Entrevista

Olivia Mandle, la activista medioambiental de 16 años: "Las generaciones anteriores nos han dejado un planeta destruido"

La joven activista catalana, Olivia Mandle, con el dispositivo que ha creado para limpiar el mar, la Jeally Cleaner.
La joven activista, Olivia Mandle, con el utensilio que ha creado para limpiar el mar, la Jeally Cleaner.
MIQUEL TAVERNA
La joven activista catalana, Olivia Mandle, con el dispositivo que ha creado para limpiar el mar, la Jeally Cleaner.

Con tan solo 16 años, Olivia Mandle (Barcelona, 2007) ya tiene claro su futuro: intentar salvar el planeta. La joven catalana es activista y desde hace tiempo lucha por el medio ambiente y los derechos de los animales, en especial, los derechos de los delfines. 

Arropada por su familia y amigos, Mandle -también conocida como la Greta Thunberg española-, intenta concienciar sobre los microplásticos en el mar y el maltrato animal, compaginándolo con sus estudios de Bachillerato. 

Galardonada con el Premio Internacional 'Mini Heroína' a su trayectoria por el Instituto Jane Goodall Global, Olivia es también embajadora del Pacto Europeo por el Clima de la Comisión Europea y de la expedición La España Azul.

Ahora, tras presentar ante el Congreso de los Diputados su campaña 'No es país para delfines' con más de 155.000 firmas para pedir al Gobierno que se eliminen los delfinarios en España, presenta su libro Sí es cosa tuya a 20minutos.

Es activista desde los 12 años, ahora tiene 16. ¿Cómo empezó todo?Todo empezó cuando fui a una exposición sobre el impacto del cambio climático en Nueva York, me dejó muy impactada porque no era consciente del grave problema que tenían nuestros océanos con los plásticos. Cuando llegué a Barcelona empecé a reflexionar y vi que es uno de los grandes problemas. Además, yo veía que cada año en las playas había más y más y más, en las superficies, en las playas e incluso debajo del mar. Empecé a buscar información y me di cuenta de que uno de los problemas más graves eran los microplásticos.

A raíz de la problemática con los microplásticos creó la Jeally Cleaner... ¿Qué es? La Jelly Cleaner es un utensilio que limpia microplásticos de la superficie del mar. Lo cree, no como invento de ingeniería, porque yo no soy ingeniera, sino como algo muy fácil y sencillo para que todos pudiéramos hacerlo en casa. Siempre digo que aparte de su función de limpiar plásticos y microplásticos del mar, también es importante su capacidad de concienciar. Siempre que voy con la Jelly Cleaner mucha gente me para y me pregunta y yo, al explicarles su función y qué le está pasando a nuestros océanos, les estoy concienciando. Cuando se lo cuentan a sus familiares y amigos es cuando creamos una cadena de concienciación, que es como conseguiremos cambiar el mundo. 

Olivia Mandle con su creación, la Jeally Cleaner.
Olivia Mandle con su creación, la Jeally Cleaner.
MIQUEL TAVERNA

¿Cómo fue el proceso para la creación de la Jelly Cleaner?La verdad es que no me acuerdo, pero no salió a la primera. Cogí botellas de plástico que teníamos en casa que ya no usábamos y mis medias viejas de ballet para filtrar los microplásticos y conseguir que no se filtrasen, actuando como un colador super fino. No sabía si funcionaría, pero fui al mar y lo probé. Estuve como 20 minutos en el pádel surf, cuando volví a la playa y le di la vuelta a las medias encontré dos bolas redondas negras y pensé que debían ser algas, pero buscando en Internet me di cuenta de que eran microplásticos acumulados y pensé: ¿si yo solo he recogido todo esto en 20 minutos, en más tiempo cuánto puedo recoger?

¿Cómo se siente cuando ve a gente utilizándola? Me da muchísima esperanza porque veo que las futuras generaciones están creciendo concienciadas, a pesar de que todavía falta muchísima educación medioambiental.

Su activismo también se centra mucho en la defensa del bienestar de los delfines, ¿por qué este animal?Siempre han sido mi animal favorito, creo que son animales super inteligentes, muy sensibles y siempre he sentido mucha conexión. Al final el mar es mi medio, mi hogar, es mi segunda casa. Cuando tenía cinco años, el colegio me llevó a un espectáculo de delfines en el Zoo de Barcelona y claro, para una niña de cuatro o cinco añitos ver a su animal favorito en vivo y en directo era como “wow”, pero a la vez tenía un sentimiento contradictorio.

¿Por qué?Porque siempre los había visto en documentales, pelis, incluso en la vida real en libertad, en el mar... A la salida del espectáculo, volví a casa y les pregunté a mis padres si esos delfines también volvían luego a su casa. Me dijeron que no, que yo sí que volvía a casa, pero ellos se quedaban ahí para siempre. En ese momento me di cuenta de que eso no estaba bien y más tarde, en 2020, empecé una campaña pidiendo al Zoo de Barcelona que trasladase a los tres delfines que quedaban a un santuario marino.

¿Y cómo fue la campaña? En pocos meses, la campaña recibió más de 56.000 firmas y los delfines fueron trasladados, pero no a un santuario sino a otro zoo en Atenas. Al saberlo me puse triste porque no había conseguido lo que me propuse, era una derrota. Pero a la vez saqué fuerzas para seguir buscando información sobre el cautiverio, no solo aquí en Barcelona, sino en España. Y me di cuenta de que España es el país con mayor número de cetáceos en cautiverio en toda Europa y el sexto país a nivel mundial, después de lugares como Estados Unidos, Rusia o China. A partir de ahí dije esto se tiene que acabar y con mi actual campaña “No es país para delfines” pido al Gobierno del Estado español el cierre programado de delfinarios en España.

Recientemente presentó las más de 155.000 firmas en el Congreso de los Diputados... ¿Cómo fue ese día? ¿Qué ha pasado desde entonces?Cuando llegué a las 150.000 firmas, de hecho, ya hay más de 155.000, fui al Congreso de los Diputados en Madrid con un grupo de científicos que han firmado el manifiesto y me apoyan a entregar estas firmas. Fue un día super emocionante porque la campaña ya está registrada dentro del Congreso con más de 150.000 firmas, que es una barbaridad. Pero seguimos necesitando más porque cuantas más firmas, más presión ponemos a los políticos.

La activista catalana Olivia Mandle durante la entrevista con 20minutos.
La activista catalana Olivia Mandle durante la entrevista con 20minutos.
 MIQUEL TAVERNA

Afirma que España es el país europeo con más delfines en cautiverio, ¿cómo son las condiciones en las que viven? ¿En qué les afecta?Les afecta en muchísimas cosas, la verdad. Para empezar, no están en su medio natural y al estar encerrados no pueden desarrollar todos sus instintos, los pierden básicamente. Además, están estresados porque tienen una capacidad increíble que es la ecolocalización, que es que se pueden comunicar en larguísimas distancias con otros delfines y, los sonidos que emiten entre ellos al hablar rebotan a través de las paredes del tanque, creando un efecto de eco y volviéndoles locos. Caen en depresión, mueren a causa de esto, del estrés. Incluso se llegan a suicidar por las malas condiciones en las que están.

"Es como si estuvieras en una habitación sin ventanas, todo el día, cada día, durante toda tu vida"

Hace un par de meses se murió la orca Kiska, que vivía desde hace años en cautiverio en Canadá. Según los expertos, el animal tenía comportamientos dañinos hacia sí misma...Exacto, estos animales saben que no están en su medio natural. En este caso, ella fue capturada en el mar cuando era muy pequeña y al final es como si estuvieras en una habitación sin ventanas, todo el día, cada día, durante toda tu vida. De vez en cuando te tiran un cacahuete si haces una voltereta o una tontería. Ellas (las orcas) no pertenecen ahí, hacer todas esas cosas, entre la música y el ruido, les estresa muchísimo. Además, no pueden desarrollar bien sus músculos, se dañan de nadar todo el día en círculos, no es saludable para ellas porque están acostumbradas a nadar más de 100 kilómetros diarios en línea recta y en el mar.

La campaña ‘No es país para delfines’ entiendo que va sobre eso, pero ¿qué más quiere conseguir?Quiero que esta ley se consiga (la de prohibir los delfinarios) y quiero que España siente un precedente para los demás países de Europa y a nivel mundial para que el cautiverio se elimine, no solo de cetáceos, que también, sino de todos los animales. Estamos en el siglo XXI, no es normal que tengamos animales encarcelados solo para que nosotros nos podamos divertir. Hoy en día hay tantos animales en cautiverio y tan pocos santuarios, que mi sueño es ese, abrir un santuario marino en la Costa Brava. Pero ojalá en un futuro no haya santuarios marinos porque querrá decir que no hay cetáceos en cautiverio. 

Muchos le habrán dicho que le llaman la Greta Thunberg española, ¿qué le parece esta comparación?No me molesta porque al final Greta es un referente para mí, ella ha puesto voz al cambio climático, lo ha llevado a las calles, ha movilizado a miles de jóvenes alrededor de todo el mundo y es un referente. Nuestras luchas son diferentes, pero obviamente están conectadas, todo está conectado. Si no cuidamos el planeta y a nuestros animales no podremos sobrevivir. Vamos por caminos diferentes, pero sí que nuestra lucha es por un bien y para salvar nuestro planeta.

Ahora ha sacado su primer libro, ¿por qué lo ha titulado 'Sí es cosa tuya'?No miento, el nombre salió de la primera reunión que tuve con mi editora. Yo le explicaba que cuando le decía a la gente de mi alrededor que por el cambio climático tenemos que hacer determinadas cosas para intentar ayudar a salvar al planeta, ellos me decían: “esto a mí no me va", "esto que lo haga el gobierno”. Yo les respondía diciéndoles que “sí es cosa tuya” porque eres tú el que puedes salvar al planeta, el que puedes cambiar este mundo. Y de ahí salió el libro, que es para reflexionar sobre el cambio climático y para saber que puedes hacer tú para intentar poner tu granito de arena.

¿A quién va dirigido?Va dirigido a niños, jóvenes y adultos, a todo el mundo que quiera salir de la inacción o que quiera saber que más se puede hacer para salvar nuestra casa. Cada capítulo, que son 11, habla sobre temas que yo considero que son super importantes, desde el cambio climático hasta la esperanza. Son temas que yo creo que son fundamentales y que deberían estar incluidos en la educación medioambiental que dan en los colegios. 

Estas acciones que propone, ¿cómo son?Son acciones muy fáciles y muy simples que todos podemos hacer en nuestro día a día. A veces pueden parecer muy lejanas o imposibles de conseguir, pero yo creo que siempre se ha de empezar por una acción que sea pequeña, que sea fácil, que te motive hacerla. 

Muchas veces se critica a los jóvenes por su despreocupación, pero usted tiene 16 años y es activista medioambiental con varios reconocimientos. ¿Cree que los jóvenes son los que más se preocupan por el cambio climático?Yo siempre digo que mi generación es la que tiene la necesidad de hacer un cambio, tal vez seamos la última generación con esta posibilidad antes de que sea demasiado tarde. Es verdad que las generaciones anteriores nos han dejado un planeta destruido, nos han dejado todo el peso de intentar salvar el mundo en nuestras espaldas. La verdad es que no es fácil y las noticias nos enseñan y nos muestran que tenemos un futuro super negro, que no sobreviviremos, pero soy una persona optimista, tengo muchísima esperanza porque cada vez hay más gente joven que está saliendo a la calle, luchando por lo que importa y consideran que es necesario luchar. Y si todos nos unimos y nos subimos al mismo barco para salvar al planeta yo creo que lo conseguiremos.

Su familia más inmediata le apoya en su activismo y lucha, pero ¿cómo lo vive el resto de tu entorno? ¿Sus amistades?Ahora estoy en un colegio en el que me siento como en casa, me apoyan 100%, me entienden, me ayudan a organizar todos mis horarios y estoy super agradecida. Yo venía de un colegio donde no entendían lo que hacía ni por qué lo hacía, era como un extraterrestre, un bicho raro. Luego cambié de colegio y ha sido un cambio increíble.

¿Cree que falta educación medioambiental?Todavía falta que muchísima gente joven se quite este antifaz que les tapa la visión y que les tapa la realidad o, quizá no la quieren ver, pero yo creo que falta aún muchísima consciencia y muchísima educación medioambiental. Creo que se debería enseñar en los colegios desde los dos años para que los niños crezcan concienciados y puedan concienciar a las futuras generaciones, pero también a las anteriores a ellos mismos.  

¿Cómo ve el medioambiente en estos momentos? ¿Y en el futuro?Yo creo que es posible un cambio. A ver, al final si nos esforzamos y ponemos todo nuestro esfuerzo en intentar cambiar las cosas, es posible un futuro mejor. Pero si seguimos haciendo las cosas como las estamos haciendo hoy en día, no sé si vamos a poder seguir muchos años más en este planeta. Espero que sí, que las cosas cambien y la gente sea cada vez más consciente y las futuras generaciones crezcan sabiendo que son ellos los que pueden cambiar el mundo.

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