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Aparece 'la Cenicienta' que 'perdió' su zapato en la fiesta de cumpleaños de Christian de Dinamarca

Christian, en el medio de la familia real danesa el día de su cumpleaños.
EFE

No hay cuento sin final feliz, y el cumpleaños de Christian de Dinamarca, que fue toda una historia de sueños el pasado 15 de octubre, lo ha tenido.

Christian, hijo de Federico y Mary de Dinamarca, segundo en la sucesión a la corona danesa, celebró su mayoría de edad el domingo pasado con una serie de eventos, como una gran cena de gala.

Una joven invitada a la velada que tuvo lugar en el palacio de Christiansborg, presidida por la abuela del homenajeado, la reina Margarita de Dinamarca, 'perdió' su zapato dorado cuando abandonaba la fiesta. Incluso la casa real danesa ha intervenido para poner nombre a la dueña de este simbólico objeto, cuya similitud es tan próxima al cuento de La Cenicienta, que solo ha faltado la calabaza.

La reseñable historia se desarrolló de este divertido modo: los jóvenes invitados al festejo abandonaron el palacio de Christiansborg tras la cena de gala, cuando un zapato dorado y brillante apareció sin dueña y sin el otro par cerca.

La casa real danesa publicó en su cuenta de Instagram una foto del accesorio con un interrogante: "¿Es Cenicienta la que olvidó su zapato anoche?". El post añadía que su propietaria podía contactar con ellos para recuperarlo.

Y ahí empezó la búsqueda, hasta que la dueña ha aparecido y ha desvelado que la pérdida no fue casual. 

Gracias también a la intervención del canal de televisión danés TV2, que se puso a investigar a partir de las imágenes de la fiesta, la protagonista del cuento pudo ser finalmente localizada.

La invitada con el zapato que luego perdería en palacio, Anne-Sophie Tornso.
TV2

Se trata de Anne-Sofie Tørnsø Olesen, natural del municipio de Egedal, al norte del país y no de la realeza. La sorpresa llegaba cuando Anne-Sofie confesaba que no lo había olvidado ni perdido, sino que lo había dejado allí a propósito. ¿Por qué, fue entonces la pregunta generalizada?

"Todo el concepto del cumpleaños del príncipe ha sido una especie de cuento de La Cenicienta, así que me pregunté si debíamos hacerlo realmente de cuento", admitió en declaraciones a TV2. La joven quería asegurarse de que no estaba cruzando ningún límite al dejar el zapato, pero también decidió que era una oportunidad única para hacer realidad el cuento clásico. "Esto es algo que solo va a pasar una vez en mi vida, así que mejor hacerlo", confiesa que pensó en ese momento.

Cuando terminó la velada y Anne-Sofie tuvo que bajar las mismas escaleras, decidió dejar atrás el zapato dorado. Sin embargo, resultó ser una misión más difícil de lo esperado, porque cuando intentó dejarlo caer discretamente, alguien se apresuró inmediatamente a devolvérselo.

Federico, padre de Christian, besa a su hijo tras su discurso en público.
EFE

"Pensé que simplemente no podía ser y que tenía que conseguirlo, así que cuando mi amiga y yo salimos de Christiansborg por las escaleras, lo dejé caer rápidamente y me apresuré a marcharme para que nadie pudiera detenerme", dice

"Fue una noche increíble, difícil de describir porque fue fabulosa. Esperaba que fuera una gran experiencia, pero de alguna manera se multiplicó por veinte. Es una experiencia que me gustaría que todo el mundo pudiera vivir", explicó dejando clara su buena intención.

Hay que recordar que a los festejos no solo estaban invitadas muchas casas coronadas europeas con sus herederas al frente, sino también 200 jóvenes de 18 años nacidos en el país, elegidos por sorteo y por un comité experto. Seguramente, el príncipe Christian, que disfrutó de una noche de encuentros, saludos, aplausos, baile y su primer discurso público, se preguntará si su fiesta no ha sido, efectivamente, una alegre ilusión para mucha gente.

Christian saluda a sus conciudadanos desde el balcón del palacio real.
EFE

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