Las renovables ahorraron 10.000 millones al coste eléctrico en 2022 pero la producción 'verde' fue un 0,9% menor que en 2021

  • España consume más petróleo y gas que la media de la UE y menos renovables, a pesar de que se instaló 59% más potencia.
  • ​APPA Renovables advierte de los bajos precios como los del inicio de noviembre perjudican la inversión.  
  • ​Pide incentivar mejor el coche eléctrico y las bombas de calor y recela de volver a prorrogar el mecanismo ibérico.
Colectivos vecinales, ecologistas y de patrimonio se unen frente al parque eólico de El Escudo
Parque eólico de El Escudo (Cantabria).
20M EP
Colectivos vecinales, ecologistas y de patrimonio se unen frente al parque eólico de El Escudo

La transición energética va a medio gas en España. O, al contrario, cuenta todavía con demasiado gas -y petróleo- y demasiada poca energía renovable, con una producción que en 2022 cayó un 0,9% con respecto al año anterior y en comparación con el crecimiento conjunto en la UE, de 6,8%. A pesar de ello, ya constituye todo un sector industrial capaz de generar electricidad más barata que el año pasado supuso un ahorro de 10.000 millones a lo que hogares, negocios e industria en el coste de la electricidad. Todos estos datos forman el panorama actual de las energías renovables, donde la asociación principal del sector, APPA Renovables, advierte de una insuficiente electrificación, de que las renovables todavía no se traspasan a sectores industriales y del perjuicio que, de mantenerse, puede plantear para la inversión en el sector los "precios cero euros" el megavatio/hora con que ha empezado el mes de noviembre.

APPA Renovables ha presentado este lunes el Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España 2022, elaborado junto a Deloitte, que contiene datos positivos como que el año pasado este sector superó el 1,65% del PIB, concentró 130.000 empleos y generó una electricidad más barata. Pero también otros aspectos negativos, que tienen mucho que ver con que todavía no se termina de dar el cambio energético porque España sigue utilizando mucho petróleo y mucho gas, lo que hace muy complicado alcanzar el objetivo de la UE para 2030, de que que el empleo de renovables en la energía final sea del 45% y mucho menos el nacional fijado por el Gobierno, para llegar hasta el 48%. "Vamos mal y lentos. Si queremos que se cumplan los objetivos deberíamos estar haciendo más", ha señalado el director general de APPA, José María González Moya.

La realidad que arroja el informe es que, para satisfacer sus necesidades de energía, en 2022 España consumió más petróleo (44,8% del consumo de energía primaria) y gas (23,3%) que la medida de la UE (38 y 21,2% respectivamente). Por el contrario, su producción de renovables fue menor (-0,9% hasta 19,3%), en un año en el que creció un 6,8% en el conjunto de la UE, hasta suponer un 23,5% de su consumo de energía primaria. Todo esto hizo que la dependencia energética del exterior fuera en España del 69,9%, un 10,3% superior a la media de la UE -

Por lo que respecta al consumo final de esa energía, en coherencia con lo anterior, el 49,6% se transformó en productos petrolíferos y el 25% fue a la generación de electricidad. Dentro de este porcentaje, solo el 32% fue renovable. Además de para generar electricidad, hubo un 15,6% de uso de gas en hogares o industrias y otros ámbitos electrificables. 

"Lo que se ve es que las tendencias no cambian y es urgente que empiecen a cambiar", ha señalado González Moya sobre un panorama en el que España sigue avanzado en la instalación renovable pero no se sitúa en cifras europeas. "No nos desacoplamos" del petróleo y del gas ni por generación renovable y electrificación. 

Coche eléctrico y bomba de calor

En 2022 el sector alcanzó de nuevo "cifras récord" con 6,2 gigavatios nuevos conectados a la red, de los cuales 2,6 eran de autoconsumo, en las más de 240.000 instalaciones que hay por todo el país. El sector renovable empleó a más de 130.000 personas. Como es lógico, las energías con mayor impacto en el empleo fueron la eólica (39.015 nuevos empleos) y la fotovoltaica (34.877), seguidos de la biomasa (29.671) y el autoconsumo (14.215), que después de las cifras históricas de 2021 y 2022 está por ver cómo se seguirá comportando una vez que ha pasado la crisis de precios de la energía, que fue su principal aliciente. 

Sin embargo, APPA considera que la marcha de la implantación no es suficiente para llegar a los objetivos marcados , tampoco en electrificación de la economía. El Gobierno plantea que en 2030 llegue al 81% mientras que en 2022 fue del 42,2 y APPA calcula que a este ritmo y sin hacer nada distinto, en 2030 será solo de 57,1%. 

En 2022 el despliegue de renovable, la instalación de potencia, creció un 59% pero este dato no se tradujo en un incremento de energía renovable, que al contrario, fue negativo, un 0,9% menor. Para APPA, esto tiene que ver con el lento proceso de autorización de plantas renovables pero también con que la demanda eléctrica no crece, es decir, no hay una transferencia del uso de combustibles fósiles a electricidad -generada con renovables idealmente- como la que se detecta en otros países. 

Por otra parte,  el año 2022 fue "malo" para las renovables, con una sequía que mermó la producción hidroeléctrica y también menos eólica y que "los niveles de interconexión son mayores en el centro de Europa que en España", apunta el presidente de APPA, Santiago Gómez, sobre un déficit histórico de España y Portugal.

Incentivos al coche eléctrico y la bomba de calor

Además de estos factores, APPA apunta a una ineficaz política de incentivos para animar a los ciudadanos a hacer dos cambios clave, abandonar el automóvil de combustión por uno eléctrico y sustituir la caldera de gas por la bomba de calor. También insiste en impulsar la eficiencia energética en lugar de acciones reguladas.

El sector cree que el sistema de subvenciones que hay que pedir para compensar la compra de un coche eléctrico no funciona, porque tardan en llegar, y que habría que adoptar uno como el de Portugal, donde el descuento se hace en el concesionario en el momento de la compra.

Por lo que respecto a la bomba de calor, los datos en la Memoria de 2022 muestran que su implantación está estacada. El año pasado, esta alternativa renovable al gas representó 1.158 toneladas equivalentes de petróleo (ktep), solo 86 más que en 2021 o 198 más que en 2020. Los hogares recurrieron el triple a la leña, los pellets y otros elementos dentro del concepto de biomasa, con 3.743 ktep el año pasado. Aquí, APPA Renovables querría que España pudiera compararse con Alemania o los países nórdicos, donde su implantación es cinco veces mayor, y políticas de incentivos que consideran que aquí no han sido suficientes. Al contrario, el sector renovable critica que el Gobierno ha subvencionado el gas por medio de la tarifa de último recurso -la TUR1, 2 y 3 y a la que el año pasado añadió la vecinal-, que dan pocos motivos a los hogares para desechar la caldera.

De 43 euros más barata a cero euros

Con todo, el sector renovable consiguió abaratar notablemente el coste de la energía en 2022, el año central de la crisis energética debido a la guerra en Ucrania. Según el informe, si el coste del sistema eléctrico -lo que pagan hogares, negocios o industrias por la electricidad- solía ser de unos 42.000 euros al año, el año pasado se elevó hasta los 56.000 más otros 14.000 millones por conceptos regulados, como impuestos, la prima a las renovables o también las compensaciones del mecanismo ibérico, que APPA calcula que fueron de 6.237 millones, clavando prácticamente la previsión que hizo la Comisión Europea cuando la autorizó por primera vez, permitiendo a España gastar 6.300 millones para poner un tope al precio del gas.

Según APPA, gracias a la energía renovable se ahorraron 10.000 millones de coste eléctrico, lo que supuso una rebaja media de 43,10 euros el megavatio/hora. Sin generación renovable, los consumidores del mercado mayorista habrían pagado 210,6 euros/MWh en lugar de los 167,52 que pagaron.

Este ahorro se ha visto muy nítidamente en los últimos días. El mes de noviembre empezó con la borrasca Ciarán, que provocó mucha lluvia y viento que, a su vez, dio lugar a tanta entrada de energía hidráulica y eólica que tiró los precios a una medida horaria de cinco euros el megavatio. Este domingo, en las horas centrales del día el coste fue cero y, según APPA, desde que empezó noviembre el 95% de las horas la luz ha costado menos de 10 euros en el mercado mayorista, es decir, el que repercute directamente a los consumidores que tienen tarifa regulada, PVPC.

Esta circunstancia de "precios a cero euro" no representa todavía un problema -este lunes, con la mejoría del tiempo, el precio medio de la luz vuelve a ser de 55 euros y este lunes, de  97 euros, con picos de 150- pero sí puede serlo si se mantiene a largo plazo, porque desincentivará la inversión en renovables. "Se nos convertirá en un problema, como sigamos así no van a ser capaces de conseguir cierta rentabilidad", ha advertido González Moya. 

TUR y mecanismo ibérico

Para garantizar la sostenibilidad del sector renovable, su principal asociación defiende las compras a largo plazo que consagrará la reforma en ciernes del mercado eléctrico de la UE pero, advierte, de que para garantizar la liquidez -es decir que los inversores y otros actores están dispuestos a hacer compras- va muy mal la "incertidumbre" que APPA ve por la indecisión por parte de Gobierno de si va a volver a pedir una prórroga del mecanismo ibérico o en torno a la minoración de beneficios, que hace que la electricidad de fuente renovable no se pague a más de 67 MWh, en un cálculo diario que APPA reclama que sea por horas, para no perjudicar a los productores cuando es excesivamente barata, como ha pasado en los últimos días.

"Si hay un mecanismo [ibérico] o una minoración podemos discutirlo pero no saber si va a haber o no es lo que hace que las compañías no puedan hacer sus estrategias", ha indicado Gómez, que ha indicado que esto no es posible si no saben "cuál va a ser el precio o qué intervención" va a haber del mercado.

Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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