Sánchez se erige como el "muro" frente a la ultraderecha y defiende la amnistía porque "las circunstancias son las que son"

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se dirige a su homólogo del PP, Alberto Núñez Feijóo, este miércoles.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se dirige a su homólogo del PP, Alberto Núñez Feijóo, este miércoles.
EFE
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se dirige a su homólogo del PP, Alberto Núñez Feijóo, este miércoles.

Si alguien consiguiera obviar el elefante en la habitación que es la ley de amnistía que han pactado PSOE y Junts, lo que hubiera visto y, sobre todo, oído de boca del líder socialista Pedro Sánchez en la primera jornada de su sesión de investidura le hubiera recordado enormemente a la campaña electoral del pasado 23-J. El candidato defendió sin ambages el perdón a los líderes independentistas catalanes, asegurando que será la vía para lograr "un futuro de reconciliación y concordia". Pero también dedicó buena parte de su discurso a equiparar al PP con la "ultraderecha" de Vox y a presentar a su nuevo Gobierno y a él mismo como el dique de contención de esa alianza extremista mediante la puesta en marcha de una potente agenda social.

La primera jornada del Pleno de investidura que, salvo sorpresa mayúscula, terminará con Sánchez reelegido como presidente del Gobierno, fue tan bronca como se esperaba, especialmente cuando llegó el turno en el que Sánchez confrontó dialécticamente con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. No hubo cuartel: la tensión acumulada durante semanas por las negociaciones y el pacto de la amnistía y, a raíz de eso, por las manifestaciones auspiciadas por PP y Vox, estalló con un durísimo cruce de reproches entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición. 

Sánchez, como ya hiciera en campaña, afeó a Feijóo sus pactos con la "ultraderecha" repitiendo machaconamente una idea: "Nadie ha hecho más por Vox que usted al frente del PP". El Gobierno, dijo, será un "muro" frente a la "agenda reaccionaria" que, a su juicio, representan las "derechas retrógradas". Feijóo, aseguró, ha iniciado un "camino de perdición" uniendo el "destino" del PP "al de la ultraderecha". Y, con esa decisión, se ha unido "al club reaccionario de Trump, Le Pen, Orbán y Santiago Abascal".

"Si algo ha dejado claro la derecha reaccionaria es que no se va a detener", y "por eso en este debate, señorías, estamos eligiendo algo muy importante: o bien alzamos un muro ante estos ataques recurrentes a los valores de la España democrática y constitucional, o bien le damos salvoconducto", resumió Sánchez. Y no se limitó a hablar de España, sino que dibujó un escenario en el que el país sería tan solo un teatro de operaciones más de la batalla de los demócratas contra esa ola "reaccionaria" que, dijo, también está asolando países como Argentina o Estados Unidos.

"Las circunstancias son las que son"

Tanto se centró Sánchez en esa primera parte del discurso que no entró a fondo a defender la ley de amnistía que ha pactado con Junts hasta pasada más de una hora de intervención. Una vez lo hizo, no obstante, insistió en que la norma es "perfectamente legal" y afirmó que se aprobará "con luz y taquígrafos", frente a las acusaciones —algunas proferidas a gritos desde las bancadas de PP y Vox— de que la amnistía no solo es inconstitucional, sino también la puerta de entrada a una "dictadura", como lleva días espetando el líder de Vox, Santiago Abascal.

El líder del PSOE, no obstante, no ocultó que la ley de amnistía se aprobará porque "las circunstancias son las que son". O dicho de otro modo: que su cambio de opinión tras las elecciones del 23 de julio con respecto a la medida de gracia va de hacer "de la necesidad virtud" y de mantener el Gobierno con el reparto de fuerzas que arrojaron las urnas. De hecho, entre los motivos de "interés general" que mencionó Sánchez estuvieron los de "consolidar los avances logrados" durante la pasada legislatura y "seguir avanzando por la convivencia", algo que, a su juicio, sería imposible con un Ejecutivo de PP y Vox.

Y es que incluso el debate sobre la amnistía fue un motivo para que Sánchez acusara a Feijóo de "actuar al dictado de una formación ultraderechista". "Nosotros somos tan españoles como ustedes, no somos menos españoles que ustedes", espetó en un momento dado el presidente a las bancadas de PP y Vox, muy encendidas durante todo el debate. Y espetó a Feijóo que "cuando la derecha llega a acuerdos con el nacionalismo, eso es un pacto entre caballeros" pero "si es la izquierda, entonces es toda una traición a la patria".

"Nada de lo que estamos viviendo es inédito en nuestra democracia" porque los gobiernos del PP "concedieron 1.400 indultos en un solo día", argumentó además Sánchez en referencia a las medidas de gracia que adoptó en el año 2000 el Gobierno de José María Aznar a petición de la Santa Sede, que con motivo del Gran Jubileo de ese año reclamó por boca del papa Juan Pablo II clemencia a favor de los presos. E incluso "indultaron a miembros de Terra Lliure, sentenciados por terrorismo", espetó el candidato del PSOE a Feijóo, a quien pidió "responsabilidad" y "sentido de Estado".

Tensión con ERC y Junts

Por el contrario, Sánchez apenas pudo debatir con Vox, puesto que Abascal y todo su grupo abandonaron a toda prisa el hemiciclo una vez pronunciado el discurso de su líder y dejaron al candidato con la palabra en la boca. Y el resto de la sesión fue más plácida para el líder del PSOE, que sin embargo contempló con sus propios ojos la primera muestra de que la legislatura se le presenta muy complicada con unos socios independentistas, ERC y Junts, compitiendo entre sí por la hegemonía del secesionismo catalán.

"¿Ve aquí a Albert Rivera? ¿Ve aquí a Inés Arrimadas? ¿Los ve? ¿No, verdad? Pues no se la juegue", lanzó el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, a un Sánchez al que también presumió de poder "obligar" a "acabar con la represión hoy y, quizá, a que se vote un referéndum mañana". El presidente del Gobierno se limitó a responder que "cualquier solución territorial debe ser jurídicamente viable" y a asegurar que "de nada sirve discutir sobre hipótesis que no entran en nuestro ordenamiento jurídico". "La Constitución es el marco irrevocable, el diálogo, el método", pero "merece la pena seguir trabajando por un acuerdo amplio que incluya a la inmensa mayoría de la sociedad catalana", planteó.

Mayores sobresaltos le provocaron al candidato los diputados de Junts, que aseguraron haberse sentido muy molestos con la intervención inicial de Sánchez y con su descripción de la amnistía como un "perdón". La portavoz de la formación independentista, Míriam Nogueras, aseguró que su partido no apoyará ninguna iniciativa del nuevo Gobierno si no considera que hay "avances" en la cuestión territorial, y le avisó de que Junts no ha "dejado de ser aquella fuerza que promovió el referéndum de independencia". "Le reitero la voluntad de cumplir con lo contenido en el acuerdo firmado", le respondió Sánchez. Y eso no incluye convocar ninguna consulta de independencia.

Daniel Ríos
Redactor '20minutos'

Redactor de Nacional. Me hice mayor en Infolibre y llegué a 20minutos a finales de 2019. Sigo a Sumar y a Podemos y me paso la vida en el Congreso, donde también me encargo de la crónica parlamentaria. Cosecha de 1993.

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