El Obispado "condena y rechaza" los presuntos abusos a mujeres del cura de Málaga y estudia personarse en la causa

El padre Francisco Javier Cuenca, oficiando una misa.
El padre Francisco Javier Cuenca, oficiando una misa.
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El padre Francisco Javier Cuenca, oficiando una misa.

El secretario general de la Conferencia Episcopal (CEE), Francisco García Magán, ha rechazado este jueves entrar a valorar el caso del sacerdote de Málaga acusado de abusar sexualmente de al menos cuatro mujeres entre los años 2017 y 2019 y ha asegurado que el caso "no es competencia de la CEE".

Así lo ha dicho en rueda de prensa tras la reunión de la Comisión Permanente de los obispos en la que ha sido preguntado por este caso y, aunque ha reconocido "el interés que suscita", ha insistido en no hacer ninguna valoración ya que el caso está 'sub judice' y se ha remitido a las declaraciones realizadas por la diócesis de Málaga.

"No es competencia de la Conferencia Episcopal", ha zanjado García Magán, que se ha limitado ha expresar su "rechazo y condena".

A preguntas de los periodistas, el secretario general de la CEE ha explicado que el derecho canónico prevé cómo actuar ante estas situaciones y, tras conocer los hechos, el obispo de la diócesis afectada debe invitar a denunciarlo ante las autoridades correspondientes.

El Obispado estudia personarse por la gravedad de las acusaciones

Este jueves se ha conocido que el Obispado de Málaga estudia personarse en la causa judicial que ha abierto el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Vélez-Málaga contra este sacerdote de 33 años acusado de abusar sexualmente de al menos cuatro mujeres entre los años 2017 y 2019 y que se encuentra en prisión provisional tras ser detenido el pasado día 11.

Fuentes cercanas a la diócesis han indicado que aunque normalmente no suelen personarse judicialmente en las causas que se siguen contra personas que han pertenecido a su comunidad, en este caso, debido a la gravedad de las acusaciones y el grave daño causado a la Iglesia, están estudiando tomar medidas.

El mismo día que la Policía comunicó el motivo de su detención, el Obispado retiró al religioso las licencias ministeriales, que supone que no dispone de permiso para ejercer como sacerdote y administrar los sacramentos.

Este es el primer paso para un proceso canónico, que podría llevar al cura a la inhabilitación para toda la vida.

La noticia de la detención del "padre Fran" ha causado gran conmoción entre sus compañeros y uno de sus más allegados ha reconocido que lo están pasando mal: "Nos ha engañado a todos, parecía encantador, campechano, honesto, con mucha vocación".

El "padre Fran" fue ordenado sacerdote en 2017 y había ejercido como párroco en municipios como Álora, Ardales y Carratraca, en Málaga, y, más recientemente, en Melilla.

Tras su llegada a la península fue párroco sustituto en las iglesias de Nuestra Señora de la Encarnación, en la localidad malagueña de Yunquera, y Santa María de la Encarnación, en El Burgo (Málaga), hasta que se produjo su detención.

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