Sánchez no llamará a Puigdemont pero planea presentar la ley de amnistía antes de su investidura

(I-D) El presidente del Senado, Pedro Rollán; la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
(I-D) El presidente del Senado, Pedro Rollán; la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
Eduardo Parra / Europa Press
(I-D) El presidente del Senado, Pedro Rollán; la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.

La foto de Santos Cerdán, número tres del PSOE y negociador de Pedro Sánchez, en el despacho de Junts en el Parlamento Europeo será el máximo gesto que los socialistas pretenden dar al expresident Carles Puigdemont, fugado de la Justicia en Bélgica desde 2017, presente en la reunión y de quien depende ahora un nuevo mandato del presidente en funciones en la Moncloa. El jefe del Ejecutivo no planea llamar por teléfono al prófugo, aunque sí registrar la ley de amnistía que le pide antes de la sesión de investidura, que se prevé para la próxima semana.

Sánchez sí llamó a Oriol Junqueras, líder de ERC. Lo hizo el pasado 11 de octubre, antes de verse con Gabriel Rufián, portavoz de los republicanos en el Congreso. Sin embargo, la figura de Puigdemont y Junqueras es diferente ahora. Ambos fueron protagonistas del 1-O, pero Junqueras fue condenado y después indultado. Pugidemont, en cambio, todavía no ha rendido cuentas ante la Justicia y sigue huido en Bélgica. La foto de Cerdán es suficiente. Y desde el PSOE se afanan en defenderlo así, por la "democracia y los reencuentros". "La reconciliación hemos de hacerla entre todos", dicen fuentes socialistas, que explican que el encuentro duró una hora, tuvo buen tono y que se habló "de legislatura".

No obstante, rechazan dar más detalles. Recuerdan la frase repetida mil y una veces por el presidente: "Nada está acordado hasta que todo esté acordado". Lo que sí está claro es que la investidura de Sánchez es inminente. Una vez superado el cumpleaños y la jura de la princesa Leonor, se espera que se vayan anunciando los acuerdos con la nueva mayoría de la investidura -compuesta por Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG- en los próximos días, en los que el PSOE también planea presentar la ley de amnistía.

En la práctica, el registro de la ley en el parlamento antes de la votación no tiene gran trascendencia -si la Mesa, en manos de la izquierda, quiere retrasarla o adelantarla, lo hará-. No obstante, dejaría ya sin margen alguno a los socialistas de cara a una repetición electoral. Todo ello, si les queda algo de ese margen después de que el propio Sánchez asumiera en público la amnistía el pasado sábado en el Comité Federal y el lunes en una carta a la militancia. En ambos casos, con la misma justificación: "En el nombre de España, por el bien de España". Eso sí, los socialistas no quieren hacerlo solos, sino que pretenden que la ley la registren todos los partidos de la investidura. Frente a su partido, Sánchez habló de 56 diputados que la piden, sin contar a los del PSOE.

Así las cosas, solo falta por cerrar la fecha, que todo apunta a que será la semana que viene. "Cualquier día es bueno", explican desde el partido, que recuerda también que ahora mismo hay abierta una consulta a la militancia que finaliza el próximo sábado. Los resultados los darán al día siguiente. Eso sí, este viernes podría ser el día en el que Francina Armengol, presidenta del Congreso de los Diputados, comunique la fecha. Eso en el primer escenario de los tres que plantean. El segundo sería la semana siguiente o, si no, ir a nuevas elecciones el próximo 14 de enero, siendo esta última posibilidad ya casi un imposible. El plazo, con todo, termina el próximo 27 de noviembre.

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