Dos biólogos japoneses presentaron ayer las 556 fotografías que han conseguido hacer a uno de estos cefalópodos. Las imágenes son de un valor excepcional, ya que es la primera vez que se filma un ejemplar vivo.

Los científicos instalaron hace ya cuatro años en estas aguas 23 cámaras a 1.000 metros de profundidad con la esperanza de poder grabar al calamar. Cada cámara tenía un anzuelo con cebo. La mañana del 30 de septiembre de 2004, su trabajo tuvo recompensa. El Architeuthis (su nombre científico) picó.

Durante más de cuatro horas el calamar intentó liberarse del anzuelo. Al final lo consiguió, pero dejó un recuerdo valiosísimo, su tentáculo. Mide 5,5 metros y ha permitido establecer su longitud total: 8 metros.

Así es el Architeuthis

Un centímetro diario: Es lo que crece. El ejemplar muerto más grande se encontró en 1969. Medía 18 m.

Tiene tres corazones: Y sus ojos miden 40 cm, lo que les permite tener una visión 100 veces más potente que la del hombre.

Apareamiento: No comprueban el sexo de su pareja.

Incomestibles: Ya que tienen cloruro de amonio.

¿Algo más que una leyenda?

El monstruo del lago Ness: Algunos científicos piensan que puede tratarse de un plesiosaurio, una especie de dinosaurio marino.

‘Big foot’: Son muchos los que han asegurado ver en los EE UU al Pies Grandes: medio hombre, medio mono. Su supuesta huella mide 33 cm.

Unicornios: Aparecen constantemente en relatos mitológicos: caballos con un gran cuerno en su cabeza, un cuerno con poderes mágicos.

‘Moby Dick’: Novela llevada al cine por John Houston. La más famosa ballena asesina. De haber existido, se trataría de un gran cachalote albino.

‘King Kong’: También inmortalizado muchas veces en el cine, aún no se ha encontrado la isla desierta donde vive este gran simio.

‘El Chupacabras’: Todo un misterio. A partir de 1974 aparecieron en los EE UU animales muertos sin sangre y a los que les faltaban órganos.

Una tortuga de dos cabezas

Biólogos cubanos informaron ayer del descubrimiento de una tortuga con dos cabezas. Bautizada como Tina, fue capturada en el río Almendares. El ejemplar, una jicotea, apenas tiene dos semanas de vida y se alimenta de manera independiente por ambas bocas. Los expertos creen que tiene muy pocas posibilidades de sobrevivir, aunque de momento «tiene buena salud y un vivaz apetito», y aventuran que la posible causa de esta bicefalia puede estar en las aguas contaminadas del río.