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Roberto Suárez, presidente de la CNSE: "Allí donde haya una persona sorda, debería estar presente la lengua de signos"

Roberto Suárez, presidente de la CNSE (Confederación Estatal de Personas Sordas).
Cedida (CNSE)

Del 18 al 24 de septiembre se está llevando a cabo la Semana Internacional de las Personas Sordas, una semana que el colectivo aprovecha para reivindicar sus derechos, especialmente sus derechos lingüísticos, educativos, de comunicación y a contar con unas adaptaciones que les permitan acceder a la información y a su inclusión y participación plena en la sociedad. Para que estos derechos de cumplan, es necesario que, como explica Roberto Suárez, presidente de la CNSE (Confederación Estatal de Personas Sordas) en esta entrevista, se potencie, proteja el uso de las distintas lenguas de signos.

El lema de este año es ‘Un mundo donde las personas sordas podamos signar’. ¿Por qué?Porque poder signar en cualquier momento, circunstancia y lugar no es, ni mucho menos, lo habitual. Que en España tengamos que seguir rogando para acceder sin barreras de comunicación a los diferentes recursos y servicios públicos, a pesar de contar con un marco legislativo favorable, pone de manifiesto la necesidad de hacer un seguimiento del cumplimiento de la ley en todas las entidades públicas y privadas que ofrecen servicios públicos, utilizando un régimen sancionador cuando sea necesario.

Aseguran que ‘Limitar los derechos lingüísticos de la población sorda es limitar su existencia’. ¿Con que dificultades os encontráis las personas sordas para comunicaros cada día?Son muchos los frentes abiertos. Las personas sordas carecemos de entornos accesibles e inclusivos en los que la presencia de la lengua de signos, de información visual y de subtitulado sea una práctica generalizada. Por poner un ejemplo, en el ámbito educativo, año tras año se repite la misma situación: llega septiembre y el alumnado sordo -en todos los niveles educativos- y sus familias se encuentran con que no hay intérprete de lengua de signos, no se le cubren todas las horas lectivas, les cambian de intérprete… y la gran mayoría de centros aún no cuentan con especialistas en lengua de signos, ni con profesionales sordos que puedan servir de referente lingüístico para los menores sordos. Las familias deben poder elegir para sus hijos sordos una educación equitativa, inclusiva y de calidad que ponga a su disposición intérpretes, asesores sordos especialistas en lengua de signos y las ayudas técnicas que requieran.

Otra constante es la falta de accesibilidad de los servicios sanitarios. Las barreras comienzan en las salas de espera con la megafonía, y se agravan en la interacción con los sanitarios. Aunque buena parte de los pacientes recurrimos a un intérprete de lengua de signos, en ocasiones nosvemos obligados a comunicarnos de forma oral, leyendo los labios, por escrito o a través de los acompañantes. Y también falta lengua de signos en los medios de comunicación, espacios culturales… 

No podemos permitir situaciones de aislamiento y discriminación. Nada justifica que ninguna persona sorda se quede atrás... 

El acceso a la educación es especialmente preocupante. Hace unos días el actor Carlos Soroa, nos contaba que, al llegar a la enseñanza no obligatoria, no podía seguir las clases…Se debería tener en cuenta la diversidad del alumnado sordo de todas las edades y en todos los niveles de escolarización. Está ampliamente demostrado que los niños aprenden mejor en su lengua materna. Sin embargo, al alumnado sordo se le siguen negando sus derechos lingüísticos en todas las etapas educativas. A ello cabe sumar que existe un gran desequilibrio entre comunidades autónomas, incluso entre provincias de la misma comunidad, así como una enorme falta de recursos.

Muchas de estas situaciones se reflejaron en el 'Estudio sobre la Situación Educativa de la Juventud Sorda en España' que la CNSE publicó en 2021. Se sigue intentando dividir a las personas sordas entre “oralistas” y “signantes” y se sigue pensando que el alumnado sordo no tiene capacidad para realizar estudios superiores, imponiendo adaptaciones y recursos sin atender a nuestras demandas.

Hacen falta apoyos técnicos y humanos, intérpretes de lengua de signos, profesionales sordos, especialistas en lengua de signos… Y sobre todo, que se escuche al alumnado sordo y a sus familias porque nadie mejor que ellos sabe cuáles son sus necesidades. A una alumna en estudios superiores que tiene claras sus preferencias comunicativas, conoce los recursos y sus capacidades, no puedes negarle ni imponerle soluciones en materia de accesibilidad, y, sin embargo, se sigue haciendo.

Hablan, además, de colectivos especialmente vulnerables…Sí, por eso, solicitamos un compromiso con estos colectivos, como la infancia o la juventud sorda, las personas sordas inmigrantes, las mujeres sordas y las personas mayores sordas… Es urgente garantizar una atención adaptada a sus necesidades comunicativas a través de la presencia de mediadores sordos e intérpretes de lengua de signos que contribuyan a favorecer la comunicación con el entorno. No podemos permitir que se repitan situaciones de aislamiento y discriminación como las que algunas de estas personas denunciaron haber vivido durante la pandemia. Nada justifica que ninguna persona sorda se quede atrás. 

Hace un par de meses se aprobó el Real Decreto 674/2023, que reconoce y regula la lengua de signos, una reivindicación histórica del colectivo. ¿Es suficiente?Este decreto aprueba el Reglamento de las condiciones de utilización de las lenguas de signos y responde a una reivindicación histórica del colectivo de personas sordas y sordociegas en España. La CNSE y su movimiento asociativo han estado trabajando durante casi 16 años para lograr que este reglamento cumpla con sus expectativas y, finalmente, así ha sido.

Este Real Decreto supone un paso fundamental en el reconocimiento de los derechos de las personas sordas. El hecho de que garantice nuestro derecho a comunicarnos en lengua de signos en todos los ámbitos de la vida es un avance muy significativo. Además, establece mandatos directos hacia las administraciones públicas para llevar a cabo estas garantías, lo que debería traducirse en una mayor accesibilidad y equidad para las personas sordas en la sociedad.

De poco sirve un marco legislativo favorable si los gobiernos no dan apoyo efectivo a estas políticas con presupuestos suficientes o medidas concretas

Entra en vigor el 2 de enero de 2024. ¿Qué expectativas tienen?Su éxito final dependerá de su implementación efectiva y de la cooperación prevista en la norma entre las entidades de personas sordas y las administraciones públicas, esencial para que este Reglamento mejore de manera significativa la vida de las personas sordas. CNSE ya ha elaborado una estrategia de seguimiento para garantizar una implementación eficaz a todos los niveles territoriales de las administraciones públicas.

Desde CNSE aseguráis que ‘Es necesario situar las lenguas de signos en el eje de cualquier política pública y normalizar su uso como una lengua más’. ¿Qué habría que hacer para que fuera así?Los avances en materia de legislación, normalización, visibilidad y difusión de la lengua de signos han contribuido, y nadie puede cuestionar que estas lenguas deben tener el mismo estatus que las orales, pero lo cierto es sigue sin garantizarse su uso.
Ya en la ley 27/2007 de 23 de octubre, se reconocían las lenguas de signos española y catalana, garantizándose la libertad para aprenderlas y utilizarlas, y hay otras leyes posteriores autonómicas, pero de poco sirve contar con un marco legislativo favorable si los gobiernos no dan apoyo efectivo a estas políticas, con presupuestos suficientes, ni medidas concretas. Se asignan algunos recursos, pero insuficientes, y casi siempre tras exigirlo las entidades.

Por todo eso, a pesar de la igualdad de oportunidades que nos garantiza la ley, hoy prevalece la discriminación y la vulneración de nuestros derechos. Seguimos encontrando barreras en el acceso al empleo, a la educación, a la formación, a la información, a la comunicación… Seguimos dependiendo de la buena voluntad. Y esta situación se recrudece para las personas sordas que no viven en grandes ciudades.

Confiamos en que el Reglamento que desarrolla la Ley 27/2007 contribuya a una mayor concienciación sobre la realidad de las personas sordas y allane el camino para el cambio social que tanto necesitamos. CNSE continuará exigiendo medidas contundentes que avalen nuestros derechos lingüísticos para que podamos utilizar las lenguas de signos en las mismas condiciones en los que el resto de la ciudanía utiliza otras lenguas, porque los derechos lingüísticos son la puerta a través de la que los ciudadanos sordos accedemos al resto de derechos.

¿Qué medidas concretas pedís para que esto sea una realidad?Pedimos que, allí donde haya una persona sorda, esté presente la lengua de signos. Y dado que estas lenguas tienen un impacto real en la vida de las personas sordas, lejos de subestimarse, han de promoverse y protegerse asegurando su aprendizaje, conocimiento y aplicación tanto en la atención temprana como en los centros educativos; baremando su conocimiento en el acceso al empleo público de las personas sordas; defendiendo su buen uso; incluyéndolas como garantes de igualdad y no discriminación en cualquier tipo de legislación e incorporándolas en la Constitución y en la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias.

Asimismo, pedimos, tanto al gobierno central como a los autonómicos que trasladen a la práctica las mejoras que plantea el Reglamento, y que estas vengan acompañadas de una dotación de recursos suficiente que asegure el pleno acceso a la comunicación y a la información de nuestro colectivo, y que se cuente con la colaboración de las entidades de personas sordas para implementar las acciones de toma de conciencia y formación necesarias para su cumplimiento.

Está demostrado que los niñas aprenden mejor en su lengua materna, pero al alumnado sordo se le siguen negando sus derechos lingüísticos

En los últimos años, ¿no hemos avanzado nada en materia de accesibilidad para el colectivo?Si nos remontamos a décadas atrás, cuando a los niños sordos se les ataba las manos para que no signaran y a las personas sordas se les calificaba como mudos, sordomudos, o minusválidos, es evidente que la evolución es abismal. Sin embargo, sigue habiendo un gran desconocimiento acerca de las personas sordas y de la lengua de signos y sus beneficios.

Continúan vigentes los prejuicios y estereotipos sobre nuestras capacidades fruto de una información sesgada e incompleta. El colectivo de personas sordas es diverso, y esa diversidad hay que comprenderla y respetarla. Cada persona sorda es válida con independencia de sus características, contexto familiar, educativo y social o forma de comunicarse.

A pesar de lo que hemos avanzado y de lo establecido en la legislación, se han ido dando soluciones parciales e insuficientes a la falta de accesibilidad. Como comentaba, se olvida el acceso a la información y la comunicación, y esta accesibilidad depende de la incorporación de intérpretes de lengua de signos y de servicios de videointerpretación, de que se proporcione información esencial en formato de texto en los espacios públicos complementada con ayudas visuales, un código QR que permita acceder a ella en lengua de signos… y, ante todo, de que administraciones, empresas y agentes sociales adopten una actitud que contribuya a paliar esta falta de accesibilidad, pues existen muchas soluciones que permiten una comunicación accesible.

Díganos algún ámbito en el que se estén haciendo las cosas bien…Por ejemplo, nuestro servicio de videointerpretación SVIsual, presente en el 016, en el 024, en el 091, en el 062, y en otros servicios públicos de atención a la ciudadanía.
También otros recursos como la plataforma ALBA de información y asesoramiento a mujeres sordas víctimas de violencia machista; el servicio de videoasistencia y acompañamiento para personas mayores sordas Vidasor; o la plataforma de teleformación en lengua de signos Signocampus.

Por otro lado, una gran asignatura pendiente es la falta de accesibilidad de los contenidos televisivos. Para aquellos grupos de población sorda que ya sea por edad, motivos socioeconómicos o por vivir en zonas con una escasa o nula cobertura de Internet, no tienen acceso a otras plataformas, la televisión constituye su principal fuente de noticias. En este sentido, exigimos que se garantice la presencia de la lengua de signos y el subtitulado en las diferentes cadenas, y que se haga en condiciones de calidad.  

Las principales dificultades de las personas sordas en el mercado de trabajo son la falta de accesibilidad y los prejuicios acerca de sus capacidades

¿Y en el ámbito laboral, se suelen adaptar los puestos, hay dificultades para encontrar trabajo…?Las principales dificultades a las que se enfrentan las personas sordas en su acceso al mercado de trabajo son la falta de accesibilidad y los prejuicios acerca de sus capacidades. En muchos casos, las barreras se evidencian nada más arrancar el proceso de selección de personal, y es frecuente que los empleadores cuestionen la presencia de los intérpretes de lengua de signos en entrevistas y que se interesen más por su discapacidad o las adaptaciones que requiere la persona sorda que por su formación y sus competencias.

Una vez encuentran empleo, la situación sigue siendo desigual y la carencia de adaptaciones es generalizada. Por otro lado, la oferta de la formación continua de las empresas rara vez es accesible, algo que no facilita nuestra promoción interna.

¿Qué plantean para paliar esta situación?Desde la CNSE, instamos al tejido empresarial a un mayor compromiso social, y urgimos a la Administración a garantizar con medidas efectivas el derecho a un empleo digno que se contempla en la Constitución Española. Entre ellas, el fomento del empleo de los jóvenes sordos, las mujeres sordas, las personas sordas mayores de 50 años, las personas sordas que residen en zonas rurales y las personas sordas inmigrantes; el ajuste de la normativa de prevención de riesgos laborales a la realidad de este colectivo y la modificación del Reglamento General de Conductores para se incluya la accesibilidad a través de lengua de signos en las pruebas para la obtención de los permisos de conducción y para que, como ya ocurre en Francia, se posibilite a las personas sordas trabajar como conductores de camiones y furgones.

Asimismo, exigimos que se reconozca y regule el perfil profesional de los especialistas en lengua de signos y que se mejoren sus condiciones laborales, pues constituye un importante yacimiento de empleo para la población sorda que se debe proteger e incentivar.

También con motivo de esta semana internacional queréis reivindicar Declaración de los Derechos de la Infancia Sorda. ¿Qué derechos son?La Declaración de los Derechos de la Infancia Sorda -que se puede consultar completa aquí se aprobó de forma unánime en la Asamblea General de la WFD (Federación Mundial de Personas Sordas) celebrada el pasado mes de julio, con el objetivo de instar a los diferentes gobiernos a impulsar todas aquellas medidas que contribuyan a normalizar el aprendizaje y el uso de la lengua de signos entre la infancia sorda.

Entre sus reivindicaciones, que los niños sordos crezcan y vivan de forma libre y plena, disfrutando de entornos saludables, accesibles e inclusivos en los que puedan usar la lengua de signos sin que esto suponga aislamiento, discriminación, ni acoso de ningún tipo. Que se les dé la posibilidad de educarse en su lengua natural y ser partícipes de espacios agrupados, que no segregados, junto a iguales sordos y referentes adultos sordos que contribuyan a la construcción de una imagen positiva de sí mismos. Que se les proteja frente al síndrome de privación lingüística, un fenómeno que se produce cuando se les niega el acceso y aprendizaje de la lengua de signos, que acarrea graves consecuencias lingüísticas y psicosociales. En definitiva, que se les brinde las mismas oportunidades que al resto para que alcancen su máximo desarrollo potencial, y lleguen a ser lo que quieran ser. 

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