Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

El tontico oficial

Es oficial que algunos jóvenes sujetan con una sola mano el aparato mientras orinan.
Es oficial que algunos jóvenes sujetan con una sola mano el aparato mientras orinan.
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Es oficial que algunos jóvenes sujetan con una sola mano el aparato mientras orinan.

Cualquier forrapelotas utiliza ahora la horrorosa expresión “es oficial” o la palabra “oficial” a secas para transmitir una noticia que parece real, verdadera, contrastada o autorizada. Ser oficial en este mundo de red social, riñonera bandolera y batucada es lo más parecido que algunos están de la verdad en su vida. Así que lo oficial ha pasado a convertirse en algo serio, que impone respeto y hace callar a la audiencia.

“Es oficial lo de Mbappe”, dicen unos. “Es oficial: Márquez correrá en Ducatti”, dicen otros. “Ya es oficial, he aprobado el práctico de conducir”. “Es oficial, mi segundo sencillo, está disponible en todas las plataformas digitales”. Y así todo el día. Lo oficial va que vuela y, aunque no se aleja de la corrección semántica gracias a la cuarta acepción de la RAE, no me negarán que es una turra considerable.

Ser oficial en este mundo de red social, riñonera bandolera y batucada es lo más parecido que algunos están de la verdad en su vida.

“Reconocido por quien puede hacerlo de manera autorizada” es la definición. Hay que hablar ahora de las cuentas de las diferentes redes sociales. Ahí nos podemos encontrar con cuentas oficiales de todo, a cual más divertida. Cuenta oficial de una floristería, cuenta oficial de un pelagatos que salió en la tele hace mil años, cuenta oficial de una discoteca decadente y así todo el día.

Falsificar lo oficial sería tan sencillo como llamarse oficial también. Para eso se inventaron las certificaciones de las cuentas en las redes, pero suelen ser de pago, requieren de mucha constancia o de fama notable. Así que muchos que no cumplen con los requisitos tiran de oficialidad para ganarse el respeto. Para el elogio corre nuestra pluma rápidamente. Cuando se trata, empero, de vituperar, sólo a fuerza de horas podemos dar concluido a la prensa el artículo más conciso.

Así que es verdad, el tontico oficial ha venido para quedarse, para intentar colarnos sus noticias de garrafón, para vendernos una fama turbia y descafeinada, para darse importancia en un mundo paralelo de apariencias en el que todo tiene que ser interesante y frenético. Es oficial que el tonto oficial nos va a aparecer hasta en la sopa. Paciencia.

Juan Luis Saldaña
Periodista y escritor

Colecciono coca colas falsas en lata y hago fotos a las bolsas de plástico en los árboles. He publicado libros de poemas y relatos. Mi última novela es "Hilo musical para una piscifactoría". Se llevó al cine bajo el título de "Miau". He sido redactor en prensa, presentador en tele y radio y ahora me piden que opine. Licenciado en derecho, MBA, máster en periodismo y doctor en comunicación e información. He tenido una agencia de marketing, alguna experiencia de éxito en comercio electrónico y doy clases en algún máster sobre esto.

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