La enfermedad del pico y las plumas (PBFD): "Es muy contagiosa y muy resistente, capaz de vivir durante meses o incluso años"

Tres loros conviviendo en el centro Avetropic.
Tres loros conviviendo en el centro Avetropic.
AVETROPIC
Tres loros conviviendo en el centro Avetropic.

Convivir y cuidar a nuestros animales de compañía no es siempre sencillo, Al igual que nosotros, nuestros compañeros no humanos están expuestos a diferentes patologías y enfermedades y, según de qué especie estemos hablando, identificar que su estado de salud sea el adecuado puede no ser una tarea fácil. Este es el caso de los loros.

Cuando estas pequeñas psitácidas enferman nos enfrentamos a la problemática de que los síntomas que muestran son prácticamente los mismos en las posibles patologías que pueden tener, por lo que el correcto diagnóstico se convierte en una herramienta fundamental.

Entre las patologías más graves que pueden padecer nuestros loros se encuentra la enfermedad del pico y las plumas de los psitaciformes, conocida como PBFD por sus siglas en inglés, cuyos síntomas pueden confundirse con otras enfermedades, lo que convierte este problema de salud en un peligroso enemigo.

Roger Valls, cofundador de la asociación Avetropic (cuya misión es salvaguardar el bienestar de las psitácidas que viven en condiciones de cautividad, nos cuenta más detalles sobre esta enfermedad y detalla algunos consejos sobre cómo identificarla y prevenirla.

Enfermedad del pico y las plumas de los psitaciformes

"Se trata de una enfermedad que afecta también a otras aves gallináceas, siendo las más afectadas las psitácidas y las palomas", cuenta Valls. "Se trata de un problema de salud con el cual nuestros loros pueden vivir años sin dar ningún síntoma".

Esta enfermedad es producida por el circovirus y, tal y como cuenta el experto, se ha visto en los últimos años que viene producido por cuatro tipos diferentes. "Al ser así y, además, haber diferentes especies de loros, no se manifiestan de forma igual en cada individuo, por lo que resulta difícil de diagnosticar", añade.

En cuanto a estos síntomas tan dispares, Valls explica que también depende del momento en el que el ave se contagie. "Cuando son aves que han sido infectadas a los pocos días de vida, o incluso en el huevo, pudiendo no llegar a eclosionar, al tener el sistema inmunológico poco desarrollado mueren muy prontito", advierte.

Las plumas y el pico se necrosan y podemos ver todo tipo de malformaciones los mismos

"Cuando el desarrollo de la enfermedad es crítico sí es muy llamativo y, aunque no siempre es igual, normalmente afecta a las células de la piel y el pico, que se necrosan y podemos empezar a ver todo tipo de malformaciones en las plumas o sangre en el raquis de las mismas", señala Valls. "Los loros tienen un aspecto muy feo".

Una psitácida afectada por la PBFD también pierde la capacidad de producir polvo de pluma (plumitas microscópicas que actúan como acondicionador). "Esto provoca que su pelaje esté desestructurado y aceitoso", comenta el cofundador de Avetropic. "Lo mismo pasa con los picos y las uñas, que empiezan también a crecer de forma rara".

"Estos síntomas se manifiestan a largo plazo, pudiendo hacerlo en cuestión de meses o incluso en años", agrega Valls. "Además, como también provoca un sistema inmune deprimido al animal, muchas veces los individuos mueren por infecciones secundarias".

Como los signos de esta enfermedad pueden ser muy variados (siendo los anteriores los más evidentes), es importante que se trabaje la prevención del contagio y, una vez nuestro animal está enfermo, diagnosticarlo pronto y tratarlo adecuadamente.

"Esta enfermedad se transmite por vía aérea (por inhalación de partículas), a través de restos de plumas, partículas de piel o las heces, entre otros", cuenta Valls. "Es muy contagiosa y, además, es un virus muy resistente, capaz de vivir durante meses o incluso años".

De hecho, el experto en psitácidas comenta que tiene una mortalidad muy alta en crías, especialmente en contextos en los que hay muchas juntas. "Es raro que aparezca, pero cuando se da, suele ser en criaderos, por las condiciones características que éstos tienen, por ejemplo, al mantenerlas en calor", expresa.

"También se puede transmitir de padres a hijos, a través del huevo, o cuando los padres regurgitan el alimento para las crías", añade. "No obstante, es muy improbable que teniendo un grupo de aves aisladas se contagien".

Por este motivo, el especialista en psitácidas recomienda seguir los pasos necesarios para prevenir esta enfermedad a la hora de ampliar el número de aves que tengamos ya en casa. "Para evitar la entrada del patógeno en el entorno de nuestros loros, debemos minimizar la exposición directa", recomienda en el momento de su llegada.

"Es muy improbable que teniendo un grupo de aves aisladas se contagien"

"Es importante tener la precaución de haber hecho unos test previos que, aunque no tengan una fiabilidad del 100 por cien, al menos habremos hecho el esfuerzo por minimizar los riesgos", añade. "Una vez el nuevo animal llegue a casa, también hay que respetar la cuarentena, dejándolo aislado al menos por un mes o mes y medio".

En este sentido, Valls recuerda que la cuarentena no solo es aconsejable para prevenir el contagio de enfermedades, si no que también ayuda en el proceso de adaptación del ave a su nuevo hábitat, una situación que ya de por sí es estresante para él.

"Si da alguna señal o signo de enfermedad, debemos acudir al veterinario, ante cualquier tipo de duda", recomienda. "No obstante, si estas dos barreras no son suficientes y el patógeno las traspasa, también hay ciertas prácticas que podemos llevar a cabo para que la transmisión sea menos probable: tener una buena ventilación y una limpieza frecuente en el hábitat de nuestros loros".

Una cacatúa afectada por PBFD .
Una cacatúa afectada por PBFD .
S B / WIKIMEDIA COMMONS

Sobre esto, Valls explica que una buena ventilación evitará la acumulación de partículas, mientras que una limpieza frecuente y adecuada ayudará a prevenir infecciones secundarias. "Lo mejor y más efectivo es la limpieza mecánica, limpiando con cepillos y retirando partículas que puedan transmitir la enfermedad, más que matarlas con desinfectantes ya que, como he dicho, se trata de un virus super resistente".

Pero, ¿qué hacemos si nuestro loros o loros se han infectado? ¿Existe una cura? Lamentablemente, a día de hoy no existe tratamiento efectivo para la PBFD. "Se intenta mejorar el estado general del animal frente a las infecciones que van surgiendo, así como se refuerza el sistema inmune, pero tan solo es un tratamiento paliativo", afirma Valls.

"El diagnóstico debe hacerlo siempre un veterinario, teniendo en cuenta que habrá que hacer diferentes pruebas para confirmar la enfermedad y conociendo el riesgo de falsos positivos y negativos, algo que puede tener un alto coste económico", concluye el experto.

Inés López
Colaboradora '20minutos'

Soy Inés López García. Me formé en la Complutense con la intención de acabar informando sobre animales y medioambiente. Tuve mi primera oportunidad laboral en el medio local 'Madridiario'; luego entré en '20minutos', donde pude escribir sobre cine, series y videojuegos, mis tres hobbies. Me mudé a Londres para mejorar el inglés y escribir sobre el Brexit y el covid en la distancia. En la actualidad escribo sobre lo que siempre quise, animales, en la sección Animaleros de '20minutos'.

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