Incluso antes de formar parte de la familia real británica, prácticamente desde su infancia, Lady Di ya vivía una vida de aristócrata acomodada. Solo hay que fijarse en la casa en la que creció y vivió hasta su noviazgo con el entonces príncipe Carlos de Inglaterra, Althorp House. Ahora, de hecho, uno se puede fijar en ella... desde dentro, siempre y cuando se tenga suficiente dinero.
La mansión fue además el lugar en el que conoció al ahora monarca y que lleva siendo propiedad de la familia Spencer desde principios del siglo XVI —concretamente, los terrenos desde el año 1508, pero la casa desde 1688— ha sido incluida dentro de las posibles opciones para pasar unos días dentro de Elysian Estates, una web de propiedades tipo Airbnb pero de lujo.
Desde la página, de hecho, dan toda clase de detalles sobre la vivienda, si bien hay dos cosas que no se especifican: por un lado el precio, aunque se estima, dado que tiene capacidad para algo más de 50 personas, que serán varios miles de dólares al día; y, por otro, las posibles visitas a la tumba de la princesa, que está enterrada en una pequeña isla en el centro de un lago que se ubica en los terrenos.
Aun con la posible prohibición de rendir tributo a sus restos, solo con el resto de lo que ofrece Althorp House ya se puede intuir que solo se lo podrán permitir los millonarios del mundo, puesto que se encuentra en un bucólico paraje: más de 5.000 hectáreas en Northamptonshire, un condado de la región de las Tierras Medias Orientales [East Midlands], a poco más de 100 kilómetros de Londres.
Ya dentro de la vivienda, amén de incontables habitaciones y cuartos de baño, cuenta con diversos comedores —no por nada acogió desde reuniones políticas a bailes cortesanos—, una capilla, salas de billar y obras de arte y una galería de cuadros de enorme valor. Asimismo, desde la web ofertan sus propios chefs, traslado en helicóptero, pianista, eventos de tiro e incluso fuegos artificiales.
Diana de Gales se crio allí junto a sus dos hermanas mayores, Lady Sarah y Lady Jane Spencer, su hermano menor, Earl Charles Spencer, el actual conde Spencer, que es quien a día de hoy se encarga de la propiedad, catalogada como Grado I, la mayor distinción arquitectónica y patrimonial que concede Reino Unido.
De hecho, el conde Spencer ya recibió críticas en 2013 cuando alquiló la casa a un millonario por 25.000 libras la noche [unos 29.000 euros], si bien en 2016 hizo lo mismo para una subasta benéfica. Además, también es el encargado de las visitas turísticas.
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