Ciencia

El síndrome de Hubris: la adicción al poder

Vista de la pintura de Pedro Sánchez y el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, dándose un beso en el mural del artista urbano TVBoy, en la plaza de las Glòries, Barcelona.
David Oller / Europa Press

El poder ha sido un gran afrodisiaco para el ser humano, antes incluso de que el poder existiera como concepto. En nuestros orígenes, obtener el privilegio de contar con cierta ventaja social salvaguardaba hasta nuestra supervivencia. Las luchas por el poder son las que nutren nuestros libros de historia, de filosofía, de religión y de política.

Decía Einstein que el poder siempre atrae a los hombres de baja moralidad. Yo espero que haya excepciones, si bien es cierto que los datos experimentales no son tampoco muy alentadores en este sentido. 

En el mundo de la psicología son bastante conocidos los cientos de estudios científicos que relacionan los puestos profesionales directivos, de alto liderazgo, en la política y fuera de ella, con rasgos histriónicos, tendentes a la personalidad psicopática, al narcisismo y a cierta ambición desmedida. Bien enfocados y gestionados no son 'malos' en sí mismos. Aderezados con otras cualidades más benevolentes como el carisma, la empatía, la compasión o la asertividad, pueden resultar en un buen líder de las finanzas, de la medicina, del ejército o de la política. Mal encarado puede desembocar incluso en un trastorno marcado por un ego sobredimensionado: el síndrome de Hubris. No es una enfermedad como tal, se trataría de una característica de la personalidad, siendo considerado como un subtipo del trastorno narcisista de la personalidad.

El término ‘hubris’ o ‘hybris’ (ὕβρις, hýbris) es un concepto griego que significa ‘desmesura’. Es lo opuesto a la sobriedad, a la moderación. Alude al 'yo desmedido', a la sensación de omnipotencia, al deseo de transgredir los límites que los dioses inmortales impusieron al hombre frágil y mortal. En la mitología griega se aplicaba a los que, víctimas de su propia soberbia, se creían y actuaban como dioses. 

En 2008, el neurólogo y miembro de la cámara de los Lores y excanciller británico David Owen publicó un libro muy interesante (En el poder y en la enfermedad) en el que, atraído por el comportamiento y el perfil psicológico de ciertos políticos, acuña este término de ‘síndrome de Hubris’ (SH) para describir a los mandatarios que creen estar llamados a realizar grandes obras; muestran tendencia a la grandiosidad y la omnipotencia y son incapaces de escuchar, mostrándose impermeables a las críticas. 

Esta intoxicación de poder desemboca en una obsesión por la autoimagen, lleva a sufrir una pérdida de contacto con la realidad, pudiendo llegar a un aislamiento progresivo, tienen la creencia de que no deben rendir cuentas a nadie, realizando comportamientos impulsivos e imprudentes.

Owen analiza el comportamiento de políticos como Roosevelt, Ariel Sharon, el sha de Irán, Bush, Blair, etc., y dedica un capítulo a las medidas de protección democrática contra los gobernantes con SH. Para Owen, el SH está indisolublemente unido al poder y alimentado por el éxito. Lo describe como un trastorno adquirido y reversible (puede remitir al desaparecer el poder).

Se dice que un profesional es competente cuando adquiere tres capacidades: conocimientos, ha­bilidades y valores. Los dos primeros se aprenden, pero los valores tienen un origen mucho más profundo y marcan el carácter y la personalidad de alguien. 

Este síndrome aplicado al ámbito médico (ojo con estos perfiles de personalidad), también ha tenido mucha relevancia y los investigadores acuerdan que la pericia, la ‘corrección técnica’ del médico, lo puede convertir en un ‘buen médico’, pero la empatía y la humildad lo convierten en un médico ‘bueno’. Aunque esta reflexión es extensible a cualquier profesión.

La única prevención y cura contra el SH es la humildad y la empatía. Los profesionales exitosos que no sucumben al SH son los que conservan la humildad como capacidad de reconocer sus propias limitaciones y la empatía como capacidad de ponerse en lugar de los demás. El tratamiento es el mismo en cualquier profesión: el ejercicio consciente y metódico de la humildad y empatía mientras se está en el poder.

Fuentes:

  • González-García, J. (2019). Síndrome de» Hubris» en neurocirugía.
  • Carvajal, C. (2014). Síndrome de Hibris: descripción y tratamiento.
  • Psicología y Mente: Síndrome de Hubris: qué es, síntomas, y causas
Psicóloga y divulgadora

Soy madre, psicóloga y experta en salud mental perinatal. Me confieso una apasionada de la comunicación no verbal y la escritura terapéutica. Publiqué un libro: 'Se hizo el silencio' (Ediciones Alfar). En instagram soy alicia.natalmente.