Cuentan los aspirantes a gobernar España desde la izquierda que en menos de un par de años la jornada laboral será de 37 horas y media. Cuentan, también, que eso no ha de ir en detrimento de la productividad, que no implicará una reducción en el salario de los trabajadores y que así nos equiparamos con otros países europeos. 

De entrada la música suena bien si nadie desafina, bloquea o entorpece la marcha de la historia. Reducir la jornada laboral es una de las viejas aspiraciones y reivindicaciones del movimiento obrero. 

Ya en las postrimerías del siglo XIX el yerno de Karl Marx, Paul Lafargue, agitó la sociedad de su tiempo al escribir un libro titulado ‘El derecho a la pereza’. En él se hablaba de la felicidad que podría experimentar el ser humano si era capaz de librarse de la esclavitud del trabajo asalariado. Lafargue incluso llegó a plantear la posibilidad de reducir el horario laboral a tan solo tres horas diarias. 

¿Bajarán los salarios con la reducción de jornada laboral acordada por el PSOE y Sumar?

Sostenía el pensador franco-cubano que el tiempo liberado permitiría al trabajador disfrutar del ocio, cultivar las artes y las ciencias. Aquel texto político-literario considerado inicialmente como utópico, parece cobrar actualidad siglo y medio después. 

La reducción de los horarios laborales transforma el tiempo cautivo en tiempo creativo. A Paul Lafargue le preocupaba que la introducción de las máquinas en el sistema de producción generara paro. 

Espero que a nuestros mandatarios, la reducción horaria les haga reflexionar sobre la inteligencia artificial.