Madrid

El análisis no verbal de las cachetadas de Daniel Viondi: "Palmear la cara indica el inicio o disposición para una lucha física"

La comunicación no verbal vuelva a ser trascendente en política: Daniel Viondi, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, palmeó en tres ocasiones la cara del Alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

¿Qué ha significado este gesto? En primer lugar, ha desembocado en la expulsión inmediata del pleno y en su posterior dimisión del cargo por ejecutar una conducta muy poco apropiada. 

¿Por qué un solo gesto es capaz de traer fatales consecuencias? 

La comunicación no verbal agresiva remite a gestos, expresiones del rostro y del resto del cuerpo, actitudes o comportamientos que transmiten violencia o voluntad de dominio sobre el otro. Suele ir acompañada por un lenguaje verbal también amenazante e iracundo, como ha sido el caso.

Sin embargo, la comunicación no verbal, a través del contacto directo interpersonal, tiene todavía un mayor peso que la comunicación verbal. Y es lógico que sea así, nuestro cerebro detecta, codifica y se impacta mucho más con gestos que con palabras

La comunicación no verbal nació miles de años antes que el vocabulario actual, estamos programados para detectar, interpretar y comunicarnos con la expresión de nuestros cuerpos y a la vez que un abrazo sincero o una caricia significan mucho más que decir 'te quiero', un mal gesto, una mirada hiriente o una expresión despreciativa pueden causar más dolor que un insulto.

El extremo de esta idea llega cuando el contacto físico es directo y en un momento de tensión llegamos a tocar con nuestro cuerpo al otro, y no digo pegar, solo un toque leve puede resultar el colofón de un acto agresivo, cuando tocamos invadimos la intimidad del otro y aquí solo caben dos opciones: tocamos de forma positiva cuando hay confianza y expresamos amor, durante el acto de cortejo o en el sexo y de forma negativa en la lucha cuando entra en juego la dominancia y la agresión. 

De hecho, en política esta segunda acepción se utiliza frecuentemente con las palmaditas en la espalda y en el hombro, es una forma menos agresiva pero igual de dominante para expresar 'yo estoy por encima de ti', 'yo controlo la situación, yo domino'. 

En este caso, tocar la cara es más violento por ser una zona sensible, no neutral y un punto caliente del cuerpo para la agresión. Palmear la cara de forma chulesca indica el inicio o la disposición para una lucha física, de ahí que se reciba con tanta impresión, en un contexto profesional o político, sobre todo.

Este gesto tiene una connotación especialmente violenta, porque no siempre es necesaria la fuerza para que un acto sea particularmente muestra de la rabia y el desprecio por el otro

En definitiva, la persona que utiliza esta manera de comunicarse está queriendo imponer su punto de vista, utilizando todos sus recursos para avasallar, intimidar o hacer retroceder a su interlocutor, de una manera totalmente primitiva, animal y, hoy en día, como seres racionales dotados de la palabra y de una educación social, resulta ridículo y  totalmente innecesario. 

Conductas así solo nos hacen retroceder en el tiempo como pura involución de la especie.

Psicóloga y divulgadora

Soy madre, psicóloga y experta en salud mental perinatal. Me confieso una apasionada de la comunicación no verbal y la escritura terapéutica. Publiqué un libro: 'Se hizo el silencio' (Ediciones Alfar). En instagram soy alicia.natalmente.

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