La aprobación de los presupuestos municipales supone una prueba de fuego para aquellos ayuntamientos capitaneados por gobiernos en minoría, una situación en la que Vox vislumbra una oportunidad para ampliar su poder territorial. El partido de Santiago Abascal ve "posible" aprovechar su voto decisivo en algunas ciudades lideradas por el PP para exigir su entrada en nuevas corporaciones municipales a cambio de una mayor estabilidad, algo que ya ha ocurrido en Valencia y no descartan que pueda repetirse en otros rincones de España. Las cuentas locales son una oportunidad para ensanchar la colaboración entre Vox y PP, pero también plantea un reto para las alianzas ya formalizadas en lugares como Baleares, donde la aprobación del techo de gasto ha suscitado roces entre ambas formaciones.

Los presupuestos reflejan la hoja de ruta de los gobiernos y su negociación está en marcha actualmente en muchos puntos de España. Vox pretende aprovechar la coyuntura para orientar la acción de gobierno hacia sus postulados allí donde su apoyo a las cuentas públicas y especialmente allí donde el PP gobierna en solitario, pero, en caso de formar coalición con los de Abascal, apuntalarían una mayoría absoluta que sería sinónimo de estabilidad. Fuentes del partido reconocen que la negociación presupuestaria es un buen momento para exigir la entrada en nuevos gobiernos locales y así poder condicionar la política municipal desde dentro.

El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, confirmó este lunes que es "posible" que estas negociaciones locales permitan la entrada de su formación "en muchos ayuntamientos de España". "Ahora es un momento en el que se van a negociar las cuentas y nosotros decimos lo que decíamos el primer día: mano tendida para cambiar las cosas de verdad, para poner los principios por delante de puestos en Consejos de gobierno", afirmaba el diputado catalán, remarcando que el objetivo de cualquier pacto con el PP es garantizar la estabilidad y gobernar al servicio de la ciudadanía. "Estamos hablando con el PP en muchos rincones de España para conformar esas alternativas", añadía Garriga.

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La entrada de Vox en un Gobierno local a cambio del apoyo a los presupuestos y el blindaje de la estabilidad municipal es algo que ya ha ocurrido en Valencia, donde los de Abascal alcanzaron el jueves pasado un acuerdo con el PP por el que pasarán a ostentar responsabilidades de gobierno. La alcaldesa popular María José Catalá se mantendrá al frente de la corporación municipal, que se convertirá en un Ejecutivo de coalición respaldado por 17 de los 33 concejales que conforman el Pleno, frente a los 13 que tenía el PP en solitario. La suma de los cuatro asientos de Vox permite a ambas formaciones alcanzar la mayoría absoluta, lo que facilita la aprobación de cualquier iniciativa del Gobierno local y, sobre todo, de los presupuestos municipales.

Fuentes de Vox apuntan a que el partido está dispuesto a seguir la misma estrategia empleada en Valencia en otros rincones de España. El acuerdo alcanzado en la capital del Turia podría reeditarse en ciudades como Zaragoza, Huesca o Sevilla, donde el PP gobierna en minoría, pero podría sumar mayoría absoluta en caso de pactar con Vox. De hecho, el consejero de Fomento y Vivienda aragonés, Octavio López (PP), afirmó este fin de semana en una entrevista en Heraldo que "no sería malo" que los de Abascal entren en gobiernos municipales de la comunidad. Desde Génova evitan valorar la estrategia de Vox e insisten en que respetan las decisiones que se tomen en cada territorio.

Paralización de presupuestos

La negociación de presupuestos supone una oportunidad de ampliar su poder territorial para los de Abascal. Sin embargo, al mismo tiempo, la tercera fuerza política tiene ante sí el reto de hacer valer sus alianzas con el PP allí donde ya existen pactos y demostrar que ambas formaciones caminan en la misma dirección, algo que, por ejemplo, se está resistiendo en Baleares. 

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Los populares gobiernan en el archipiélago mediterráneo en solitario gracias a un acuerdo programático firmado con Vox, que se abstuvo para facilitar la investidura de Marga Prohens como presidenta autonómica. La relación entre ambos partidos se ha tensado en los últimos días después de que el PP no apoyara una proposición no de ley de Vox sobre la libre elección de lengua en todos los cursos durante la etapa escolar y, en respuesta, los de Abascal rechazaran el techo de gasto de los presupuestos autonómicos, paralizando así su tramitación.

Desde la dirección general de Vox niegan que exista una "crisis" en su relación con el PP en Baleares y enmarcan las "discrepancias" dentro de la lógica natural de entendimiento entre dos fuerzas políticas diferentes. Fuentes del partido de Abascal insisten en que, tanto en el archipiélago como en el resto de comunidades y ayuntamientos donde existen pactos entre PP y Vox, la prioridad para la tercera fuerza política es cumplir con lo acordado.