Los vecinos del cura acusado de abusar de cinco feligresas: "Era un poco prepotente, iba con la juventud y tomaba muchas cervezas"

Los vecinos del cura acusado de abusar de cinco feligresas: "Era un poco prepotente, iba con la juventud y tomaba muchas cervezas"
Los vecinos del cura acusado de abusar de cinco feligresas: "Era un poco prepotente, iba con la juventud y tomaba muchas cervezas"
Los vecinos del cura acusado de abusar de cinco feligresas: "Era un poco prepotente, iba con la juventud y tomaba muchas cervezas"
Los vecinos del cura acusado de abusar de cinco feligresas: "Era un poco prepotente, iba con la juventud y tomaba muchas cervezas"
Atlas

Si el suceso ya de por sí ha sido altamente impactante, lo es más todavía para los habitantes de Ardales, un pequeño pueblo malagueño de menos de 2.500 habitantes. Allí, han recibido la noticia de que el que fuera uno de los sacerdotes de la localidad entre 2017 y 2021 ha sido detenido por agredir sexualmente a al menos 5 mujeres, a las que sedaba y grababa.

"Nos hemos quedado todos consternados, nerviosos. No nos lo podemos creer", cuenta en estado de shock una vecina de Ardales, cuya identidad ha querido mantener en privado, ante la llamada telefónica de este periódico.

El padre Francisco J. C., de 34 años, fue ordenado sacerdote en 2017 y destinado a Ardales, donde tuvo un papel activo en la vida del pueblo hasta que en 2021 se marchó a Melilla. Según ha informado la Policía Nacional, en ese momento ya tenía varias víctimas a las que había drogado, violado y grabado en vídeos que almacenaba en un disco duro. Estas acciones tenían lugar en los varios viajes que hacía con los jóvenes de la zona.

Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, en Málaga.

"Él iba a sus campamentos, a sus viajes, tenía mucho contacto con la juventud", matiza la anónima vecina, todavía atónita por la noticia que recibió el pasado lunes. "Mi hija me mandó una foto y me dijo que encendiera la tele. Allí vi las noticias, no me lo podía creer", dice.

"Estuve pensando en su madre, una mujer buena y santa, que todos conocemos", cuenta la vecina a 20minutos. El detenido, tal y como han informado diferentes medios, es hijo de una monja clarisa que pasó a ser como catequista y que cuando nació Francisco Javier empezó a trabajar como educadora en una guardería.

"Era un poco prepotente", comenta confidencialmente otra vecina de Ardales, que también ha querido mantener su identidad en secreto debido al revuelo que los hechos están causando en el pueblo, donde prácticamente todos los habitantes se conocen entre sí. "Lo que él decía tenía que hacerse siempre, lo veíamos mucho con la juventud, tomando bastantes cervezas... Algo nada habitual en los curas", confiesa esta feligresa, que había mantenido "una relación estrecha" con el detenido.

"Era una persona con mucho impacto en la vida del pueblo", dice la vecina a este periódico por vía telefónica. "Era normal, de confianza. Yo, que soy cristiana, he comulgado muchísimas veces con él. No me lo puedo creer", comenta, todavía incrédula de que una persona en la que había confiado tanto hubiera sido capaz de llevar a cabo acciones como aquellas.

Tras ser trasladado a Melilla en 2021, Francisco fue nombrado párroco de la iglesia de Santa María Micaela y capellán de la prisión, aunque "no se dejaba ver mucho", según cuenta una ciudadana melillense, propietaria de un negocio cercano a la iglesia. "Otros curas y sacerdotes tenían más presencia, venían al local y hablaban con nosotros. Pero él no demasiado", dice a este periódico, lamentando no poder proporcionar más información sobre el detenido.

Fue en Melilla donde se descubrieron unas primeras actitudes impropias de Francisco. Tal y como ha informado la Policía Nacional en una nota de prensa, el pasado agosto, una mujer que se identificó como la "pareja sentimental" del sacerdote denunció ante la Unidad de Familia y Atención a la Mujer que guardaba en un disco duro las imágenes de los terribles actos cometidos. Al conocerse la existencia de este material y el hecho de que fuera un "sacerdote con novia" (un incumplimiento del juramento de celibato que mantienen los sacerdotes católicos), el Obispado lo sacó de Melilla y lo envió a la Diócesis de Málaga, donde ofició como sacerdote en los pueblos de Yunquera y El Burgo.

Desde hace unas semanas, el sacerdote se tuvo que ausentar "por motivos personales" y no pudo seguir oficiando las misas que realizaba en ambos pueblos. A partir de entonces, no se le ha vuelto a ver. "Desde el Ayuntamiento estamos abiertos a colaborar con la Guardia Civil para ver las imágenes y si reconocemos a alguna afectada", ha señalado el alcalde de Yunquera, José María Rodríguez, que ha admitido que el detenido "últimamente estaba un poco nervioso porque veía que el caso estaba encima de la mesa".

Tanto el Obispado como la Diócesis de Málaga han comunicado su condena de los hechos acaecidos y su pertinente colaboración en la investigación. "Expresamos nuestra más profunda y contundente condena contra cualquier tipo de vejación o abuso a la mujer", han expresado en un comunicado conjunto. 

La primera vecina de Ardales entrevistada por 20minutos ha manifestado de forma firme que este asunto nada tiene que ver con la religión. "Esto ensucia a la Iglesia entera, cuyo máximo fin es ayudar a los más necesitados. Yo soy cristiana, voy a misa y no me gustaría que se relacionase la labor de la Iglesia con estos hechos lamentables".

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