Las calderas de gas no recibirán subvenciones a partir de 2026. Así lo dispone una Directiva de la Unión Europea, que establece el fin de estas subvenciones en beneficio de sistemas más eficientes y sostenibles, con el objetivo de reducir el consumo energético comunitario en un 11,7% según el texto legal de esta directiva. Las calderas de gas tampoco cuentan ya con ayudas por parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno, y comunidades como Madrid ofrecen subvenciones para cambiarlas por sistemas más eficientes.
En ese sentido, las bombas de calor aparecen como la opción más asequible y más eficiente: se estima que reducen el consumo de energía entre un 50 y hasta un 80%, según publica el medio Reasons to be cheerful. El profesor Alan Pears, uno de los principales expertos en eficiencia energética de Australia, eleva esa estimación hasta un máximo del 85%, según recoge El Confidencial. Las bombas de calor, por lo tanto, son una opción asequible de cara a afrontar un invierno en el que el gasto energético volverá a marcar las economías de millones de hogares.
Las bombas de calor destacan por su eficiencia
Hay varios tipos de bombas de calor:
- Bombas aire-aire: son las más comunes en España. Aspiran aire y lo distribuyen a través de tubos con líquido refrigerante, que se calienta y se convierte en gas. La instalación absorbe el gas, lo convierte de nuevo en líquido y libera el calor generado a través de radiadores o calefacción. Su funcionamiento se basa en mover el aire, por lo que usa menos electricidad que un sistema que calienta el aire. Pueden generar hasta un ahorro del 80%.
- Bombas aire-agua: absorben el calor del aire y lo transfieren a un circuito de agua, que abastece y calienta el sistema de calefacción general de la casa.
- Bombas de calor aire-tierra: también conocidos como geotérmicos, aprovechan la temperatura del suelo (mas frío que la temperatura ambiente en verano y más caliente que la del invierno). Es una instalación, sin embargo, más costosa.
Los partidarios de estos sistemas aseguran que son instalaciones sencillas, que requieren bajo mantenimiento, pueden ofrecer un sistema doble de calefacción y refrigeración y son energéticamente eficientes, además de poder adaptarse a fuente de energía renovables. En Noruega, las calderas de gasoil están prohibidas por ley desde 2020, y el gobierno está promoviendo su sustitución por bombas de calor, mientras que los gobiernos de Suecia, Finlandia, Estonia, Dinamarca, Francia e Italia siguen esta tendencia en la que España aún se encuentra muy atrás.
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