Un matrimonio corto, dos hijos y años de desencuentros: la historia de amor entre Britney Spears y Kevin Federline

Kevin Federline y Britney Spears, durante su relación.
Kevin Federline y Britney Spears, durante su relación.
J. Sciulli / WireImage / Getty
Kevin Federline y Britney Spears, durante su relación.

El lanzamiento esta semana de The Woman in Me, traducido en España como La mujer que soy, el libro de memorias de Britney Spears, ha traído consigo que muchas de sus exparejas se hayan mostrado algo intranquilos por lo que la Princesa del Pop pueda contar sobre su tiempo juntos. Justin Timberlake, después de todo lo que ha salido a la luz, de hecho, se ha tenido que "refugiar en su familia".

Porque los fans de la autora de éxitos como Toxic o ...Baby One More Time, de la que se acaban de cumplir 25 años, están reaccionando con vehemencia ante la mayoría de hombres que aparecen en la autobiografía de la artista, sobre todo porque entienden que se han aprovechado de ella, algunos en sus momentos más bajos.

Aunque Britney ha explicado que la intención con el libro no era ajustar cuentas con ninguno de ellos, lo cierto es que esa reacción virulenta ha tenido varios nombres propios, entre los que destaca el de su segundo marido, Kevin Federline, también padre de sus hijos. Repasamos pues esta historia de amor que, sin embargo, ha sido noticia más veces por las batallas posteriores que porque fuese la mejor avenida de las relaciones.

Noviazgo y boda

Ocurrió todo de una forma rapidísima. Era 2004. En aquel enero, el día 3, Britney se casaba en Las Vegas con su amigo de la infancia, Jason Allen Alexander. Apenas 55 horas más tarde ya se habían divorciado. Pero no sería su única boda aquel año, porque a comienzos verano, en un local de Hollywood llamado Joseph's, la cantante conoció a Kevin Federline.

"Nuestras miradas se encontraron y eso fue todo. Congeniamos de inmediato. Y aprendí rápido el huracán mediático", explicó Federline cuatro años más tarde a People. Pero ello no impidió que el 16 de septiembre de 2004, solo tres meses después de conocerse, Spears y Federline se casaran en una ceremonia privada en su casa en Studio City, en California.

Ella tenía 22 años y él 26. En teoría, la boda iba a ser al mes siguiente, pero al ver a los casi 30 invitados a la fiesta, decidieron que era el momento. La mayoría se enteró de que era una boda una vez estaban ya en la casa. Eso sí, la licencia matrimonial no llegó a tiempo, así que legalmente se casaron dos días después.

Los hijos

Justo después de la boda, Spears habló con la revista Peopley confesó: "Puedo verme ya como madre. El año que viene, a los 23, ahí estaré". Y así ocurrió. A punto de cumplirse un año de su boda, el 14 de septiembre de 2005, Spears y Federline dieron la bienvenida a su primogénito, Sean Preston, en el UCLA Medical Center de Santa Mónica, también en el estado californiano.

Y, para rizar el rizo, casi un año después del nacimiento de su primer hijo, el 12 de septiembre de 2006, llegaba el segundo, Jayden James. Lo hizo en el conocido Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles.

Y la familia estaba al completo, teniendo en cuenta que Kevin Federline ya tenía dos hijos de una relación anterior: la actriz Shar Jackson, madre de Kori Madison, nacida el último día de julio de 2002, y Kaleb Michael, que vino al mundo el 20 de julio de 2004.

El divorcio

Si las fechas no cuadran es por algo: Kevin Federline había roto la relación con Shar Jackson cuando esta aún estaba embarazada de su segundo bebé. Lo hizo para empezar a salir con Britney Spears. Pero con ella las cosas sucedieron al revés, pues prácticamente nada más dar a luz, la artista le solicitó el divorcio al bailarín.

Era el 7 de noviembre de 2006, apenas ocho semanas después de que naciese Jayden James, y Spears citaba "diferencias irreconciliables". Curiosamente, unos días antes, Federline había hablado de problemas en el matrimonio que superarían porque tenían "superpoderes".

Él, además, acababa de sacar su primer y único álbum de rap, Playing with Fire, recibiendo unas críticas que incidían mayormente en su pésima calidad: fue un auténtico fracaso y apenas si vendió, a nivel mundial, unas 16.000 copias.

Y en mitad de este contexto, Britney había entrado por primera vez en rehabilitación. En marzo de 2007, ambos llegaron a un primer acuerdo de divorcio, que provisionalmente continuaba la idea de la custodia legal y física conjunta de sus hijos. Federline, eso sí, se resistiría a firmar el definitivo divorcio hasta julio de aquel año.

La custodia y la tutela

La razón, según piensan los fans de la artista y una idea en la que han incidido algunos de los documentales que se han hecho sobre la figura de Spears, es que Federline estaba intentando aprovecharse de la depresión en la que entró la cantante, que en aquel momento enfrentó sus famosos problemas de salud mental y hasta dos hospitalizaciones involuntarias, lo que derivaría en la conocida tutela, ordenada por un  tribunal, que llevaría a cabo su padre, James Spears.

Finalmente, además, lo consiguió. Incluso aunque más tarde Federline asegurase que Britney era una "madre increíble" (diciembre de 2008) y que quería que sus hijos se criaran junto a ella también, los hechos no corroboran esa política. Porque coincide con la época en la que Britney se afeita la cabeza y arremete contra los paparazzi, momento en el que un tribunal le da la custodia temporal completa a Kevin.

La temporalidad se acabaría después de que Britney se encerrase en una habitación con su hijo menor, Jayden, y que acudiera la policía, asegurando uno de los agentes que habían notado "a la Sra. Spears bajo la influencia de una sustancia desconocida". Tras ello, el tribunal de Los Ángeles otorgó la custodia total a Federline y suspendió los derechos de visita de Spears, que regresarían, muy restringidos, en julio.

Fin de la tutela y la actualidad

La relación entre ambos se enfrió tanto que, pesar de que en 2015 Federline, reconvertido en DJ, afirmó que "los momentos buenos" superaban "los malos recuerdos" de su relación, no hubo cambio alguno con respecto a la custodia. De hecho, volvió a reclamar más aún en 2018, y Britney, que llevaba una década bajo la tutela paterna, cedió.

Ya nunca volverían a ser iguales y, de hecho, hay quien piensa que en ese tiempo Federline ha conseguido poner a ambos hijos en contra de su madre, razón por la que acabarían diciendo públicamente que no querían estar con ella —alegando que les daba vergüenza que se hiciese tantas fotos desnuda— y motivo por el que llevan mucho tiempo sin verla en la actualidad.

De hecho, tanto Spears como su entonces marido, Sam Asghari, le afearon sus palabras a Federline, quien defendía que era elección de los adolescentes, a pesar de que en 2019, poco después de que resurgiese el movimiento #FreeBritney, ella había conseguido gracias a su nuevo abogado un 10% de la custodia.

Sin embargo, Britney no puede hacer uso de él, dado que Kevin Federline se mudó con ellos y su nueva familia a Hawái. Federline, además, ha defendido el papel de James Spears durante la tutela y quería escribir con él un libro sobre cómo ejercer una buena paternidad. La salida a la luz del libro de la cantante, sin embargo, no deja en buen lugar a ninguno de los dos.

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