La doctrina Almeida: gestionar Madrid sin renunciar a los asuntos que afectan a España

El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida, en el primer Pleno del curso.
El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida, en el primer Pleno del curso.
 Madrid
El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida, en el primer Pleno del curso.

Lunes, Palacio de Cibeles, diez minutos para las 14.00 horas. Con el punto y final del discurso de José Luis Martínez-Almeida tras cumplir 100 días como alcalde (por segunda vez), una periodista pregunta lo que todo el mundo tiene en la cabeza. La líder del PSOE, Reyes Maroto, lo ha criticado -otra vez- por ejercer de "portavoz del PP" y no "atender a las demandas de los vecinos". ¿Algo que decir? El primer edil tuerce el gesto, olvida por un momento las 50 medidas que ha presumido de cumplir en estos primeros suspiros del mandato y trata de zanja el asunto. Para siempre.

"Voy a ser claro. Por mucho que pataleen, por mucho que me critiquen, voy a seguir hablando de política nacional. Voy a hablar de lo que preocupa a España y a los españoles. Siempre. Porque esto es la capital de España". Aún no estaba todo dicho.

Tres días después, y una investidura fallida de Feijóo de por medio, Almeida estrenó este jueves el primer Pleno del curso presentando, a petición de los socialistas, "las líneas estratégicas que marcarán su acción política en el mandato". Antes de abandonar la tribuna de oradores, dijo: "Una última cuestión. Desde este Ayuntamiento nunca renunciaremos a hablar de España y los españoles, ténganlo claro. Si no les compensa a ustedes hablar de que en España se pueda romper la igualdad, no quiere decir que nosotros no la defendamos a través de la defensa de Madrid".

Pero a la oposición ya no le basta con circunscribirse a las cuestiones municipales. Rita Maestre, líder de Más Madrid, es consciente. "Hablemos de algunas cuestiones que le importan a España, claro que sí", lanzó con sorna para reivindicar después la posibilidad de defender "un modelo de ciudad, país y sociedad alternativo al del PP" y "tan legítimo como el suyo". "No patrimonialicen a España", rugió. Su partido, segunda fuerza en Cibeles, se ha caracterizado hasta ahora por centrarse en los problemas que afectan a los madrileños. ¿La amnistía también lo es?

Con permiso del avance en los planes para las cocheras de Cuatro Caminos o la cárcel de Carabanchel, la gran votación del día llegaría solo unas pocas horas después. El debate sobre la amnistía. O como decía literalmente la propuesta presentada por el Grupo Popular: "Aprobar las manifestaciones que contiene la iniciativa en contra de la tramitación de una Ley de Amnistía o indulto generalizado no individualizado para cualquier ciudadano, sea cual sea el delito". Una moción que forma parte de un plan más amplió que Feijóo orquestó para retratar al PSOE en parlamentos autonómicos y ayuntamientos de toda la geografía española.

Almeida acataba así la orden de su jefe de filas. El 5 de octubre hará lo propio Isabel Díaz Ayuso al llevar la discusión de la amnistía a la Asamblea Regional. En las últimas semanas, ambos han hecho campaña por el gallego, denunciando la estrategia independentista que asegura la continuidad de Sánchez en Moncloa. La prensa les busca, ellos no se esconden. Ecos de un tiempo en el que Almeida fue el portavoz de los populares y Ayuso aspiraba a ser la presidente del PP en Madrid...

De vuelta al debate en Cibeles, Almeida fue el primero en tomar la palabra. "Quiero decir sí a la Constitución, la convivencia, la libertad, la democracia y el estado de derecho". Porque con la amnistía, "que sin ninguna duda ya está pactada", los independentistas volverán a dar "un golpe de Estado como el de 2017". Ahora lo harán, además, con la "complicidad" de una izquierda que está "más interesada en gobernar que en ningún otro asunto", apuntó.

La votación ya era un trámite. El PP sacaría a pasear el rodillo de la mayoría absoluta cosechada en las elecciones de primavera, no haciendo falta siquiera los votos favorables de Vox. Más Madrid y PSOE rechazarían, claro. Y al llegar el turno de los populares, su portavoz en la cámara, Carlos Izquierdo, encendería el micrófono para espetar, despertando la risa de su bancada: "Muy a favor". Otro capítulo registrado en el diario de sesiones del Palacio de Cibeles.

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