Murcia, y con ella toda España, amaneció ayer conmocionada por el terrible incendio en una zona de ocio que ha segado la vida de 13 personas que disfrutaban de una noche de diversión. Ahora es el momento de acompañar a los familiares en su inmenso dolor pero también el de determinar las causas, porque, hablemos de un lugar de trabajo o de ocio, la seguridad tiene que estar garantizada. La experiencia dice, lamentablemente, que a veces se avanza en ese camino a golpe de desgracias. Después de la tragedia, toca esclarecer, consolar y reparar, aunque la pérdida de vidas sea irreparable.