La oficina vecinal que destapa pisos turísticos en Madrid: "Descubrimos que alquilaban su casa y otras siete más"

fotografo: Jose Gonzalez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Comercios reconvertidos a pisos turísticos
Piso turístico en el barrio Imperial, de Arganzuela.
Jose González
fotografo: Jose Gonzalez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Comercios reconvertidos a pisos turísticos

Un par de jueves atrás, un vecino del distrito Centro se acercó al número 38 de la calle Lavapiés preocupado porque la comunidad de vecinos donde alquila una vivienda se quejaba de "ruidos" y "gente entrando y saliendo a altas horas de la mañana". Su inquilino no daba señales de vida y desde hacía un mes había dejado de pagarle la mensualidad. "Al ponernos a investigar, descubrimos fotos de su casa en una plataforma de Google. Detrás, había una empresa que ofertaba otros siete pisos vacacionales por la calle Mayor", explica Víctor Rey, director de la nueva Oficina de Información Vecinal de Afectados por las Viviendas de Uso Turístico. "Le aconsejamos denunciar los hechos. Ahora a esperar...". 

Cuentan por decenas los casos similares que han llegado a la oficina fruto de la unión de las asociaciones vecinales La Corrala de Lavapiés, Sol y Barrio de Las Letras, Las Cavas-La Latina, Retiro Norte y El Organillo de Chamberí, y el apoyo de su federación autonómica, la FRAVM. Un paso adelante, tras años prestando ayuda, "ante la falta de control de los pisos turísticos", advierten a través de un comunicado. Llevan tres semanas de actividad, utilizando "un cacho" del local de la AV La Corrala. Abren de 18.00 a 20.30. Y su modesta plantilla está formada por voluntarios.

El boom de los apartamentos turísticos explotó hace más de una década en Madrid. Empezó en el Centro, que reúne alrededor del 50% de la oferta de toda la urbe, y poco a poco se está extendiendo hacia sus distritos limítrofes. "Incluso más allá de la M-30", comenta el director de esta oficina a 20minutos. Hoy, en todo el municipio, hay más de 15.000. De acuerdo con el último responsable de Urbanismo en la capital, Mariano Fuentes, el 98% de ellos son ilegales, puesto que operan sin la licencia preceptiva. Los datos oficiales, en todo caso, son muy escasos, al tratarse de un mercado muy fragmentado, no declarado o ilegal. 

"Estamos ante un fenómeno que genera fuertes tensiones vecinales en algunos barrios debido al deterioro de la convivencia que provocan la afluencia continua y descontrolada de turistas y la expulsión de la población residente con menos recursos", afirman desde el movimiento vecinal. 

El perfil de los ciudadanos que acude a pedir ayuda a esta oficina de nuevo cuño es de lo más variado. "Vienen de Carabanchel, pero también desde barrios más conservadores como Salamanca". El problema afecta a todos. "Gente mayor, parejas, personas que viven solas... Últimamente, tenemos muchos casos de comunidades de vecinos que se quejan de propietarios de origen chino, israelí o armenio que compran viviendas y contratan empresas especializadas para alquilarla. Ellos se desentienden si hay problemas, luego. ¿Cómo los localizas?", plantea Víctor Rey. 

El tipo de perjuicios que generan los clientes de pisos turísticos también difiere. Algunos de los más habituales son "el ruido, el trasiego de turistas a deshoras, el uso inadecuado (o intensivo) de los espacios comunes, la suciedad y problemas de seguridad". Tal y como puede leerse en la tabla de recomendaciones de la Oficina, hay que partir de la base de que algunos inquilinos olvidan que:

—El portal de un edificio residencial no es la recepción de un hotel.

¿Qué hace la Oficina?

Entre sus labores, la Oficina asesora sobre las acciones que pueden tomar vecinos y comunidades de propietarios ante pisos turísticos ubicados en sus inmuebles y barrios donde estén generando molestias y problemas. Para ello, ha elaborado una batería de recomendaciones y varios modelos de escritos de queja y demanda, listos para ser presentadas ante diferentes organismos con competencias en la materia, como la Agencia de Actividades del Ayuntamiento de Madrid (ADA) o la Dirección General de Turismo de la Comunidad de Madrid.

Buena parte de sus consejos están dirigidas a las comunidades de propietarios, a las que las asociaciones vecinales animan a aplicar el Real Decreto-ley 7/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes en materia de vivienda y alquiler, que permite a impedirles la implantación de nuevos pisos turísticos en sus inmuebles e incrementar las cuotas que pagan sus propietarios.

"Falta voluntad política"

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, anunció esta semana que tiene previsto aprobar de aquí a los próximos a "dos o tres meses" una nueva normativa que regule las VUT. Porque, a su parecer, la existente- el Plan de Hospedaje, promulgado en 2019 por Manuela Carmena-  no ha funcionado. Sin más detalles, el regidor señaló que la nueva normativa estará apuntalada sobre dos ejes centrales: "El descanso y el bienestar vecinal". Y mientras tanto, tratará de erradicar la ilegalidad. Como informó, el Consistorio llevó a cabo el año pasado, 2022, un total de 3.287 inspecciones. De ellas, 311 acabaron con apertura de expedientes, y con la imposición de 105 multas. Sobre 75, se dictó la clausura.

Para el movimiento vecinal, "la legislación actual, aunque mejorable, es suficiente para poner coto al descontrol actual. El problema es que no se aplica, y tanto la Administración regional como el Gobierno local que dirige Almeida prefieren mirar hacia otro lado y dejar que las empresas que gestionan las VUT sigan enriqueciéndose, aunque deterioren la convivencia en nuestros barrios, que defender los derechos de la vecindad residente". Como prueba de la "falta de voluntad política" advierten que el número de inspectores del Ayuntamiento de Madrid se haya reducido de 31 personas en 2019 a las 11 actuales. 

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