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Donald Tusk, el valor de la experiencia para coser las distancias entre Polonia y la UE

Donald Tusk
Henar de Pedro

Polonia va a empezar una nueva era política y el capitán del nuevo barco parece que será Donald Tusk (Gdansk, 1957). Esa Polonia que entró en la Unión Europea en 2004 podría acercarse precisamente a Bruselas en esta nueva época, después de unas elecciones que han supuesto un vuelco en el cara a cara entre el PiS, que llevaba en el poder desde 2015, y Plataforma Cívica, que rechaza de plano la deriva euroescéptica mostrada por el Ejecutivo de Mateusz Morawiecki en los últimos años. Tusk tenía claro el encargo, y parece que está dispuesto a cumplirlo y a poner sobre la mesa su experiencia tanto como antiguo primer ministro como su estancia en la presidencia del Consejo Europeo.

La Plataforma Cívica que encabeza es 'a priori' quien más opciones tiene de pilotar el nuevo Gobierno del país, gracias al 28 por ciento que ha obtenido y a las potenciales alianzas con Tercera Vía (14%) y Nueva Izquierda (8%). A la coalición de centro derecha le ha servido con ser segunda, precisamente por detrás del PiS, para poder armar una mayoría, sobre todo gracias al apoyo que ha obtenido en las grandes ciudades como Varsovia, Cracovia o la propia Gdansk, que vio nacer a Tusk.

El expresidente del Consejo Europeo fue visto desde el principio por muchos como la figura más capaz de competirle los comicios al PiS, y además ha estado en el punto de mira en los últimos meses por una ley aprobada precisamente por el Gobierno (conocida incluso como la ley Tusk) que buscaba perseguir a quienes tuvieran "algún vínculo con Rusia" durante los últimos años. En el caso del dirigente conservador la clave estaba en su papel en Bruselas precisamente durante la anexión ilegal de Crimea por parte de Moscú en el año 2014.

Así como el PiS es un partido abiertamente de derecha radical, Plataforma Cívica tiene más matices. Inicialmente posicionado como un partido democristiano con fuertes tendencias económicamente liberales, pronto adoptó el conservadurismo liberal a lo largo de la década de 2000, aunque durante su tiempo en el poder se alinearon con puntos de vista más pragmáticos y centristas, y se caracterizaron por ser un partido comodín.

En la década de 2010, la Plataforma Cívica adoptó políticas socialmente más liberales, acercándose ya al liberalismo conservador, y desde entonces se ha posicionado en el centro e inclinándose hacia el centro-derecha. En 2023, los líderes del partido avivaron los sentimientos patrióticos, antiinmigración y anticomunistas de cara a estas elecciones. También aboga firmemente por la pertenencia de Polonia a la Unión Europea y a la OTAN. Pese a haberse movido más a la derecha en los últimos meses precisamente para arrancarle votos a Ley y Justicia es la "esperanza europeísta" en este paso por las urnas.

¿Quién es, con todo, Donald Tusk? Por lo pronto, una persona con una carrera política muy dilatada. En 1991, Tusk fundó (con Jan Krzysztof Bielecki) el Congreso Liberal Democrático, y no fue hasta 10 años después cuando se convirtió en uno de los fundadores del partido que le ha llevado al poder, Plataforma Cívica. De hecho, antes de ser primer ministro por primera vez trató de convertirse en presidente del país, pero perdió las elecciones en el año 2005. No obstante, sí logró en 2007 alzarse al cargo de primer ministro, en el que estuvo hasta 2014.

Una figura clave en la historia reciente de la UE

Después del verano de ese año tuvo que dimitir al resultar elegido presidente del Consejo Europeo para la legislatura 2014-2019, la que está considerada como la primera pos crisis económica del 2008; pero en ese cargo tuvo que lidiar precisamente con la recuperación y con asuntos como la anexión rusa de Crimea. Firme anticomunista, recordó aquellos años jóvenes además cuando la UE recibió, en 2017, el Premio Princesa de Asturias de la Concordia. "Me siento muy orgulloso de que el mismo galardón –el de las Letras– sea recibido también hoy por un polaco, un gran poeta, Adam Zagajewski", comenzó diciendo. 

"Ambos participamos en el movimiento de masas Solidaridad, junto con millones de nuestros compatriotas. Nos golpearon, nos arrojaron a la cárcel y nos forzaron a ir al exilio. Pero nunca renunciamos a unos simples principios: que la violencia no resuelve nada", añadió Tusk, dejando claro entonces -de nuevo- su vocación europeísta. "Durante todos esos años, ambos soñamos con una Europa unida, donde prevalezcan la concordia y la verdad", concluyó.

Nos golpearon, nos arrojaron a la cárcel y nos forzaron a ir al exilio. Pero nunca renunciamos a unos simples principios: que la violencia no resuelve nada

Tusk quiso lanzarse de nuevo a la carrera por el poder en Polonia precisamente para devolver a Polonia al europeísmo y al centro político, pues además ha sido presidente del Partido Popular Europeo entre 2019 y 2022, cuando fue sustituido por Manfred Weber. De llegar a formar un nuevo Gobierno, tendrá mucho trabajo en clave nacional, pero también en la esfera de la UE. Plataforma Cívica tendrá que consolidar el 'aprobado' de los sectores tradicionales de voto al PiS, como son los agricultores y ganaderos, especialmente afectados por la crisis del grano en Ucrania.

El voto joven y de las mujeres han servido como impulso al centro derecha, pero más allá de eso Tusk deberá tener un ojo puesto en la Polonia rural, además de coser las brechas no solo de género sino también las relativas al colectivo LGTBI. Las políticas del PiS en este sentido le valieron incluso multas por parte de la Comisión Europea. Pasa algo parecido con la transición ecológica: Varsovia está pagando ahora mismo una sanción diaria por no acceder al cierre de minas. Y es que en la relación con Bruselas Tusk tiene muchos deberes, y casi todos importantes. El que más, quizás, es el relativo al Estado de Derecho: la "falta de independencia judicial" mantiene a Polonia los fondos de recuperación bloqueados.

Donald Tusk cambiará, por otro lado, las alianzas previstas hasta ahora por Morawiecki. El PiS iba camino de convertirse en la 'pareja de hecho' ideológica de la Italia de Giorgia Meloni, con una línea ambos euroescéptica y la vez atlantista, que aseguraba el apoyo a Ucrania. Tusk seguirá al lado de Kiev, pero en clave comunitaria mirará hacia Francia, Alemania, España o Portugal como aliados, en un bloque centrista que además puede ser decisivo para el reparto de cargos después de las elecciones europeas de 2024. Cambian las cosas para Polonia y pueden hacerlo también para la Unión.

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