Estados Unidos sufrió este miércoles el tiroteo más letal en lo que va de año, uno de los peores de la historia reciente del país y el más mortal del estado de Maine. Al menos 18 personas murieron y 13 resultaron heridas en dos ataques masivos que tuvieron lugar en la ciudad de Lewiston. Los hechos ocurrieron en la bolera Sparetime Recreation y en el restaurante Schemengees Bar & Grille poco antes de las siete de la tarde (sobre la una de la madrugada en la España peninsular) y fueron perpetrados por la misma persona. El presunto autor fue identificado como Robert Card y se halla en paradero desconocido, según las fuerzas de seguridad.
Durante una rueda de prensa celebrada en la tarde de este jueves, en la que comparecieron agentes de la Policía y la gobernadora del estado, Janet Mills, el doctor John Alexander, director del Centro de Salud Central de Maine, confirmó que 15 personas llegaron al hospital tras los hechos. Ocho de ellas permanecen ingresadas en el centro, de las cuales cinco están estables y tres se encuentran en situación crítica. Del total de admitidos inicialmente, tres fallecieron, dos fueron transferidos a otros centros de salud y otros dos fueron enviados a sus casas.
El presunto autor de los hechos ha sido acusado de ocho asesinatos hasta ahora, debido a que la Policía todavía está intentando identificar a las diez víctimas mortales restantes. Según ha informado la prensa estadounidense, Card nació en abril de 1983 en la cercana localidad de Bowdoin y es un reservista de la armada de EEUU. Contaba con el certificado de instructor de manejo de armas fuego y también sufría problemas de salud mental. De hecho, este verano pasó dos semanas en un centro de salud mental tras presentar una "actitud errática" mientras se encontraba en la Academia Militar de West Point en Nueva York. En concreto, habría amenazado con llevar a cabo un tiroteo en la base de la Guardia Nacional en Saco, también en Maine. La prensa norteamericana añade que el sospechoso habría reportado "escuchar voces".
Tras los tiroteos se ordenó un gran despliegue policial, en el que participan agentes locales, estatales y federales. En el operativo de búsqueda del sospechoso, que se teme podría huir a Canadá, también están colaborando agentes del FBI, del Departamento de Seguridad Nacional e incluso equipos SWAT de las Fuerzas Especiales.
Según ha trascendido, los investigadores se encuentran analizando las señales de su móvil, así como sus redes sociales y otros registros electrónicos, con el fin de descubrir su paradero. El FBI también habría puesto a disposición profesionales expertos en el comportamiento humano para determinar los próximos movimientos del presunto autor de los hechos, según la prensa estadounidense.
La familia de Card le ha instado a rendirse y a entregarse. Su hermano Ryan ha enviado un comunicado a la cadena de televisión CNN en el que asegura que "han colaborado con las autoridades en todos los aspectos posibles".
Debido a que el sospechoso, calificado como "armado y peligroso", todavía no ha sido localizado por las autoridades, el Gobierno de Maine ha ordenado el confinamiento de los ciudadanos que residen en Lewiston, Lisbon y Bowdoin. Los negocios y colegios de las tres localidades han cerrado y en Portland, la principal ciudad del estado, también se han cancelado las clases.
Según los datos recopilados por The Gun Violence Archive, una organización que documenta la violencia armada en EEUU, este es el tiroteo masivo con mayor número de víctimas mortales de este año en el país, donde se han registrado 565 ataques armados en 2023, incluido este.
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