Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Sumar se rinde a Puigdemont

Yolanda Díaz y Carles Puigdemont durante su encuentro este martes.
Díaz y  Puigdemont durante su encuentro en Bruselas, en una imagen de archivo. martes.
Sumar
Yolanda Díaz y Carles Puigdemont durante su encuentro este martes.

La propuesta de ley de amnistía que apadrina la formación de Yolanda Díaz, y que este martes se presentó en Barcelona, supone la asunción completa del relato separatista y, consecuentemente, la legitimación política de todas las tropelías ilegales y antidemocráticas que en nombre de la independencia o la autodeterminación se han hecho desde 2013 hasta hoy. En las razones que el texto esgrime para avalar esa ley, se afirma que el origen del “conflicto existente entre Cataluña y el Estado”, que la culpa de todo lo que ha pasado con el procés, radica en el recurso de inconstitucionalidad del PP contra el Estatuto catalán de 2006. 

Es delirante que Jaume Asens, que es el negociador de Sumar con Carles Puigdemont, y llevó la voz cantante en la presentación de la propuesta, califique la sentencia del TC sobre el Estatuto (2010) de acto “unilateral”, de ruptura del pacto constitucional, lo que, según esa teoría, habría habilitado a los separatistas a llevar a cabo todo lo demás. Ni Artur Mas, ni Oriol Junqueras, ni Carles Puigdemont tuvieron la culpa de nada, claro está. Ellos solo querían una solución dialogada en forma de consulta o referéndum, pero se encontraron con la negativa reiterada del bipartismo. No solo eso, sino que además el Estado les aplicó una “política criminal” de persecución y castigo. Es muy triste que un partido que forma parte del Gobierno de España asuma ese relato sobre lo que ha sido el procés, que se rinda al discurso difamatoria de Junts y ERC, que haga suyo un falseamiento tan grosero de los hechos históricos. La amnistía de Sumar busca la condena interna y externa de la democracia española, la rendición frente a Puigdemont.

Con la amnistía que nos propone la formación de la vicepresidenta en funciones, el Estado de Derecho en España quedaría absolutamente desautorizado. Se despenalizarían todos los delitos cometidos desde 2013 hasta la fecha cuya motivación fueran la búsqueda de la independencia o la autodeterminación de Cataluña. Absolutamente todo quedaría borrado, no solo la desobediencia con relación al 1 de octubre de 2017, sino también la malversación de caudales públicos, el destrozo de mobiliario urbano, la utilización de artefactos incendiarios, la ocupación del aeropuerto internacional del Prat, e incluso actos violentos más recientes como, por ejemplo, el boicot contra la Vuelta ciclista a España. La amnistía de Sumar es un acto de reparación frente a la “política criminal” del Estado, que en buena lógica conllevaría más adelante una compensación económica frente a tan injusta represión. En ningún momento se indica que los beneficiarios deberían realizar un gesto de contrición, de asunción de errores, ni tampoco de renuncia a la unilateralidad. Nada de nada. Aquí el único culpable es el Estado español, y los encausados, las víctimas. Además, los perseguidos actuaron en nombre de Cataluña, con el deseo de encontrar una solución dialogada al conflicto político, lo que remite, sin decirlo, pero inequívocamente a que la amnistía es solo el aperitivo para alcanzar más tarde el plato fuerte, la autodeterminación y, como postre, la independencia.

Pedro Sánchez sigue sin decir nada, el PSOE no aclara cuál sería su propuesta. Qué medida de gracia plantea. Es un silencio muy inquietante porque los socialistas sostienen la columna vertebral de la España constitucional. Pero este es un pilar que puede quebrarse si una amnistía, que supone la legitimación del discurso independentista, que en absoluto se plantea como el fruto maduro de un proceso de reconciliación entre catalanes, es el pago por siete votos para una investidura.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento