Adrián Navarro, educador canino: "Trabajar con una manada ofrece muchos beneficios a la hora de trabajar la socialización canina"

El educador canino Adrián Navarro pasea junto a los perros de su centro Lopecan por Cártama. El centro alberga actualmente a cerca de setenta perros, veinticinco de ellos suyos, y su actividad principal es la educación canina en socialización y en casos de agresividad para adaptarlos a su entorno familiar, así como en la colaboración con la Protectora de Málaga. ESPAÑA ANIMALES
El educador canino Adrián Navarro pasea junto a los perros de su centro Lopecan por Cártama.
EFE/IRENE MARTÍN MORALES
El educador canino Adrián Navarro pasea junto a los perros de su centro Lopecan por Cártama. El centro alberga actualmente a cerca de setenta perros, veinticinco de ellos suyos, y su actividad principal es la educación canina en socialización y en casos de agresividad para adaptarlos a su entorno familiar, así como en la colaboración con la Protectora de Málaga. ESPAÑA ANIMALES

Para un perro, la vida en un refugio o en un centro de protección animal no es como estar en un hotel. A pesar de que podamos pensar que los voluntarios y cuidadores se hacen cargo de ellos y que están con otros perros, la realidad es que muchos de los canes lo pasan realmente mal en estas circunstancias.

De hecho, al igual que ocurre con las personas, cada perro tiene su personalidad y llega al centro con su propia mochila: con miedos, inseguridades, traumas... Por lo que, a veces, por mucho que hagan los voluntarios, son necesarios unos cuidados y tratamientos que en la gran mayoría de los casos no están al alcance de las protectoras.

Con el objetivo de ayudar a estos perros Adrián Navarro se convirtió en educador canino y a día de hoy cuenta con su propio centro de adiestramiento canino (Lopecan) y también colabora con la protectora de animales de Málaga, donde ayuda a los perros que vienen con esas "mochilas" más grandes, a deshacerse de ellas y encontrar una nueva familia.

El trabajo de ayudar a tutores y perros a ser felices

Navarro siempre había querido tener un perro y fue a los quince años cuando su familia trajo uno a casa, una pastor alemán que venía con problemas de comportamiento. "Todos los perros de la calle tenían problemas con otros perros, ladraban, etc. Ahí fue cuando empecé a interesarme por educarlos y, de hecho, mi perra terminó paseando sin ladrarle a las casas", recuerda el educador canino.

"Primero hice un curso de auxiliar veterinario, pero tuve una experiencia desagradable y me di cuenta de que no podía dedicarme a eso", añade. "Tras la pastor alemán tuvimos otra perrita, a la cual dejamos en una ocasión en una residencia y volvió traumatizada. Ahí fue cuando tuve la idea de montar mi propio lugar donde las personas pudieran dejar a los animales sin que desarrollasen miedos o problemas".

Con esas metas en mente, Navarro se formó en educación canina, se mudó a Málaga y empezó a ofrecerle a los tutores ayuda de forma gratuita para poner en práctica lo aprendido en el curso. "Fue entonces cuando vi claro que quería dedicarme a eso, a pesar de que me decían que no podría vivir de ello", cuenta.

Queremos ayudar al mayor número posible de perros, solventar casos que se dan por perdidos y poder compartir la vida con los perros

"A mí me llenaba ayudar a los tutores y a los perros a tener una mejor relación y a que fueran felices, así que empecé a venderme como Lopecan (cuyo nombre viene de las dos perras con las que convivía en aquella época, Lola y Pepa)", relata el educador. "Fue muy motivador ver cómo el proyecto se iba desarrollando hasta el punto de colaborar con protectoras".

El equipo de Lopecan que encabeza Navarro realiza actividades con perros, tienen un apartado de educación canina y también se dedican al adiestramiento. "Queremos ayudar al mayor número posible de perros, solventar casos que se dan por perdidos y poder compartir la vida con los perros", expresa el educador.

"Actualmente vivo con 25 perros, por eso nuestro punto fuerte es la socialización canina, ya que trabajar con una manada ofrece muchísimos beneficios en ese aspecto", añade. "Piensa que la figura del educador canino es quien explica al perro ciertas situaciones o comportamientos, pero es mucho mejor cuando lo pueden hacer entre ellos, ya que el aprendizaje es más rápido".

Problemas más comunes de los perros de protectora

Aunque ha colaborado con muchas asociaciones, a día de hoy Navarro es el educador canino oficial de la protectora de Málaga, donde ayuda a los perretes que tienen problemas de comportamiento a solucionarlos y, de esa manera, facilitar su adopción.

"El primer problema que hay en las protectoras es de concienciación, por parte de las personas, a la hora de adoptar un perro", explica. "Un animal que vive en un chenil en una protectora después necesita un tiempo de adaptación a la vida en familia y en el hogar, ya que es un cambio muy grande".

Navarro habla de periodos de adaptación de dos semanas a dos meses, aproximadamente. "Además, se pueden dar problemas de ansiedad por separación o de protección de recursos y, si no hacemos la adaptación al hogar, puede dar pie a otras muchas problemáticas", expresa.

Retrato de un perro en un refugio de animales.
Retrato de un perro en un refugio de animales.
GETTY IMAGES

"Por eso creo que el problema es más nuestro que suyo, por no saber lo que estamos haciendo. De ahí la importancia de informarse sobre lo que necesita el perro y de escoger uno que se adecue a nuestro día a día y nuestro estilo de vida", añade. "Esto va a hacer que cualquier problema que surja sea más fácil de resolver".

No obstante, también hay perros en las protectoras que necesitan ayuda y, para eso Navarro trabaja con ellos. "Lo más común es encontrar perros con problemas a la hora de gestionarse emocionalmente, especialmente el estrés y la ansiedad, que son temas difíciles de tratar en el refugio debido al estrés ambiental", afirma.

"Lo mejor en estos casos es que el perro esté en un lugar donde las rutinas sean siempre las mismas, al igual que las personas con las que convive y que de esta forma, los vínculos sean más estrechos", añade el experto. "Aunque los voluntarios suelen hacer lo imposible por ellos, es lógico que no sea igual que convivir en el hogar".

Lo más común es encontrar perros con problemas de gestión emocional, especialmente de estrés y ansiedad

Por otro lado, Navarro habla de problemas de agresividad y estereotipias, que son los menos, pero los más laboriosos de tratar, según su criterio. "A los perros agresivos es muy difícil encontrarle casa, porque el futuro adoptante tiene que estar dispuesto a trabajar con ellos", comenta.

"Por eso, a parte de mis 25 perros, en la residencia tengo otros 24 de la protectora y, la gran parte de ellos, una vez llegan a casa y entran dentro de la rutina, son mucho más fáciles de tratar y, por tanto tienen mayor posibilidad de salir adoptados", asegura.

Inés López
Colaboradora '20minutos'

Soy Inés López García. Me formé en la Complutense con la intención de acabar informando sobre animales y medioambiente. Tuve mi primera oportunidad laboral en el medio local 'Madridiario'; luego entré en '20minutos', donde pude escribir sobre cine, series y videojuegos, mis tres hobbies. Me mudé a Londres para mejorar el inglés y escribir sobre el Brexit y el covid en la distancia. En la actualidad escribo sobre lo que siempre quise, animales, en la sección Animaleros de '20minutos'.

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