El pueblo madrileño que tiene 35 km de punta a punta y una parte dentro de Castilla y León

Plaza del Ayuntamiento de Santa María de la Alameda, en la Comunidad de Madrid.
Plaza del Ayuntamiento de Santa María de la Alameda, en la Comunidad de Madrid.
Comunidad de Madrid
Plaza del Ayuntamiento de Santa María de la Alameda, en la Comunidad de Madrid.

La localidad de Santa María de la Alameda, situada a unos 70 km de la capital y localizada a los pies de la sierra de Guadarrama, hunde sus raíces en siglo XV y desde siempre ha estado muy ligada a la ganadería. Su censo de habitantes creció considerablemente tras la pandemia, de algo más de 900 vecinos a los 1.500 de la actualidad, y todos ellos han aprendido a convivir con la peculiaridad geográfica de su pueblo. 

Porque Santa María de la Alameda es el municipio situado a mayor altitud de la región y se divide en un total de ocho términos: La Estación de Santa María de la Alameda, Navalespino, La Hoya, Robledondo, La Paradilla, Las Herreras, El Pimpollar y la propia Santa María, en la que está ubicado el Consistorio. Esta división administrativa hace que la localidad tenga, de punta a punta, hasta 35 kilómetros que discurren por carreteras sinuosas y una singularidad casi única en España: uno de sus enclaves se encuentra completamente rodeado por terrenos de la comunidad autónoma de Castilla y León.

Se trata de un paraje conocido como Dehesa de la Cepeda, que ocupa algo más de 12 kilómetros de extensión y está rodeado por tierras castellanas de las provincias de Ávila y Segovia, aunque es jurídicamente parte de la Comunidad. Esta suerte de 'isla' madrileña es en la actualidad un terreno despoblado propiedad de una familia que la explota principalmente para ganadería -sólo se puede visitar con permiso de sus propietarios- y se accede a través de una pista forestal de tierra. 

Esta característica tan especial y la cercanía a estas provincias hacen que la relación de Santa María de la Alameda con localidades como Las Navas del Marqués (Ávila) y El Espinar (Segovia) sean de colaboración, como reconoce Gloria de Castro, la alcaldesa del pueblo madrileño. Con Las Navas del Marqués, por ejemplo, colaboran en eventos culturales como conciertos y recientemente han sellado un acuerdo para que los jóvenes del pueblo madrileña puedan acudir a natación en su piscina.

Con una trayectoria de 11 años como juez de paz, De Castro no esconde que la ya de por sí complicada tarea de dirigir un consistorio pequeño se complica si este se divide en ocho entidades diferenciadas. La regidora confiesa que no se veía en política, pero a día de hoy asegura que no le faltan ni ganas ni ilusión para afrontar la legislatura que ha echado a andar hace apenas seis meses. 

La alcaldesa reconoce que la dispersión geográfica hace muy complicado el poder llegar en cada momento a todos y cada de uno de los vecinos, pero trata de recorrer a menudo todos los términos para atender las posibles necesidades de los vecinos, cuyo número ha aumentado considerablemente en los últimos años. 

Antes de 2020, los vecinos de este pueblo no superaban los 1.000 y ahora el padrón está en torno a las 1.500 personas y muchos de ellos son menores, porque los nacimientos en el municipio ha crecido cerca de un 20%. Además, la población se multiplica en verano, sobre todo gracias a las múltiples casas rurales que funcionan en el lugar.

Cascada del Hornillo en Santa María de la Alameda.
Cascada del Hornillo en Santa María de la Alameda.
Comunidad de Madrid

El aumento de población ha hecho que el gobierno municipal que lidera Gloria de Castro se haya fijado numerosos objetivos para facilitar la vida de los vecinos actuales y, por qué no, para seguir atrayendo a nuevos. Uno de los compromisos que adquirió en las elecciones pasa por conseguir que un transporte tipo microbús conecte los términos en los que se divide el pueblo y salve esos 35 km que separan un extremo de otro de Santa María de la Alameda. 

En los planes a corto y medio plazo también figura promover un servicio de fisioterapia para atender a la población mayor del pueblo en el centro de salud que atiende a los vecinos de Navalespino, Robledondo y en La Estación; así como contar con un centro para personas mayores, porque actualmente dependen de San Lorenzo de El Escorial o de la capital. 

La corporación aspira igualmente a construir algunas urbanizaciones en el pueblo, aunque se topan con el problema de que algunas calles no están adaptadas y son estrechas, lo que dificulta el acceso porque antaño se construyó de cualquier manera. A partir de ahora se quieren levantar nuevas construcciones que cumplan un orden y, además, se busca atraer al pueblo alguna actividad educativa como cursos, seminarios o formaciones que generen interés en los vecinos. Para ello, la Comunidad de Madrid ha invertido en este municipio tres millones de euros con cargo al Programa de Inversión Regional, el PIR, del periodo 2022-2026.

Conservar y aumentar el atractivo

La alcaldesa cree que estas actividades culturales, el centro de mayores y el microbús podrían atraer a más gente hasta el pueblo al tener mayor facilidad para desplazarse. Sería este un modo de seguir creciendo y atrayendo inversiones en diferentes sectores económicos.

En la actualidad, la actividad principal es la ganadería y Santa María de la Alameda es uno de los pueblos que más cabezas de ganado tiene de toda la región y además forman parte de la Denominación de Origen (DO) de la Comunidad de Madrid, lo que acredita su calidad.

Potro de herrar de Santa María de la Alameda.
Potro de herrar de Santa María de la Alameda.
Comunidad de Madrid

Aunque no es la principal fuente de ingresos de las familias del pueblo, no hay que perder de vista que el sector turístico y hostelero también es uno de los puntos fuertes de Santa María de la Alameda gracias, entre otras cosas, a los privilegiados enclaves naturales. Alrededor del municipio hay cientos de rutas para hacer senderismo y miradores para disfrutar de la zona oeste de Madrid, siendo uno de los más conocidos el del puerto de la Cruz Verde, punto de encuentro de muchos moteros.

La iglesia, la antigua estación de ferrocarril -de la que se conserva el edificio de pasajeros y el muelle-, los puentes de Recondo y Mocha y el potro de herrar son otros de los atractivos de este pueblo situado a 1.409 metros sobre el nivel del mar.

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