Sánchez fusiona PSOE y Moncloa en un nuevo Gobierno en el que resiste su núcleo duro

El presidente del Gobierno terminó con esa dualidad en 2021 y, ahora, en 2023, ha decidido fusionar al completo el núcleo de poder de su formación y del nuevo Gobierno, cuyos nuevos miembros se dieron a conocer este lunes. Un Ejecutivo continuista, dijo Sánchez, puesto que también premió a un grupo de ministros que le acompañan en la aventura presidencial desde hace cinco años.
El presidente del Gobierno terminó con esa dualidad en 2021 y, ahora, en 2023, ha decidido fusionar al completo el núcleo de poder de su formación y del nuevo Gobierno, cuyos nuevos miembros se dieron a conocer este lunes. Un Ejecutivo continuista, dijo Sánchez, puesto que también premió a un grupo de ministros que le acompañan en la aventura presidencial desde hace cinco años.
El presidente del Gobierno terminó con esa dualidad en 2021 y, ahora, en 2023, ha decidido fusionar al completo el núcleo de poder de su formación y del nuevo Gobierno, cuyos nuevos miembros se dieron a conocer este lunes. Un Ejecutivo continuista, dijo Sánchez, puesto que también premió a un grupo de ministros que le acompañan en la aventura presidencial desde hace cinco años.
Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles, Teresa Ribera, Nadia Calviño, María Jesús Montero y Luis Planas, ministros longevos del Gobierno de Sánchez.
ATLAS - 20MINUTOS

Cuando Iván Redondo ejercía como todopoderoso jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, en el PSOE existía cierto malestar. Había descoordinación entre la Moncloa y el partido, denunciaban entonces algunos críticos. El presidente del Gobierno terminó con esa dualidad en 2021 y, ahora, en 2023, ha decidido fusionar al completo el núcleo de poder de su formación y del nuevo Gobierno, cuyos nuevos miembros se dieron a conocer este lunes. Un Ejecutivo continuista, dijo Sánchez, puesto que también premió a un grupo de ministros que le acompañan en la aventura presidencial desde hace cinco años.

El presidente ha querido premiar a sus colaboradores más cercanos. La mayor beneficiada ha sido María Jesús Montero, que asciende de rango y ocupará la Vicepresidencia cuarta sin perder su ministerio, el de Hacienda. El que reparte el dinero. En este sentido, es probable que la andaluza ejerza como vicepresidenta política de Sánchez. Una especie de parapeto, papel que ejercía Carmen Calvo hasta 2021, cuando fue cesada y quedó como diputada rasa. Es toda una muestra de confianza hacia Montero, que deberá compaginar esos papeles con la vicesecretaría general del PSOE, cargo al que ascendió hace más de un año tras la dimisión de Adriana Lastra.

La ministra de Hacienda no es la única que recibe un reconocimiento por su papel. También lo hace Pilar Alegría. Otrora delegada del Gobierno en Aragón y jefa de la oposición en el Ayuntamiento de Zaragoza, se le encargó la portavocía del partido al mismo tiempo que a Montero se le daban las riendas de la formación. Más de 15 meses después, Sánchez le otorga otra portavocía, la del Gobierno. Sustituirá así a Isabel Rodríguez, que pasará de Política Territorial a Vivienda, y deberá responder a los periodistas en las habituales ruedas de prensa de los consejos de ministros de los martes. Además, suma a su cartera las competencias de Deportes, que hasta ahora recaían en Miquel Iceta. Fuentes del PSOE aseguran que "probablemente" abandonará la portavocía del partido.

Quien también contará con un papel político destacado será Félix Bolaños, que sumará las competencias de Justicia a su cartera, que hasta ahora tenía Presidencia y Relaciones con las Cortes. Un 'superministerio', en definitiva. No obstante, el caso de Bolaños no entra tanto en la fusión entre el partido y Moncloa -no tiene un cargo destacado en la Ejecutiva Federal más allá de ser Secretario para la Reforma Constitucional y Nuevos Derechos del PSOE-, sino en otra de las vertientes del nuevo Gobierno de Sánchez: la continuidad de su núcleo duro. Cierto es que Bolaños no fue ministro hasta 2021, pero antes había sido secretario general de la Presidencia del Gobierno y ejercía como mano derecha del presidente en la Moncloa.

En la comparecencia que ofreció ayer en la escalinata del Palacio de la Moncloa, Sánchez presumió de un Gobierno continuista en el área económica y en los ministerios llamados de Estado. No le faltaba razón, porque Montero no es la única que repite como ministra y que ejerce el cargo desde 2018, año en el que Sánchez alcanzó la Presidencia tras ganar la moción de censura a Mariano Rajoy (PP). En su misma situación está Nadia Calviño, que seguirá como vicepresidenta primera y ministra de Economía. Al menos, hasta que sea nombrada presidenta del Banco Europeo de Inversiones, una decisión que se dilucidará en las próximas semanas y que, de producirse, obligará a Sánchez a acometer una remodelación en pocos meses. Parece que su sustituto podría ser José Luis Escrivá, que cede Seguridad Social y coge Transformación Digital.

Entre los 'ministros históricos' de Sánchez que lo seguirán siendo destaca Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica. Entre los colaboradores del presidente daban por hecha su continuidad debido al gran respeto que siente Sánchez hacia ella y hacia su liderazgo en la reforma del mercado eléctrico de la Unión Europea. También Luis Planas, que continuará al frente del Ministerio de Agricultura.

Asimismo, esta continuidad también afecta a los ministerios de Estado, como son Interior y Defensa. Los magistrados Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles seguirán sumando tiempo al frente de dichas carteras. Es más, pese a haber estado en la cuerda floja en más de una ocasión (tras, por ejemplo, la tragedia migratoria en la valla de Melilla), Marlaska está a punto de ser el ministro que más tiempo ha estado al frente de Interior. Este récord lo ostenta en la actualidad José Barrionuevo, que dirigió este área durante cinco años y ocho meses, entre 1982 y 1988. Marlaska fue nombrado en junio de 2018. Es decir, hace cinco años y cinco meses.

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