Roban más de 55.000 Kitkat valorados en 250.000 dólares sin dejar rastro

Kit Kat del grupo Nestlé.
Kit Kat del grupo Nestlé.
NESTLÉ
Kit Kat del grupo Nestlé.

Las chocolatinas están altamente valoradas, pero ningunas como los 55.000 Kitkat que desaparecieron hace semanas en California. Su propietario, Danny Taing, fundador de Bokksu, una empresa que se dedica a comercializar productos de alimentación japoneses en Estados Unidos, debía haber recibido un pedido con estos chocolates para venderlos después. Pero el envío no ha llegado.

La historia de su robo ha sido recogida por The New York Times. El diario estadounidense ha confirmado, a través del propio Taing, que los ingresos que pretendía obtener con este pedido eran de 250.000 dólares (cerca de 230.000 euros). Esta cantidad es tan elevada por tratarse de tipos de Kitkat que únicamente se venden en Japón. Melón, matcha latte o daifuku mochi son algunos de los sabores que se encontraban en el pedido y que pueden llegar a ser especialmente valiosos entre quienes los coleccionan.

El negocio ha quedado truncado al ser protagonista de un "robo estratégico", tal y como lo ha descrito el periódico neoyorkino. El paquete salió perfectamente de Japón y cruzo todo el Pacífico hasta un almacén de California. Allí solo tenían que ser transportados hasta otra nave ubicada en Nueva Jersey, propiedad de Taing. 

Para el traslado hasta el punto final, Taing contrató a la compañía de transportes del empresario Shane Black, quien a su vez encargó el trabajo a otra empresa llamada HCH Trucking, en la que trabajaba un empleado llamado Tristan. Todo parecía en orden. Tristan aseguró incluso en un correo electrónico que el pedido estaba en camino y que se encontraba atravesando todo el país hacia su lugar de destino. 

Sin embargo, algo empezó a parecerle raro a Black cuando Tristan le comunicó que había tenido una avería y que, si no se solucionaba, tendría que volver al punto de partida. Quedaban menos de 640 kilómetros hasta Nueva Jersey y se encontraba ya a mucha distancia de California. "Si el camión estaba en buenas condiciones para recorrer los 3.862 kilómetros de vuelta a California, ¿por qué no podía recorrer menos de 640 kilómetros?", ha declarado Black The New York Times

El empresario se puso entonces en contacto con la empresa para la que trabajaba Tristan, donde le confirmaron que no tenían ningún empleado con ese nombre, así que Tristan acabó confesando finalmente que era un fraude: "Soy un estafador y el dueño de HCH no tiene nada que ver con esto".

Tras intentar negociar con él, sin éxito, Tristan reconoció que el pedido nunca había llegado a salir de California pero que estaba en otro almacén, a unos 50 kilómetros del original. Black se puso entonces en contacto con esa nave, donde la carga llevaba ya dos semanas, pero le negaron su retirada al no figurar su nombre sino el de un tal Harry Centa: "Sin prueba de que usted sea el verdadero propietario y sin el pago del almacenamiento, no podemos liberar la carga". 

Black intentó entonces llamar a Taing para obtener un comprobante de que era el dueño del cargamento. Pero ya era demasiado tarde porque el fundador de Bokksu había interpuesto una denuncia por el robo. 

Por el momento, Taing da por perdidos los Kitkat. No puede obtenerlos de ninguna forma y, además, ha declarado al The New York Times que tampoco podría venderlos porque la carga no se ha refrigerado correctamente. Según el diario, ha sido víctima de una "recolección ficticia", un tipo de delito cibernético en el que se intenta extorsionar a alguien a través de una "carga rehén" que desaparece si no se cumplen las exigencias del ladrón. 

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