentalizar las redes sociales para cazar al lector que para nosotros es el de calidad.

¿Qué proyectos tiene de cara al futuro? ¿Quizá otro libro?A mí escribir es lo que más me gusta en este mundo y me he aventurado a escribir cosas que requirieran un proceso largo, porque en El Mundo Today los artículos se hacen muy rápido. Eso es un vicio que me quería quitar de encima, no dejar de hacerlo, pero sí probar otras cosas. Voy a seguir escribiendo cosas, porque lo disfruto muchísimo. Si de ese proceso salen cosas publicables y no solo lo pienso yo, sino que también lo piensa un editor, pues habrá más novelas o lo que sea. Pero que no voy a dejar de escribir, eso lo puedo decir.

Julio Plaza Torres
Periodista cultural '20minutos'

Graduado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Politécnica de Valencia y máster de Periodismo Digital por la URJC. Formo parte del equipo de Cultura de 20minutos desde 2019. Me encanta el periodismo de videojuegos, televisión y literatura, especialmente cómics.

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