El choque entre la líder de Sumar, Yolanda Díaz, y Podemos se agudiza. Tras días en los que se daba por hecho que los morados se quedarían fuera del Gobierno de coalición, este viernes Díaz les hizo una oferta por escrito: tener un ministerio en el próximo Ejecutivo de Pedro Sánchez... pero siempre y cuando el ministro elegido fuera el actual secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, y no quien decidiera Podemos. A cambio, la formación morada debería comprometerse a acabar con los "ataques" e "insultos" contra Díaz y, más importante, a presentarse junto a Sumar a las próximas elecciones europeas.

Tal y como ha adelantado eldiario.es y ha confirmado 20minutos, Sumar no especifica en su carta qué ministerio sería para Álvarez, quien como secretario de Estado de Derechos Sociales es en la actualidad el número 2 de Ione Belarra en ese departamento. No obstante, la respuesta de Podemos ha sido clara: su elección para el Consejo de Ministros es la número dos del partido, Irene Montero, y no Álvarez, que es secretario de Economía de Podemos pero cuya cercanía a Díaz le ha distanciado de la dirección del partido en los últimos tiempos. Podemos, además, insiste en mantener para Montero el Ministerio de Igualdad, un extremo que el PSOE y Sumar rechazan rotundamente.

Hasta este viernes, Díaz no había ofrecido expresamente a Podemos su continuidad en el Gobierno, si bien los morados interpretan que, en realidad, la líder de Sumar se ha limitado a intentar imponerles el nombre de Álvarez y no a ofrecerles una cuota entre los ministerios que tendrá en la coalición. "Como el resto de formaciones políticas, empezando por el PSOE, los ministros de Podemos los elige Podemos" y "Podemos sigue pensando que lo mejor que puede aportar al Gobierno de coalición es profundizar las transformaciones feministas al frente del Ministerio de Igualdad", apuntó a este respecto la secretaria general morada, Ione Belarra.

La oferta de Díaz, además de impedir a los morados seleccionar a su propia opción de cara a comandar un ministerio, planteaba además otras dos condiciones para Podemos. La primera de ellas, además de obligar a los morados a votar a favor de las iniciativas salidas del Consejo de Ministros y a respetar la disciplina de voto del grupo parlamentario de Sumar, era la de cejar en los "insultos" y críticas públicas contra la vicepresidenta y contra otros dirigentes próximos a ella, que según denuncian fuentes del entorno de Díaz son cada vez más frecuentes. "Qué asco", llegó a espetar el jueves el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, cuando la portavoz de Sumar en el Congreso, Marta Lois, no quiso responder a las preguntas de un reportero de su canal de Youtube, Canal Red.

En segundo lugar, la oferta de Sumar a Podemos estaba condicionada a que los morados se presentaran junto a la coalición que lidera Díaz a los comicios que vienen en este próximo ciclo electoral, que a grandes rasgos son tres: las elecciones gallegas, las vascas y las europeas, que tendrán lugar todas ellas en 2024 salvo adelanto de las dos primeras —los comicios al Parlamento Europeo están fijados por Bruselas y no pueden moverse—. Fuentes de Sumar argumentan que no sería lógico que la formación y Podemos compartieran Gobierno y, a la vez, compitieran electoralmente.

No obstante, este segundo requisito choca frontalmente con la estrategia definida por Podemos y ratificada hace unas semanas por su militancia: la de concurrir a los comicios del próximo año por separado de Sumar. Los morados tienen en su mirilla, especialmente, las elecciones europeas, donde Irene Montero se perfila como candidata y donde el sistema electoral —de circunscripción única— permite que se pueda obtener representación parlamentaria con apenas el 2,5% de los votos. Podemos quiere utilizar esas elecciones para comprobar cuál es su fuerza en comparación con Sumar, y, además, que Montero consiguiera un escaño en el Parlamento Europeo le proporcionaría recursos económicos al partido y un altavoz para intentar influir al Gobierno desde fuera.