Canarias alberga 130 toneladas por kilómetro cuadrado de tierras raras, un material preciado para la industria

El equipo científico de la campaña oceanográfica Drago 0511 ha identificado ocho nuevos montes submarinos al sudoeste de Canarias -el mayor de ellos con la altura del Teide- que son antiguas islas ahora hundidas por efecto del enfriamiento de la corteza terrestre.
Gráfico de los montes submarinos que se pueden encontrar en las Islas Canarias.
EFE
El equipo científico de la campaña oceanográfica Drago 0511 ha identificado ocho nuevos montes submarinos al sudoeste de Canarias -el mayor de ellos con la altura del Teide- que son antiguas islas ahora hundidas por efecto del enfriamiento de la corteza terrestre.

El potencial minero de los montes submarinos de Canarias, que puso de manifiesto el descubrimiento en 2017 en uno de ellos (Tropic), podrían proporcionar hasta 130 toneladas por kilómetro cuadrado de una materia prima estratégica cuyo abastecimiento controla China: las denominadas tierras raras.

La revista Marine Geology ha publicado un estudio liderado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) sobre las reservas de materiales claves para industrias como la fabricación de vehículos eléctricos, paneles solares y componentes electrónicos que pueden encontrarse en las costras de ferromanganeso que recubren ocho montes submarinos situados al suroeste de la isla de El Hierro.

Centrado en los montes conocidos como Las Hijas, Bimbache, The Paps, Echo, Drago, Tropic, Gaire y Amuley, el trabajo describe los procesos geológicos que han provocado que en esas costras no solo haya hasta 20 veces más tierras raras de lo habitual en la corteza terrestre, sino también 4.000 veces más telurio y 500 más cobalto.

Compuestas de manganeso y hierro

Esas ocho elevaciones de origen volcánico se encuentran a profundidades de entre 3.500 y 5.000 metros y son estructuras de entre 92 y 152 millones de años de antigüedad, muy anteriores a la formación de las actuales Islas Canarias.

En buena parte de su superficie están recubiertas de una costra mineral compuesta de manganeso y hierro desde hasta 20 centímetros de grosor, con concentraciones de metales y elementos conocidos como tierras raras muy superiores a la media, producto que se forma por dos procesos: el hidrotermal/volcánico y las calimas.

Se consideran preciosas porque son el resultado de un proceso geológico extremadamente lento ("engordan" a razón de 0,8 a 2,6 milímetros por millón de años), pero también debido a su alto contenido de materias primas catalogadas formalmente como "estratégicas" por la Comisión Europea, porque resultan claves en el futuro de la industria tecnológica.

Este estudio analiza el potencial minero de esos montes submarinos a partir de 42 muestras, con estos resultados: por cada kilómetro cuadrado de sus costras minerales se pueden extraer 130 toneladas de tierras raras e itrio, hasta 215 toneladas de cobalto, 92 de níquel, 39 de cobre, 50 de vanadio, 13 de molibdeno, además de casi 9.400 toneladas de manganeso y casi 9.300 de hierro. Y todo ello con tasas de recuperación muy altas en los materiales más valorados, del 95% en el cobalto y del 84% en tierras raras.

Consideradas un metal primario

El de las tierras raras es en la actualidad un mercado de alrededor de 9.000 millones de euros anuales de facturación dominado por China, que acapara un tercio de las reservas mundiales. El gigante asiático es el principal proveedor de la industria, con 140.000 toneladas anuales, el 58,3% de la producción mundial de tierras raras (datos de 2020), seguida por Estados Unidos, con un 15,8%; Birmania, con un 12,5%; y Australia, con 7,1%.

"Con estos datos es posible proponer la extracción de elementos (minerales de los montes submarinos de Canarias) en dos fases, para obtener el máximo aprovechamiento minero de metales interesantes, considerando las tierras raras no solo como un subproducto, sino en la mayoría de los casos como un metal primario, junto con el cobalto y el níquel", apuntan los autores del trabajo liderado por el IGME.

Pero hay dos problemas. El primero lo apuntan los propios autores: el impacto ambiental de la minería sobre los valiosos ecosistemas submarinos que también existen en esos montes, un dato que, por ejemplo, llevó al equipo británico que descubrió las reservas de telurio de Tropic a abogar por la protección de esos fondos.

El segundo reside en la titularidad de esa zona del Atlántico. Aunque se encuentran en la llamada Provincia Submarina Canaria, porque son hijos del mismo vulcanismo que hizo emerger las islas, la mayoría de esos montes están en aguas internacionales

España ha solicitado a la ONU su propiedad como parte de la extensión de la plataforma de Canarias hasta las 350 millas náuticas (648 kilómetros), pero también Marruecos ha planteado una demanda similar tomando como referencia la costa de los territorios ocupados en el Sahara Occidental.

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