Se acerca el invierno, y las primeras temperaturas frías del año ya han llegado, por lo que es el momento del año en el que los hogares buscan qué hacer con sus sistemas de calefacción este invierno. Son muchas las personas que se plantean, especialmente en el contexto actual de crisis económica, qué fórmula escoger o cómo hacer más eficiente su sistema de calefacción para calentarse en invierno con el menor gasto posible.
Hay diferentes fórmulas para ello más allá de las calefacciones tradicionales, hay diferentes sistemas de calefacción para el invierno, pero ¿cuál es más barato y eficiente? Desde la OCU analizan los diferentes sistemas para calentar una vivienda de 90 m2 en una zona fría y ofrecen sus conclusiones:
La bomba de calor y la estufa de pellets, los más baratos
Según los datos recopilados por la OCU en 2022, la bomba de calor y la estufa de pellets son las opciones más baratas para calentar el hogar en invierno.
Las estufas de pellets o biomasa suponen una opción sostenible que distribuye calor y proporciona agua caliente. Según la OCU, es una opción recomendable en segundas viviendas o inmuebles con espacio para almacenar los pellets de los que se alimenta. Es una fórmula económica (requiere alrededor de 545 euros al año) y sostenible, si bien requiere un conducto de evacuación al exterior y un mantenimiento frecuente para retirar las cenizas y limpiar la cámara de combustión.
Por otra parte, las bombas de calor, que intercambian energía con el exterior para calentar o refrigerar la vivienda, y que pueden ser tanto splits de aire como sistemas de aerotermia aire-agua, ofrecen una alta eficiencia energética, son los más económicos (455 euros al año), ofrecen tanto calor en invierno como fresco en verano y están considerados como fuente de energía renovable. Sin embargo, hay que tener en cuenta que normalmente requieren unidades exteriores, algo que no siempre es posible, y la inversión inicial que precisan (8.000 euros para 16 kW) es muy elevada.
Los radiadores eléctricos, los más caros
En el otro extremo están los sistemas eléctricos: radiadores y acumuladores eléctricos que funcionan generando calor a través de unas resistencias. Requieren una baja inversión y son fáciles de instalar, ocupan poco espacio y son adecuados en viviendas donde su uso sea muy reducido.
Sin embargo, son muy poco eficientes, tienen menos inercia térmica que otros sistemas y son especialmente caros, los que más de la lista, según el estudio de OCU: los radiadores eléctricos convencionales pueden llegar a gastar unos 1.255 euros al año, mientras que los acumuladores gastan unos 1.046 euros al año.
Un 30% de los hogares tienen calderas de gas
La caldera de gas sigue siendo, a día de hoy, el sistema más empleado en los hogares españoles: un 35% de ellos se calientan en invierno a través de ellas. Muchas de ellas (un 60%) no son de condensación, por lo que son muy poco eficientes y recomendables de sustituir.
Las calderas de gas de condensación son sistemas muy eficientes (hasta un 110% de rendimiento, muy superior al de las calderas antiguas), calientan y distribuyen el calor correctamente, y tras la bomba de calor y las estufas de pellets son el sistema más barato (683 euros al año) y el más adecuado para distribuir bien el calor en vivendas especialmente frías. Sin embargo, juega en su contra el hecho de que necesitan acceso a la red de gas, su instalación requiere una inversión elevada (unos 4.000 euros de media) y no es una energía renovable.
Por otra parte, a pesar de que siguen estando muy extendidas, son eficientes y no necesitan estar conectados al suministro de electricidad o gas, las calderas de gasóleo son sistemas caros (unos 816 euros al año), contaminantes y destinados a desaparecer en favor de sistemas más eficientes y respetuosos con el medioambiente.
Los sistemas eléctricos, una opción alternativa
Al margen del resto de sistemas e instalaciones energéticas se encuentran una serie de sistemas eléctricos convencionales, como radiadores, estufas o calefactores que a pesar de su elevado rendimiento (del 100%) no distribuyen el calor por igual y su eficiencia dependerá del aparato y el uso que se le de:
- Calefactores: estos pequeños aparatos son baratos, fáciles de trasladar y útiles para calentar espacios reducidos, si bien son ruidosos, consumen mucha electricidad y no distribuyen bien el calor fuera de espacios reducidos. Consumen 0,4 euros por hora.
- Convectores: son menos ruidosos que los anteriores, por lo general son de mayor tamaño y no son adecuados para todos los entornos. Consumen 0,4 euros por hora.
- Estufas halógenas: emiten calor rápido y lo enfocan hacia donde estén orientados, si bien no son muy eficientes en espacios grandes. Consumen 0,2 euros por hora.
- Radiadores de aceite: son los más parecidos a los radiadores de agua convencionales que forman parte de muchos hogares. Emiten calor a través de resistencias eléctricas que calientan el aceite de su interior. Son silenciosos, eficientes en la distribución de calor y en la duración del mismo, pero son lentos en calentar y normalmente pesados y difíciles de mover. Consumen 0,5 euros por hora.
- Estufas de butano o propano: aunque no consumen electricidad y son muy potentes, son muy contaminantes y deben usarse en instancias ventiladas frecuentemente. Consumen 0,4 euros por hora.
- Estufa de parafina: similares a las estufas de gas, son potentes pero muy contaminantes, y al igual que las anteriores, deben usarse en estancias ventiladas. Además, consumen alrededor de un euro por hora.
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