Angustia y dolor de los familiares de rehenes de Hamás: "Pónganse en nuestro lugar, ¿cómo se sentirían si le pasara esto a sus familias?"

  • Ruegan al Gobierno español "no callar y tomar partido" porque el tiempo se acaba y "se comenten atrocidades".
  • "No hemos vivido nada igual desde el Holocausto", dice Merav. Su sobrino, de 9 años, está desaparecido.
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La lluvia y el viento de un recién nacido otoño madrileño tumba carteles con rostros sonrientes. Bebés, abuelos, madres, tíos... decenas de fotos de personas se agolpan en fondos negros bajo una sola premisa: "Hamás = ISIS".
La lluvia y el viento de un recién nacido otoño madrileño tumba carteles con rostros sonrientes. Bebés, abuelos, madres, tíos... decenas de fotos de personas se agolpan en fondos negros bajo una sola premisa: "Hamás = ISIS".
La lluvia y el viento de un recién nacido otoño madrileño tumba carteles con rostros sonrientes. Bebés, abuelos, madres, tíos... decenas de fotos de personas se agolpan en fondos negros bajo una sola premisa: "Hamás = ISIS".
Maayan Sigal-Koren, con familiares secuestrados, muestra la imagen de una de las rehenes de Hamás.
José González - EFE

La lluvia y el viento de un recién nacido otoño madrileño tumba carteles con rostros sonrientes. Bebés, abuelos, madres, tíos... decenas de fotos de personas se agolpan en fondos negros bajo una sola premisa: "Hamás = ISIS". Diez israelíes se mantienen a las puertas de la sede de la comunidad judía en Madrid, en silencio, como el que han dejado sus familiares secuestrados por el grupo terrorista que provocó el terror el pasado 7 de octubre en un festival de música. Todas esas caras de las imágenes, con nombre, apellidos y familia, han desaparecido en el horror de la Franja de Gaza. Este jueves, cinco familiares de rehenes han contado su historia en un rueda de prensa convocada por la embajada de Israel en la capital. 

En la sala preparada para los medios, otras veces museo de historia de la comunidad en Madrid, los aires de templo de culto y las reliquias judías se mezclan con los micrófonos, las decenas de cámaras de televisión y el hashtag #BringThemHomeNow (traedlos a casa ya). "Pedimos que el Gobierno y la sociedad española se unan a nosotros para hacer todo lo posible para que miles de ciudadanos israelíes regresen a sus casas", dice como mensaje de bienvenida la embajadora. Es breve, lo importante son los testimonios. Que la gente sepa lo que pasa en Israel. 

"No hemos vivido nada igual desde el Holocausto", señala rotunda Merav Mor-Raviv. Su sobrino, que cumplió nueve años este pasado lunes, es uno de los 80 desaparecidos del kibutz Nahal Oz. También sus tíos de 78 años y una de sus hermanas, de 54. Concretamente, su tío Abraham ha dedicado toda su vida a la paz entre Israel y Palestina, ayudando a los menores de Gaza a pasar al país para tener atención médica. "Ruego ayuda para que vuelvan nuestras familias. Pido que se pongan en nuestro lugar. ¿Cómo se sentirían si le pasara esto a sus familias?". La desesperación y la tristeza se reflejan en unos ojos tristes a la par que indignados. 

"Recibimos una imagen de los terroristas agarrando a mi padre, dentro de Gaza. Fue horrible, no puedo dormir"

Porque más allá de las lágrimas, los familiares sienten rabia. "Sentí impotencia de ver cómo se llevaban a mi familia y no poder hacer nada", narra Naama Weinberg entre sollozos. Después de conocer que sus tíos fueron asesinados, centra sus esfuerzos en que el hijo de estos vuelva a casa. "Es un hombre de paz, de personas y de concordia", asevera sin controlar el llanto. "En cualquier sitio que esté seguirá dando luz con su brillo, por muy oscuro que este sea", agrega. 

Asesinatos en vivo en Facebook, vecinos fallecidos en los suelos de sus comunidades, bebés secuestrados, familias enteras muertas entre  las llamas de sus casas... lo vivido por estas personas es mucho. A la suma de la pérdida de sus seres queridos, de no saber dónde están, se añade que se han quedado sin sus hogares. "Ya no tengo dónde ir, nuestras casas están destruidas y el 10% de la población de mi kibutz ha sido asesinada", explica también al borde del llanto Yulie Ben-Ami, que pudo huir del kibutz Beerí junto a su pareja, Roberto Meyer. "Mis padres fueron secuestrados de su casa. Recibimos una imagen de dos terroristas agarrando a mi padre, con su pijama, en Gaza. Todo fue horrible, no puedo dormir por las noches", cuenta. 

"Conozco a Iván (Illaramendi), es un alma muy noble y está pagando un precio que no tiene por qué pagar, como muchos otros"

Meyer también ha relatado que conoció a Iván Illarramendi, el español secuestrado junto a su mujer. Trabajó con él en el kibutz Kissufim, del que fue raptado. "Me enteré hace unos días de su situación. Es una persona muy buena, me ha enseñado muchas cosas de la vida, muy sabia, nunca le ha hecho nada a nadie. Es un alma muy noble y está pagando un precio que no tiene por qué pagar, como muchos otros. Tuve el placer de conocer a su hermana y es un reflejo de él. Iván es un ejemplo de que a Hamás no le importan las personas", ha manifestado.

Secuestro criminal

No entran a las preguntas de los periodistas sobre si se sienten víctimas de segunda o sobre la inminente incursión terrestre del ejército de Netanyahu en la Franja. "Eso no es nuestro trabajo", afirman rotundos. Lo único que quieren es recuperar a sus allegados. "No hay en el mundo precedentes sobre el secuestro criminal de una masa tan grande de civiles, se trata de un verdadero y claro caso de crimen de guerra que va contra todas las leyes internacionales, éticas y diplomáticas. Pido que España y todo el mundo no calle y exijan la liberación de los rehenes", sentencia Maayan Sigal-Koren, con cinco de sus familiares desaparecidos y que tampoco puede controlar las lágrimas. "Solo quiero ayuda", apunta después de tener que parar, respirar y beber agua. 

"Lo primero es salvar a los rehenes, el tiempo es un elemento crítico y se está acabando"

En sus teléfonos el último resquicio de vida de sus seres queridos. Mensajes de pánico ante la llegada inminente de los terroristas, corazones de despedida... "Unos vecinos me mandaron una imagen de mi primo maniatado y lleno de heridas de bala en el suelo", apunta Merav, que también narra cómo una conocida que estaba en el fatídico festival de música se tuvo que esconder durante siete horas en un contenedor de basura para sobrevivir. "Desde entonces no habla ni sale de casa", agrega. 

Pese a lo vivido y lo que queda por vivir, los cinco israelíes han viajado hasta Madrid para hacer una petición clara. "El Gobierno de España ha expresado que no quiere que este terror continúe, les pedimos que no callen, que tomen partido, no se puede dejar el tiempo pasar porque se cometen atrocidades", apuntan. "El Ejecutivo español puede hablar con territorios afines a Hamás", añaden. También quieren que su propio país comience a negociar: "Lo primero es salvar a los rehenes, el tiempo es un elemento crítico y se está acabando". 

Miriam Cos
Redactora '20minutos'

Licenciada en Periodismo por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Informáticas. He desarrollado mi vida laboral a caballo entre la última hora digital y el periodismo local para distintos medios de prensa escrita. Entré a formar parte de la mesa digital de 20 Minutos en junio de 2023, desde donde elaboro reportajes y artículos de actualidad. Me gusta escribir sobre temas humanos y sucesos.

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