El 'dardo envenenado' de Mario Vargas Llosa a Isabel Preysler en la dedicatoria de su última novela

Este jueves 26 de octubre, Mario Vargas Llosa ha dado carpetazo definitivo a Isabel Preysler. Diez meses después de que la revista Lecturas confirmase públicamente su ruptura, el escritor peruano ha publicado su última novela, Le dedico mi silencio, en cuya dedicatoria tan solo figura un nombre: Patricia. 

Y es que, a pesar de que Vargas Llosa ha tenido varias compañeras de vida a lo largo de los años, lo cierto es que tan solo una ha destacado por encima de las demás. Patricia Llosa, con la que el Nobel de Literatura ha tenido tres hijos y celebró las bodas de oro, fue la mujer a la que dejó después de enamorarse de la madre de Tamara Falcó y, también, la misma con la que se reencontró cuando, tras ocho años de relación, su historia de amor llegó a su fin.

Parece que era inevitable que, tarde o temprano, el escritor de 87 años regresara con "la mujer de su vida", tal y como señalan sus propios hijos. De hecho, fue la propia prima de Vargas Llosa, quien advirtió a la socialité a través de una carta de que esto, eventualmente, sucedería. "Esto es muy propio de él. Ya lo ha hecho más veces. Pero, al final, siempre regresa".

Y dicho y hecho. Este jueves, el escritor ha sacado a la luz Le dedico mi silencio, un homenaje al vals y la música popular de su país natal, Perú. Una novela que, en principio, será la última, según él mismo ha confesado a La Vanguardia, consciente de que el proceso creativo le llevará demasiado tiempo. "He llegado a mis 87 años muy tranquilo y trabajando hasta el hartazgo. Me parece que voy a cumplir aquello de quedarme con un lapicero en la mano", ha asegurado. 

Es por ello por lo que dedicar esta novela tan especial únicamente a Patricia ha sido interpretada por algunos como una auténtica declaración de intenciones, un guiño que podría mostrar su deseo de retomar su amor o, al menos, una especie de disculpas, que, por otra parte, parecen innecesarias, pues, desde que rompiera con Preysler, le ha acompañado en viajes, presentaciones y estancias hospitalarias.

Mientras tanto, parece que Isabel Preysler ha recibido el dardo final por parte del escritor, puesto que, no hay mención alguna para ella en esta novela que escribió cuando aún convivían juntos.