Seis consejos para apoyar (y saber qué no decir) a una persona que tiene cáncer

Paciente oncológica en una clínica estética.
Paciente oncológica 
Freepick
Paciente oncológica en una clínica estética.

En el día mundial contra el cáncer de mama es importante también abordar la enfermedad desde una perspectiva psicológica, porque el apoyo a las personas que reciben este tipo de diagnósticos es fundamental; pero no sirve cualquier apoyo, debemos gestionar nuestra comunicación de una forma adecuada si realmente queremos ayudarlas y ser útiles para ellas.

Aunque siempre haya detrás una buena intención, podemos adoptar una actitud o decir cosas que no son pertinentes en estas situaciones, a veces por nerviosismo o por desconocimiento nos excedemos en nuestra capacidad de ayudar y podemos provocar el efecto contrario.

La primera reacción tras la noticia es la más complicada. Podemos mostrar nuestra afectación por supuesto pero sin exagerar, controlada. No ayuda que estemos peor que realmente la persona enferma, podemos acompañar la noticia de un sincero 'lo siento mucho, aquí estoy para lo que necesites, en serio, para todo lo que necesites'. Mostrar interés real y estar disponible es lo que más se necesita en esos momentos.

Cada persona es un mundo pero, por lo general, las personas que atraviesan por una enfermedad prefieren la normalidad. No cambies la rutina que llevabas con ella a no ser que ella te lo pida. Si le mandabas memes porque os encantaba, continua con esa costumbre; si la llamabas los domingos para ver qué tal el finde, sigue haciéndolo; si cenabais juntas una vez al mes, propónselo como siempre y que sea ella quien decida si puede/quiere apuntarse al plan.

Intenta que el cáncer no sea el monotema. La enfermedad no representa a esa persona, no puede poseer o ensombrecer la identidad de alguien. No dejes que se apodere de vuestra relación, permite que la persona con cáncer sea quien tome la iniciativa y maneje el flujo de la conversación sobre el tema.

Trata de escuchar más que hablar. Intenta no juzgar, ni criticar, ni opinar demasiado. Solo escucha activa, atenta, intentando comprender y empatizar sin más. Sostén tu propio equilibrio emocional y no te contagies porque la persona enferma puede sentir ira, culpa, tristeza, alegría, miedo, en un mismo día, es normal, simplemente acompaña y entiende esa alteración emocional. Sigue ahí. Todo se irá ajustando y recolocando tras el proceso de aceptación de la enfermedad.

Desecha los reproches producto de propio miedo o enfado contra la enfermedad. Esto, aunque parezca increíble, es bastante común y es muy dañino porque estigmatiza a la persona enferma, con comentarios por ejemplo como: "Te lo dije, no deberías de fumar tanto", o "tendrías que haber comido más sano y practicar ejercicio", o "tanto estrés en el trabajo ha acabado en esto". Esta actitud puede ser demoledora para la persona que ha recibido un diagnóstico de cáncer, solo genera más dolor, culpa y desesperanza; no proyectes tu ira y sensación de injusticia contra la víctima precisamente.

Y por último, pero igual de importante, no se puede generar un positivismo tóxico con frases como: "Si luchas y eres positiva lo vas a superar", o "confía en Dios para salir de esta porque eres muy buena persona", o "tranquilízate y no tengas miedo que todo va a salir bien, eres fuerte"...

A veces es mejor el silencio acompañado de un sentido abrazo o simplemente estar, que caer en mensajes esperanzadores que añaden más peso a su espalda u obviedades que no aportan nada.

Psicóloga y divulgadora

Soy madre, psicóloga y experta en salud mental perinatal. Me confieso una apasionada de la comunicación no verbal y la escritura terapéutica. Publiqué un libro: 'Se hizo el silencio' (Ediciones Alfar). En instagram soy alicia.natalmente.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento